Viva Belgrado – Cancionero de los Cielos (Fueled by Salmorejo)

Toda banda que se precie atraviesa un momento en el que cuestionar cuál debe ser su camino a seguir una vez que han llegado a un punto afianzado de su carrera. Es el momento de repetirse con lo de siempre o evolucionar y, con ello, cambiar de rumbo. Voy a decir una perogrullada, pero que su evidencia no quita que sea una verdad como un templo: para ambas cosas hay que ser muy bueno. Hay que ser muy bueno para poder seguir haciendo lo mismo y continuar sorprendiendo y convenciendo y, también, hay que ser muy bueno para dar un golpe de timón y ganarse la confianza de los, posiblemente, desorientados fieles.

Pues bien, Viva Belgrado son buenos. Lo suficientemente buenos como poco. Ya lo habían demostrado con creces cuando comenzaron su andadura en el casi siempre fiable universo del screamo y del post-hardcore con la publicación de Flores y Carne (14) y, sobre todo, con la constatación que supuso Ulises (16), obra capital en su fluir torrencial por los canales de sangre que pueblan el interior de muchos de sus fans entre los que, por supuesto, me incluyo.

Fue con su anterior Bellavista (20) con el que los cordobeses decidieron modificar su libro de estilo acercándolo a otra hoja de ruta, digamos, menos violenta y más ligera, por utilizar adjetivos emparentables a la sensación sonora. Con este paso, dejaron claro que su mutación estaba en un periodo inicial que habría que constatar hacia dónde les llevaría con su siguiente paso.

Pues bien, tras cuatro años de silencio sólo levemente interrumpidos por sus no demasiado inspirados Ep’s Paralelos/Meridianos en sus dos volúmenes publicados entre 2021 y 2022, llega la hora de descubrirlo con Cancionero de los Cielos (24).

Hemos de decir que, pese a seguir una línea continuista, es un trabajo que plantea más preguntas que respuestas, sin que eso sea necesariamente malo. Todo lo contrario. En unos tiempos donde todo se digiere masticadito de por sí, enfrentarse a una escucha absorbente y capaz de zarandearnos entre la excitación y la duda es un estimulante acicate.

Esa ruptura -no demasiado remarcada al fin y al cabo- vivida con su anterior largo, aquella que nos hizo torcer un poco el gesto a quienes somos fans de, por ejemplo, Birds in Row, o que damos palmas entusiasmados con la participación de Cándido Gálvez en el reciente EP Sogno#3 (23) de los italianos Øjne no encontramos aquí especiales motivos de consternación, sino de reencuentro con unos Viva Belgrado fieles a su esencia en lo fundamental (tener a un escritor como Chéjov o a un cineasta de animación como Satoshi Kon de referentes en sus canciones es una línea roja lo suficientemente férrea para que la vulgaridad dentro y fuera de su universo no traspase su membrana de supervivencia).

Y es que el acercamiento llamémosle “pop” de su sonido adquiere una dimensión más obtusa de lo que parece. Y, aunque de primeras sean las canciones más emparentables con su sonido primigenio (“Vernissage”, “Chéjov y las gaviotas” o “Gemini”, todas ellas cautivadoras mientras nadan en ese existencialismo autocrítico con proyección social) las que, por costumbre, más nos cimbrearán, son los hallazgos que más nos alejan de su/nuestra zona de confort las que nos terminarán cautivando.

Ahí está la extraña y magnética “Elena observando la Osa Mayor”, construida en base a un rhodes, o “El Cristo de los Faroles”, con esos quiebros estilísticos tan propios de sus admirados Standstill como grandes bazas, si bien debo reconocer que otras como “Ranchera de la mina” bien no me permiten conectar, o bien se me quedan en una tierra de nadie pese al riesgo asumido de colaborar con un artista tan, en principio, alejado como Erik Urano en “Jupiter and beyond the infinite”.

Pero el auténtico momento álgido de este momentum bisagra lo encontramos en el tramo final de Cancionero de los Cielos (24), con esa dupla imbatible que forman “Saturno Devorando a Su Hijo” con esa querencia tan post-rock a las formas de los japoneses Envy y su continuación con “Perfect Blue”, de una textura casi blackgaze, maridando sin estridencia con una de sus melodías más pop.

Y esto es, nada más y nada menos, lo que ofrece el nuevo trabajo de Viva Belgrado: honestidad, atrevimiento y vísceras. Casi nada para el planeta habitado más tibio que moramos a este lado del universo.

Escucha Viva Belgrado – Cancionero de los Cielos

 

 

 

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