Yo La Tengo – Sala Mirror (Valencia)

El Cielo y el Infierno; la caricia y el latigazo; la luz y la oscuridad; la risa y el llanto; el amor y el odio; el Valhalla y el Ragnarok; los Beach Boys y el Metal Machine Music; The Cavern y el UFO Club…todas estas dicotomías me venían a la cabeza recordando, durante el viaje de vuelta, lo que acaba de vivir durante el concierto de Yo La Tengo en Valencia, la noche del miércoles. Entonces mis pensamientos se detuvieron en una vieja película de los 60, protagonizada por Charlton Heston y Rex Harrison, y supe que había encontrado el subtítulo perfecto para mi crónica: “El tormento y el éxtasis”.

Yo La Tengo abrieron en Valencia su gira española con la que vienen a presentarnos su último e interesante disco: Popular songs (2009). No había teloneros esta vez, así que a las 22h subieron al escenario Ira, Georgia y James, y prácticamente de inmediato el personal empezó a darse cuenta de que aquella noche no iba a ser una más. Sin mediar palabra, Ira Kaplan acometió una durísima ofensiva contra varias de sus guitarras para reventar el local con “And the glitter is gone”. Un derroche de furia y ruido que dejó a la gente con la boca abierta y que parecía marcar la pauta de lo que iba a ser el concierto. Y algo de eso hubo, sí: a lo largo de la actuación vimos a Ira desollar vivas unas cuantas de sus guitarras, colocarlas sobre los amplificadores y aporrearlas con las mazas de la batería; lo vimos arrodillado manipulando los pedales con una mano mientras que con la otra recorría sin control el mástil de la guitarra o manipulaba de forma obsesiva sus clavijas; lo vimos y escuchamos, también, distorsionando hasta el infinito su piano, alargando convulsivamente una canción que no estoy seguro pero parecía “I heard you looking”, y finalmente cerrando el concierto con una intensísima, larguísima y brutal “Pass the hatchet, I think I’m goodkind” que dejó al público atónito y con ganas de más, de mucho más.

Por el camino habían quedado los maltrechos cadáveres de, entre otras,  la psicodélica “Here to fall”, la juguetona “Periodically double or triple” o la tremendamente pegadiza “Nothing to hide”, esta última enlazada de manera espectacular con “Sugarcube”, en una jugada que la sala agradeció ostensiblemente. Pero también tuvimos ocasión de disfrutar de la otra cara de Yo La Tengo, la más amable: no sólo llevaron entre algodones “Avalon or someone very similar” o “If it’s true”, ambas de su último disco; además, a mediados del set, Georgia abandonó la batería y se situó junto a sus compañeros, armados con guitarras acústicas, para ofrecer unas adorables lecturas de “I’m on my way”, “The summer” y  “Tom Courtenay”.

Después de 17 canciones y más de una hora larga de concierto, hubo tiempo todavía para los bises. Nuevamente centrados principalmente en su vertiente más acústica, sonaron entre otras “Today is the day” y “Big day coming”, así como una “Autumn sweater” impresionante con la doble percusión de James y Georgia. Para finalizar, una gran sorpresa, al menos para el arriba firmante: Georgia volvió a ponerse ante el micrófono para cantar, casi susurrar, una bellísima “Dreaming”, canción que Yo La Tengo grabaron para una banda sonora (Ode) y que se puede encontrar en el disco de rarezas que se incluye en la edición limitada de su recopilatorio Prisoners of love (2005).

Por cierto, el silencio del público durante los momentos más íntimos de esta última canción, mientras susurraba la cada vez más adorable voz de Georgia apenas acompañada por unos punteos casi inaudibles de Kaplan, ponía la piel de gallina. Pienso que, igual que otras veces he criticado la actitud del público valenciano, hoy es justo reconocer que en este concierto la gente estuvo impecable: saltando y cantando cuanto tocaba hacerlo, y en un sepulcral silencio cuando la ocasión lo demandaba. Sólo estalló la euforia al final, tras 23 canciones, 2 bises y más de 2 horas de concierto, mientras Ira y sus compinches se despedían del público con cara de satisfacción. Añadiría yo que con la convicción de haber disfrutado ellos y habernos hecho disfrutar a nosotros.

Revisad las agendas: en las próximas fechas tenéis una cita ineludible con una máquina de generar sueños dulces y ruidosos.

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