Za!

¿Para qué hacerte entender en un sitio y no en otro, cuando puedes ser incomprensible para todos?

Recién llegados de su gira por Europa y Estados Unidos, los Za! encuentran un instante para responder a una pequeña parte de las muchas preguntas que tenemos sobre ellos, su música y su extraño universo alternativo y maravilloso.

Acabáis de hacer una gira bastante seria por Estados Unidos, incluyendo como colofón vuestro debut en el prestigioso festival South by Southwest de Austin. ¿Cómo habéis vivido el sueño americano?
La parte del sueño muy bien, hemos dormido más de lo que solemos dormir durante la semana laboral. La parte de lo americano ha tenido mucho de aprendizaje y de desmontaje: aprendizaje de voltios y amperios, aprendizaje a dar propinas, aprendizaje a tocar siempre sin prueba de sonido y desmontaje tanto de prejuicios sobre la chulería y el individualismo yanqui (hemos gozado de una hospitalidad que ni en casa de los Ewoks) como desmontaje de pedales: no ha habido manera de que el Whammy funcionara a 120V.

Por aquí ya os vamos conociendo y sabemos que para ir a un concierto vuestro uno tiene que tomárselo muy en serio, pero ¿cómo se toman los americanos un concierto tan físico e intrusivo como el vuestro? ¿Habéis provocado pogos, desmayos, huidas y/o peleas tabernarias? ¿Teníais los ojos de los Rangers de Texas puestos sobre vosotros?
Chuck Norris no apareció por nuestras guaridas en Texas. En su lugar en Austin subió al escenario un hombre acreditado, de silueta planetaria (gordo), para echarnos y cortarnos el sonido, porque eran las dos de la noche y a las dos en Texas se apaga todo. Aquel escenario era demasiado pequeño para los 3. Literalmente.

¿Ayuda haber creado un lenguaje propio e incomprensible para que os entienda todo el mundo? ¿Las cuasi-onomatopeyas son el idioma del futuro?
Tiene un poder igualitario: ¿para qué hacerte entender en un sitio y no en otro, cuando puedes ser incomprensible para todos?

Recibís comparaciones con grupos de directo exaltado como Les Savy Fav, Monotonix o Fucked Up pero personalmente creo que estáis bastante más interesados en el aspecto musical y que la lleváis al directo tal como la entendéis. ¿Tenéis recelos que parte del público se pierda las canciones atendiendo a lo que pasa encima el escenario?
No creo que esto ocurra por dos motivos: uno, porque la mayoría de lo que pasa encima del escenario tiene que ver con la música que suena; y dos, porque no hay una coreografía demasiado sofisticada para ser vista: a un lado del escenario se ve una guitarra con mucho pelo moviéndose, y al otro lado se ve una batería y un tío sin camiseta (y poco pelo en pecho) moviéndose. Si lo vieras con el volumen en MUTE, no tendría mucha gracia.

“Macumba o Muerte” fue unos de los discos más arriesgados y originales que hemos visto por aquí en mucho tiempo. Pero ello me extraña su aparente salida de la nada, casi como una generación espontánea. ¿Es todo producto de vuestra propia inquietud musical o hay un sustrato, en algún lugar real o imaginario, sobre el que habéis echado raíces?
Tenemos la fortuna de compartir un Mundo Estrella con músicos, grupos y personas con más flow que el Orinoco.

La vida “comercial” de “Macumba o Muerte” también fue muy interesante. Aunque lo publicasteis en un sello como Acuarela fue cogiendo mucha carrerilla sobretodo por recomendaciones personales o los corrillos de la red. ¿Sentís que mucha gente os sigue la pista?
Lo que te da hiperpoder es ver que el mismo tipo que te vino a ver cuando teloneaste a Hedtrip ese día entre semana hace cuatro años delante de cuatro gatos sigue viniendo. Y nos sigue pidiendo que toquemos una del primer EP del 2006 (Eki eki eki Kazaam!) y seguimos sin tocarla… (en realidad tenemos miedo de que si la tocamos, el tipo ya no volverá).

Comentadnos un poco vuestro nuevo disco “Megaflow”. ¿Cómo lo habéis preparado? ¿Sigue el mismo trazado que “Macumba o Muerte”?
Es un disco con muchos más sonidos pero con más sentido de unidad; y también nos parece mucho más extremo, aunque en realidad lleve menos distorsión.

¿Qué queríais en la producción del disco? ¿Buscabais las sensaciones del directo o aprovecháis los medios del estudio para darle una forma distinta a las canciones?
Intentamos grabar todo lo que pudimos en directo, los dos juntos, salvo los loops, las voces y los vientos. Grabar es tan divertido que pensar previamente cómo lo vas a grabar le quita diversión al asunto. Hay partes que surgieron allí, o en los viajes de ida y vuelta de Barcelona a Sant Feliu de Guíxols. Además con Santi García nunca da miedo tirarse sin casco.

¿Qué ya tengáis distribuidora en Europa es solo vuestro primer paso hacia la dominación del mundo?
Acabamos de controlar con la mente a un sello de Japón (Moorworks) para que nos distribuyan en el país que tiene la bandera como la bandera de Japón pero no hemos tenido nada que ver con el tema marítimo o nuclear. Por otro lado, en Alemania nos cuidan Discorporate, un sello de Dresden y Berlín, dos ciudades post-nacional-socialistas, post-comunistas, y post-industriales, por lo que el post-worldmusic les ha entrado fácil.

La portada de “Megaflow” refleja, según habéis comentado, grupos, personas y cosas que habéis conocido y que os han sido importantes al escribir el disco. Viendo los nombres y sabiendo que habéis hecho cosas juntas con muchos de ellos, ¿sentís de algún modo que se está aglutinado “algo” alrededor vuestro?
Nosotros no somos el núcleo, sólo formamos parte de un tumor en metástasis llamado Mundo Estrella y guiado únicamente por la Energía Subnormal.

¿Hay planes a la vista para vuestro grupo compartido La Orquesta del Caballo Ganador? ¿Qué espacio queréis darle?
De espacio les pondríamos un piso a todos y que tocasen para nosotros día y noche, atados con cuerdas y arneses. Al no ser posible la Orquesta galopa libre, con más caballos, yeguas y potros que nunca, por lo que es sencillo aglutinar a seis o siete músicos para montar un concierto. Desde este mes los amigos de La Castanya nos ayudan a buscar establos para relinchar con la Orquesta a gusto. La próxima carrera, en Madrid y en mayo!

Recomendadnos un buen disco de folk pastoral tuvalés.
Bájate cualquiera de Kongar Ol-Ondar, déjate bigote, hazte un sombrero con una esterilla y sal a la calle a domar corceles!

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