Christina Rosenvinge – Los versos sáficos (Primavera Labels)

Me imagino, quiero suponer, que a estas alturas ya nadie tiene cuentas pendientes con Christina Rosenvinge por su pasado en el pop adolescente. Si acaso fuera así, recomiendo escuchar sus enormes discos de los últimos años. Eso debería ser suficiente para acabar con cualquier prejuicio. Pero en fin, allá cada cual con sus filias y fobias. Aquí estamos para rendir tributo, una vez más, a una de las mejores artistas femeninas que ha dado este país, sin duda una de las más interesantes dentro del negociado pop.

El último proyecto de Christina Rosenvinge gira alrededor de la figura de la poetisa griega Safo. No es ningún secreto que a Christina le inspira el pasado, las figuras históricas o seudohistóricas y la mitología, ahí están su “Canción del Eco” o “Eva enamorada”, por poner un par de ejemplos de su disco La Joven Dolores (Warner, 2011). En este caso el interés era doble, puesto que Safo fue precursora de un cierto tipo de poesía que podría considerarse feminista, una creadora avanzada a su tiempo cuyo rastro es difícil de seguir pero sin duda llega a nuestros días. Christina aceptó el encargo de preparar una obra de teatro sobre la poetisa, a quien ella misma encarnaba sobre el escenario, y con las canciones que preparó para dicha obra, junto a un par de temas inéditos, ha lanzado hace poco el disco Los Versos Sáficos (Primavera Labels, 2023).

Por supuesto el disco es enormemente interesante más allá de su proceso de gestación. Christina cada vez canta mejor, al menos con más matices y sentimiento, y se mueve con fascinante fluidez entre diferentes registros y estilos. Puede ser suave y poética en “Ligera como el aire”, apasionada y sensual en “Poema de la pasión”; puede experimentar con las palabras en “Fragmentos”, entrar en terrenos del folk latinoamericano con “Canción de boda” (con la colaboración de Maria Arnal), levitar sobre arreglos cercanos al jazz en “Hoy duermo sola” o proponer una pieza de baile muy actual, a la vez que reivindicativa, en “Contra la épica”. Por supuesto las canciones están inspiradas en la poesía de Safo, pero con las letras adaptadas a nuestro tiempo. Manteniendo, eso sí, su espíritu básico fundamental para entender el concepto sobre el que pivota el álbum. “Himno a Afrodita” es la adaptación más ajustada al original. Con su mezcla de texturas orgánicas y electrónicas, es además uno de los momentos más impactantes del disco y quizás también de los más representativos.

Todo el disco desprende una visión del amor más erótica y sexual que romántica, más dionisíaca que apolínea, más física que idealista. En tiempos inciertos y dubitativos, quizás no estaría de más volver a la antigua sabiduría clásica y lanzarse en brazos del estoicismo, del hedonismo o de la corriente que más os atraiga. O simplemente desaprender todo lo que hemos aprendido en los últimos milenios y volver a vivir. Este disco, y toda la historia que lo sostiene, anima a ello.

Escucha Christina Rosenvinge – Los versos sáficos

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