Entrevistamos a Alejo, que lanza ‘Diamantes’

A principios de este año, Alejo presentó su segundo álbum de estudio titulado Diamantes. En esta obra, el artista navarro resalta el poder de las canciones como herramienta para enfrentar los desafíos personales. Alejándose de las metáforas y la parafernalia que a veces ocultan la verdad, Alejo busca mostrar su realidad de manera directa, abordando tanto los momentos de alegría como los de dolor, al ritmo de un pop homogéneo y coherente que refleja una amplia gama de influencias clásicas vinculadas al rock.

«Veo cómo hemos ido ganando terreno poco a poco»

¿Qué significa para ti personalmente el título «Diamantes» y cómo se relaciona con tu experiencia emocional y artística?

Nunca es fácil elegir un título para una obra artística. Todas las canciones son piezas que se entrelazan entre sí, pero encontrar un nombre común para todas ellas puede resultar complicado. Cuando organicé el disco y decidí que «Diamantes» sería la canción de apertura, me di cuenta del significado que esta canción tiene para mí. Hay cosas que aprecio mucho, pero a veces necesitas pulirlas para que brillen. Mis canciones son realmente eso: compañeras constantes con las que mantengo una relación de amor y odio. Son gemas en bruto en las que trabajo poco a poco. Fue una coincidencia encontrar esa primera canción ahí, y fue entonces cuando me di cuenta: mis canciones son mis diamantes. Son también un reflejo de mis sentimientos.

 

En tu nuevo álbum, describes las canciones como dolorosas y sanadoras a partes iguales. ¿Podrías profundizar en cómo estas canciones reflejan tu mundo interno?

Mis canciones reflejan mi mundo interno de manera inevitable. No me veo como un escritor que habla del mundo desde una posición distante. Aunque a veces trato temas de otras personas, todo pasa por mi filtro personal y se mezcla con mi propia visión. Este disco explora esa percepción de mi realidad. Quité todas las metáforas y florituras al escribir, así que me mostré tal como soy, ¡me desnudé por completo! Gracias a poder expresarme a través de mis canciones, pude enfrentar cosas que me habían herido y verlas desde una nueva perspectiva. Y sabes, algo que descubrí es cómo reírme de mí mismo y de las situaciones difíciles que todos enfrentamos. Antes solía preguntarme, ¿Por qué siempre me pasa esto a mí?. Pero ahora, veo todo con un poco de humor y eso realmente ayuda.

«Diamantes» marca una maduración artística desde tu álbum debut. ¿Qué aspectos específicos de tu música crees que han evolucionado más en este nuevo trabajo? ¿Cómo describirías tu evolución como artista desde tu primer álbum hasta este segundo trabajo? ¿Cómo has vivido estos dos años?

Al final, cada vez que sacas un disco, siempre será tu álbum más maduro (risas). Hay dos cosas que influyen en esto: primero, el crecimiento personal y las experiencias que acumulas, lo que naturalmente te lleva a evolucionar. Y segundo, nadie va a decir, «Este último disco no salió tan bien, mejor escuchen el anterior». Creo que la evolución se refleja principalmente en las letras. He intentado escribir mucho sobre cómo me han influenciado las relaciones con las personas que tengo a mi lado. Pero lo he visto desde dentro. He dejado de lado los tabús y las metáforas para hablar con sinceridad. Esto me ayudará a identificarme mucho con este disco. Puede que con los años cante o toque mejor, pero este disco será mi identificación actual.

Tampoco creo que haya pasado mucho tiempo desde que empecé a componer este disco, apenas tres meses después de sacar el anterior. Aún no he tenido tiempo para reflexionar sobre ello, pero viéndolo con perspectiva, han sido muchos acontecimientos en poco tiempo. Hemos dado un montón de conciertos, llenamos la Plaza del Trigo con mucha gente, y teloneamos a bandas como Burning, M Clan o Xoel López. Ha sido un torbellino de emociones en muy poco tiempo, la verdad es que todavía no sé cómo hacer un análisis completo. Estos dos años han sido el sueño de vida del rock que siempre he tenido. Creo que estoy viviendo el sueño que tenía a los quince años, cuando monté mi primera banda.

Un trabajo compuesto por doce canciones. ¿Cuántas en total has podido componer para este disco? ¿Cómo fue la selección de los temas que finalmente conformaron el disco?

Unas veinte canciones, más o menos. Porque recuerdo que descartamos bastantes canciones. Una cosa curiosa es que el día antes de ir a la grabación, cuando ya teníamos las doce canciones decididas, surgió «Tenemos algo que solucionar». Es una canción en la que me he desnudado emocionalmente ante todos, siendo más sincero y hablando sobre mi salud mental y demás. Inicialmente tenía cuatro o cinco canciones muy claras, y estas fueron llevándome al resto. Aunque no es un disco conceptual, sí que las canciones se complementan entre sí.

 

Durante los últimos meses, publicaste hasta siete adelantos del disco. ¿Cómo valoras la recepción por parte del público de estas nuevas canciones?

La verdad es que ha sido todo un viaje sorprendente. Desde aquel primer sencillo, «Quería escribirte», que al principio apenas lo escuchaba nadie, hasta el último que ha sido un auténtico boom. Al principio, no tenía grandes expectativas, pero ahora veo cómo hemos ido ganando terreno poco a poco, como dice Kike, de a uno. Ha ido creciendo de manera exponencial, justo como debería ser. Desde el lanzamiento del disco, la respuesta ha sido aún mayor de lo que esperaba. Ahora me encuentro en una situación curiosa: tengo más oyentes en Ciudad de México que en mi propia Tudela.

¿Cómo describirías el concepto detrás de este trabajo, considerando que no se configura como una unión de singles?

He hablado demasiado de mí, y las canciones al final van explicando un año un poco chungo de un tipo que va enfrentando sus problemas, con sus picos de euforia y depresión. Al componerlo todo antes de publicar el primer sencillo, para nada funciona como una unión al final. El disco ha sido creado de forma tradicional, aunque se fragmentó con los adelantos debido a la dinámica de la industria, pero no voy a ser yo quien luche contra eso.

Se ve una clara influencia de artistas como Tom Petty, Wilco o Josh Rouse en tu música, pero también se nota una cierta influencia del pop rock español. ¿Cómo has integrado estas influencias en tu propio estilo dentro de «Diamantes»?

Me da mucha rabia porque últimamente no escucho tanta música en castellano como me gustaría, y quizás los textos los hago más por la lectura. Me estoy inclinando hacia la música anglosajona, especialmente la de los setenta y las bandas que mencioné anteriormente. Tuve la suerte de conocer a Josh Rouse y fue una experiencia maravillosa. En cuanto al sonido, se ha inclinado más hacia lo que también mencionan Ryan Adams y mis queridos Petty o Dan Auerbach, mientras que antes, por ejemplo, solía escuchar mucho más al Cuarteto de Nos. Supongo que es cuestión de épocas.

 

Se observa que el disco utiliza menos metáforas y va más al grano en comparación con tu trabajo anterior, manteniendo la esencia rock. ¿Cómo ha sido este proceso de evolución musical para ti?

En un principio, me daba miedo expresarme así, porque solía usar metáforas para ocultar sentimientos de los cuales no me sentía orgulloso o que me avergonzaban frente a las personas que me rodeaban. Sin embargo, he descubierto que puedo empoderar mi vulnerabilidad al expresar abiertamente cómo me siento, sin necesidad de esconderme. Mostrarme tal como soy, incluso en momentos de fragilidad, es liberador. No siempre es necesario llevar una coraza. Voy a empezar a vivir de esta manera. 

Para los lectores que te escuchen por primera vez, ¿cómo nació este proyecto y cómo ha sido tu acercamiento a la música?

Mi acercamiento a la música comenzó en la infancia, cuando empecé a tocar el saxofón. A los trece años, insistí a mis padres para que me regalaran una guitarra y descubrí una nueva forma de expresarme. Desde entonces, he estado tocando en bandas, mientras estudiaba ingeniería y música simultáneamente. Llevo mucho tiempo componiendo canciones. El nacimiento de este proyecto surge de la necesidad de dejar de liderar bandas y comenzar a crear canciones para mí mismo, mostrando mi universo y enfrentándome a mis fracasos y éxitos. Esta transición me ha liberado en la toma de decisiones, tanto a nivel personal como artístico. Ser un artista, lanzarse en solitario, te hace darte cuenta de quién te acompaña verdaderamente. Además, siento que este proyecto es más sincero. Desde la creación de una canción en casa hasta su presentación en directo.

¿Qué nos puedes contar acerca de la canción «Tenemos algo que solucionar», que fue una de las menos tardadas en componer pero también una de las más reconocidas?

Es un tema que habla de un problema que tuve de salud mental hace un tiempo y la canción sin quererlo fue el fin. Llevaba tiempo queriendo escribir sobre ello y contar lo que me había pasado, pero no encontraba las palabras, tenía vértigo y bastante miedo. Creo que la canción lo explica bastante bien y me gusta que no sea en singular sino en plural, hablando del tema de la salud mental, es algo que todos tenemos que mejorar. Hay canciones que conectan mucho con la gente y tienen un periodo de creación muy rápido, y esta fue así. Se la puse a mi manager y a mi padre, y mi padre se emocionó al minuto uno y medio o así, y eso no pasa con todas las canciones.

Por último, ¿qué significa para ti la música y cómo la defines en tu vida?

Para mí, la música es mi vida. Creo que la pregunta se contesta sola, es mi forma de entenderla. Mis amistades giran en torno a la música, mi hobby es la música. Es como si todo girara alrededor de las canciones, encontrar nuevas melodías, intentar mejorar… Estoy muy obsesionado y no entiendo por qué. Si la música en una vida ficticia desapareciera, creo que tampoco la vida real tendría mucho sentido.

Escucha ‘Diamantes’ de Alejo

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