Hymns + Tropics + Holy State – Old Blue Last (Londres)

Cuando uno llega al Old Blue Last la primera sensación que tiene es de indiferencia. Una vez dentro, sin embargo, esa sensación cae muy pronto en el olvido. Recientemente reformado, tiene una superficie muy amplia tanto en el piso de arriba, donde se albergan las actuaciones en directo, como en la planta baja, más destinado a uso diario. El decorado es añejo; sofás de cuero chester marrón, mesas de roble de tonos oscuros que no sabrían describir la textura del barniz y una barra en la que Eddie Felson se sentiría como en casa. Todo junto hace que el local adquiera ese toque vintage que tanto se anhela en el Este de Londres. Luego, y por encima de todo, está su sonido. Limpio, espeluznantemente limpio. Al fin y al cabo puede que no haya nada de lo que extrañarse, ya que toda la gestión corre a cargo de los chicos de Vice. Un seguro.

Los primeros en saltar a la palestra son Hymns. Dejando claro desde el principio su seña de identidad con un seco We come from the Midlands, este dúo formado por Peter Reisner a la batería y Samuel Manville a la guitarra y voces nos deleitaron con un concierto intenso, lleno de energía. A veces piadoso, a veces cruel. Siempre elegante. Me resulta irónico calificar a una banda que descarga ráfagas de buen garage rock como elegante, pero el adjetivo encaja como anillo al dedo cuando alguien, como es el caso de estos chicos, proclama que su principal influencia es el compositor estonio Arvo Pärt.

Querer combinar estilos tan opuestos puede resultar una frivolidad o, simplemente, una forma de querer llamar la atención, pero segundo a segundo, acorde a acorde, ritmo a ritmo este par consiguen convencerte de que lo estrambótico, por raro que parezca, a veces suena bien, muy bien.

Una calada acaba el último cigarrillo. Una pisada lo consume y dicta la vuelta a una velada que está resultando de lo más gratificante. Staropramen en mano, observo como Tropics toman el relevo. Unos segundos de pausa y esto empieza con la que probablemente sea su mejor canción “You’re welcome”. Si bien estos cuatro británicos no proponen nada nuevo dentro del género, sí que saben ejecutarlo con destreza. Desgarro, fiereza, salvajismo. Cada uno de ellos da forma a la descarga de adrenalina que supone la entrada en escena de Tropics.

Un cóctel que contiene grandes cantidades de post-punk, una generosa dosis de hardcore y una pizca de stoner rock – hay una ligerísima impronta de Kyuss en todo esto – . Este cóctel nos encanta, y más aún si va presentado con unas voces atronadoras que parecen clamar en pos de auxilio. Para cuando nos queremos dar cuenta estamos completamente entregados a las sacudidas originadas a ambos costados del decorado y el estruendo, armónicamente acompasado, procedente de un bombo inagotable, y es que el repertorio de Tropics no deja indiferente a un público que disfruta y que es partícipe de lo que está viendo. Jodie Cox, único miembro original que queda presente en el grupo, es consciente de ello, pero, muy a su pesar, nos anuncia el fin de la fiesta. Un breve descanso y continuamos.

Las referencias previas que tenía de Holy State me hacían presagiar un posible desencuentro. No es que a esta banda residente en Leeds les falte talento o que carezcan de puesta en escena, ni mucho menos. De hecho, fueron el grupo que mejores credenciales ofrecieron durante la noche. Tal vez no consiguieran llegar a la emotividad de Hymns o al caos cognitivo de Tropics, pero sí que emanaron versatilidad, dinamismo y técnica a partes iguales. El problema fue una cuestión que tiene que ver más con las etiquetas que se utilizan tan a la ligera y que muchas veces no nos damos cuenta de todo lo que conllevan. El problema, por decirlo de algún modo, fue Fugazi.

Cuando uno lee de alguien que su trabajo se ha visto muy influenciado por bandas como Fugazi, Girls against Boys o The Fall inmediatamente lo relaciona con una escuela y esto, normalmente, genera expectativas del todo desorbitadas y carentes de sentido. Puede ser un método fácil de asociación, pero muchas veces es una losa muy pesada con la que hay que cargar.

Old Blue Last cierra el telón por esta noche y da paso a una última reflexión: el Indie Británico nunca pierde la forma.