Lambchop – Sala Barts (Barcelona) – 23/01/17

Un grupo como Lambchop podría permitirse vivir de la nostalgia. Doce discos largos y más de treinta años de carrera son una coartada perfectamente válida para tirar de crédito. Pero Lambchop no es una banda cualquiera. Y Kurt Wagner es uno de esos artistas para las que no existe una zona de confort. Prueba uno: FLOTUS. A sus casi sesenta años, Wagner sigue retorciendo su sonido country-folk, inspeccionando cualquier recoveco para encontrar un nuevo pliegue al que dar una vuelta. El autotune y los ritmos sintéticos son su nueva apuesta.

Prueba dos: el concierto de presentación del disco nuevo en Barcelona, con el que abrían el ciclo Guitar BCN y volvían a congregar a su legión de fans. Lambchop se subían el escenario en formato cuarteto, con una puesta en escena parca, y desde el primer momento fueron desplegaron la atmósfera cálida e íntima de su último trabajo. Según avanzaban los temas, la comunión con la banda se hacía más intensa: el silencio reverencial del público, el sonido exquisito de la sala y la banda sincronizada al milímetro, con la naturalidad que da las tablas.

Lo de siempre, podría decirse, pero amalgamando perfectamente el barniz electrónico y la voz adulterada con la calidez de los temas y la efectividad de las melodías. Y si en disco las canciones de FLOTUS son lentas pero intrincadas, en directo aún consiguen enriquecerlas dando más intensidad a los toques jazzísticos («Directions to the Can»), al nusoul («Old masters»), los ritmos de triphop («Flotus»), la electrónica minimal («JFK») y añadiendo alguna pincelada de drum’n’bass que el excelente Andy Stack (batería invitado en directo y miembro de Wye Oak) armonizó con la calidez y elegancia que impregnan los temas.

En poco más de hora y media, en la que se mantuvieron cordiales y reservados con el público, como siempre (a excepción de las bromas puntuales de Tony Crow), los de Nashville presentaron casi entero su nuevo disco, sin echar la vista más atrás de su anterior trabajo Mr. M, del que rescataron los temas «Poor Bastard» y «Gone Tomorrow», y facturando una versión casi irreconocible de la canción «When You Were Mine» de Prince. Y dejaron claras sus intenciones: no son una banda dispuesta a vivir de la nostalgia.

(Foto correspondiente al concierto de Lambchop en Madrid unos días antes).

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