Discos

M. Ward – A Wasteland Companion (Bella Union)

A Wasteland Companion es un fantástico viaje por la música y el alma de M. Ward. Un viaje en el que tienen cabida preciosas melodías jamás escuchadas, canciones de pop folk luminoso e imperecederas y reminiscencias a tiempos pasados interpretados desde la actualidad. Un tour que nos habla de la alegría musical y emocional haciéndonos partícipes de ésta en cada uno de los doce temas del disco. El cantante norteamericano conmueve y golpea de una forma más clara y contundente de lo que lo hizo en sus otras obras, a pesar (y con el permiso) de los imprescindibles Hold Time (2009) y Post-war (2006). «Es un nuevo tipo de disco, como una combinación entre álbum de directo y de estudio», dijo M. Ward en una entrevista a Rockdelux.

Matthew Stephen Ward abre el disco con «Clean slate». Tierna, dulce y nostálgica, sin remordimientos ni tristezas, tan solo con las acústicas y la voz desnuda del músico. A partir de este arranque, el álbum se divide claramente en dos partes diferenciadas. En la primera, M. Ward crea piezas pop más animadas e irresistibles, que llenan todo los silenciosos de maravillosos sonidos. Es imposible no enamorarse de cada uno de los temas, al igual que lo es buscar alguna nota discordante: los pianos, los coros, los estribillos: todo concuerda y tiene un sentido en A Wasteland Companion. La esperanzadora «Primitive girl», así como las rockeras y trepidantes «Me and my shadow» y «Sweetheart», versión de Daniel Johnston, o «I get ideas», una reversión de la que ya hizo Louis Armstrong.

La segunda parte del disco es mucho más pausada y atmosférica, de guitarras acústicas y canciones más íntimas y propias de sus anteriores trabajos como Hold Time. El cambio de melodías, sin altibajos, comienza con la preciosa «The first time I ran away». A excepción de «Watch the show», M. Ward nos regala delicadas obras como «There´s a key», con el intenso piano de «Crawl alter you» o la atmosférica «Wild goose». Una segunda parte eso sí que trascenderá más que la primera, ya que los temas no son tan fugaces sino que perduran y perdurarán.

M. Ward es actualmente uno de los músicos más prolíficos. De hecho, ha conseguido dar vida a esta obra magna compatibilizándolo con sus incursiones en Monsters Of Folk, junto a Connor Oberst, Mike Mogis y Jim James, y en She & Him con Zooey Deschanel. Una muestra de la buena sintonía del cantante con otros músicos queda demostrada por el hecho que han colaborado en A Wasteland Companion un total de 18 músicos, entre ellos, Howe Gelb, de Giant Sand, Steve Shelley, de Sonic Youth, John Parish, Mike Mogis, Adam Selzer o Zooey Deschanel.

Con este disco, M. Ward ya es un poquito más de todos (si es que aún no lo llegó a ser para algunos). Decir que será, seguro, uno de los discos del año ya es, a estas alturas, una obviedad.

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