Panda Bear – Panda Bear Meets the Grim Reaper (Domino Records)

El nuevo álbum de refleja perfectamente el estado de ánimo que Panda Bear ha estado dejando entrever en las pocas entrevistas que ha concedido. Indudablemente, Noah Lennox, ya más cerca de los cuarenta y con toda la responsabilidad de una familia a cuestas, dista bastante de ser ese joven que junto con sus compañeros de Animal Collective revolucionaron la música indie a mediados de la década pasada. Las letras oníricas y surrealistas y la firme defensa de la continua experimentación sonora y estilística han ido mutando, especialmente en la carrera individual de Panda Bear, hacia un estilo más ortodoxo y regular. Además Lennox siempre ha sentido la necesidad de reflejar sus vivencias más personales en su obra de una manera muy íntima y que contrasta notablemente con el perfil mediático tan bajo con el que acostumbra a desarrollar su carrera, por lo que sus discos siempre se verán influenciados por su estado de ánimo del momento.

Dicho todo esto, es fácil imaginar que este nuevo álbum no se aleja demasiado del tono de sus trabajos previos y que sus experiencias vitales siguen estando muy presentes en las letras de las canciones. El hecho que «Grim Reaper» sea un mote para nombrar a la muerte ya deja claro cuáles son sus preocupaciones actuales. Pero de ningún modo este disco es un trabajo oscuro o depresivo, uno tiene que ir a buscar las letras de las canciones para encontrar la vertiente más sensible de su trabajo, ya que las canciones, sin llegar a la exuberancia vitalista del Person Pitch (2007), sí son más rítmicas, floridas y animadas que su anterior disco Tomboy (2011) y bastante más fácil de entrar que sus primeros discos en solitario. Aunque si Lennox hubiera frenado un poco su incontinencia creativa, más de 50 minutos de duración,  la experiencia habría sido probablemente más disfrutable. Y es que en este disco encontraremos canciones realmente notables, desde «Mr Noah» que recuerda la etapa más experimental de Animal Collective, o la hipnótica «Boys Latin», pasando por la hermosísima «Tropic of Cancer» -un sentido recuerdo a su padre fallecido-, hasta «Acid Wash» que recuerda a un himno góspel lisérgico.

Panda Bear Meets the Grim Reaper  es un disco exigente y a poco que se entre un poco en él conmovedor y agradecido. Quizás no será el disco del momento ni será el que devuelva a algunos fans que poco a poco han ido desertando de las filas de los más incondicionales del colectivo pero sin ninguna duda es uno de los discos imprescindibles del año para los aficionados a las largas distancias musicales.

 

 

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