Sonic Youth: 10 canciones desde las trincheras

Esto es un Thurston, Kim and I en toda regla. No, no voy a sacar a pasear mi ego, no echen el grito al cielo. El titulo a este repaso a diez de mis canciones favoritas de Sonic Youth solo tiene sentido por el recuerdo que me vino estos días, mientras escribía este panegírico, de una camiseta que me compre con este lema en el concierto que asistí en el HMV Forum en Londres, allá por el 2009, cuando presentaban el que sería el último disco, The Eternal. Un disco en el que estrenaban anagrama con Matador, y que fue una decepción para quien esto suscribe.

Sonic Youth forman parte de mi educación musical, y tanto hicieron discos memorables como otros que me asestaron buenas razones para bostezar infinitos bien a gusto. Querer ir un paso adelante del resto hace que pagues peajes, a veces insalvables.

Ya tuve ocasión de hablar de lo nuevo de Thurston More hace unos días (ese triple disco que te deja frío como un témpano de hielo), y ahora Kim Gordon (su ex tanto musical como sentimental) quiere emprender su carrera en solitario a su nombre después de dejarnos reguleras con su proyecto Body/Head. Pronto se editará su trabajo “No Home Record” cuyo título es un homenaje a la cineasta Chantal Akerman. Kim vive ahora en California con sus perras, y como dijo en sus memorias, el Arte de alguna manera fue su salvavidas para sobrellevar la amarga ruptura con Moore. En “Girl In a Band” escribió “Where just by using my head or my hands I could cry, or laugh, or get pissed off”. A sus pies, siempre. Kim siempre fue la pieza fundamental de la arquitectura sónica de SY.

Aquí presento diez canciones en las que el protagonismo está compartido: diez canciones en las que Kim y Thurston dan caña de la buena, aunque el combo que piso las cloacas de la calle Bowery siempre fueron una combinación (casi) modélica entre todas las fuerzas involucradas, por tanto no me olvido de Steve Shelley y de Lee Ranaldo, además de más huestes que fueron pasando por las oficinas del grupo en las cloacas de NY.

“Expressway To Yr Skull” (1985) del álbum EVOL

Obra maestra que no se agota nunca. El pellizco eléctrico (esa maraña eléctrica ha creado escuela), mientras la melodía se cuela por los sus grietas. La guitarra de Ranaldo cruje, la batería de Steve Shelley va acompasando los momentos de silencio, en este inigualable cuento de sexo cósmico, o algo parecido.

 

 

“Death Valley 69” (1985) del álbum Bad Moon Rising

Junto a Lydia Lunch este es un tema endemoniado. Guitarras al borde el colapso para narrar esa espiral de violencia que se cernió sobre la vida de personas bajo el mandato de la figura de Charles Manson (tan reivindicado ultimante). Los mástiles de las seis cuerdas parecen que cobren vida, son de una fisicidad casi esotérica, y Lunch da el contrapunto killer a esta pesadilla de la que no salir jamás.

 

“Into The Groove” (1988) del álbum The Whitey Album de Ciccone Youth

SY eran muy fans de Madonna, y demás figuras de la iconografía pop más trash. Dejándose aconsejar por Mike Watt de Minutemen decidieron montar esta banda con guiño incluido a The Beatles. Humor dadá, sampleos intercalados de la italo-americana, cajas de ritmos, fraseos de kraut rock, y un Thruston metido en el papel de Madonna cantando desde un megáfono, o intentando sacar a flote el lado más perverso de tan bonita melodía.

 

“Kool Thing” (1990) del álbum Goo

Estrenaban los 90 con un disco en los que se enrolaron en la multinacional Geffen. Un temazo en el que Chuck D da la réplica a una Kim inmensa entonando eso de “liberate us girls from male, White corporate oppresion”. Un disco que es un clásico de la pirotecnia sónica y del humor gonzo.

 

 

“Tunic (Song For Karen)” (1990) del álbum Goo

Karen Carpenter seguro que seguirá danzando mientras alguien ponga esta canción. El Goo sigue deparando gemas imperecederas. Ranaldo y Moore se gustan mucho a sí mismo, y lucen palmito agarrados a sus guitarras, mientras Kim es como un heterónimo pessoaniano pero del mal sueño americano. Los mensajes que manda Kim a Karen seguro que no han caído en saco roto. Canción que sigue y sigue sonando en mi cabeza.

 

 

“What Do You Want” (2000) del álbum SYR5

Jim 0’Rourke se une a la banda y toma un rol especialmente molesto (por bueno y definitivo), y junto a Ikue Mori (ex DNA y excelente compositora en el sello Tzadik de John Zorn) y Dj Olive crearon una serie de discos de improvisación eléctrica que, por momentos, me recuerda a sonidos que pudieran emitir desde su radio frecuencia los de Mute Records. En este tema Kim arrastra la voz sobre una base rítmica repetitiva, y Mori emite algún que otro grito para desperezar al personal.

 

 

“Teenage Riot” (1988) del álbum Daydream Nation

Esa vela encendida en la portada creo que me reportó más de un mal sueño. Parecía un bodegón minimalista que segregaba un tenebrismo digno de un Caravaggio y de la abstracción lacónica de Mark Rothko. Una melodía a la carrera inspirada en Dinosaur Jr. con versos tales como “It’d take a teenage riot to get me out of bed right now”. La chica del grupo arranca musitándote al oído un código desconocido, y ¿¡pum!, la maquinaria powerpopera se pone a circular por terrenos escarpados. ¿La cima del Daydream Nation? Si eso lo discutimos en otro momento.

 

 

“Nevermind (What Was It Anyway) (2000) del álbum NYC Ghost & Flowers 

Este es un disco a reivindicar con urgencia. Un trabajo en el que vuelven a pasajes post-industriales, yen dónde retoman esas intrigantes sendas melódico-sensitivas. En este tema la señora de Thurston aborda con su tono urgente el tema del empoderamiento:

“Boys go to Jupiter to get more stupider
Girls go to Mars, become rock stars
Boys go to Jupiter to get more stupider
Girls go to Mars, become rock stars
Boys go to Jupiter to get more stupider
Girls go to Mars, become rock stars”

El grupo, mientras todo esto está pasando, introduce elementos de Kosmiche, e incluso uno puede sentir el pálpito de un Manuel Göttsching. Repito, desempolven este disco.

 

 

“The Diamond Sea” (1995) del álbum Washing Machine

Un año antes Kurt Cobain se voló la cabeza. Fundido en negro. Fin de esa especie de sueño en el que el indie parecía no querer despertar. Con un público cada vez más fidelizado, los neoyorkinos de sacan este as ganador. Una epopeya sobre mares diamantinos, espejos que remiten a alteridades por descubrir, y el amor como único asidero para no perderse entre estos anchos archipielagos de locura. Los punteos y la reverberación de las guitarras de nuevo se hace carne. Amén.

 

 

“Disconnection Notice” (2002) del álbum Murray Street

Quizás el disco más “maduro” de Sonic Youth, o el que mayor fuerza tiene el concepto de canción más “tradicional”. Es un disco que adoro. El tiempo lo ha puesto en su sitio limando ciertos prejuicios que tenía hacia él.

Las hijas del matrimonio Moore-Gordon captadas por el objetivo mientras cogían moras protegidas por una red. Inquietante a la par que tierna instantánea. El titulo del disco hace referencia a la calle en donde Sonic Youth tenían ubicado su propio estudio de grabación, a pocos metros del World Trade Center.

Años de confusión mundial. Muertes, islamofobia, se quiebra el cordón sanitario de la hegemonía mundial, y un Moore que lo refleja en versos como:

“Did you get your disconnection notice?
Mine came in the mail today
They seem to think I’m disconnected
Don’t think I know what to read or write or say
Glossaries injected daily
Words and numbers spell out the price to pay
It simply states «you’re disconnected baby»
See how easily it all slips away”

 

2 comentarios en «Sonic Youth: 10 canciones desde las trincheras»

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