Soundhood: Son Estrella Galicia (Lemon Rock) Granada 21/06/25
Asentado desde hace ya unos cuantos años como un referente en el entramado social y cultural de nuestro país, el espacio polivalente Lemon Rock de Granada acogió para cerrar su temporada y despedirse hasta el próximo mes de septiembre, la siempre interesante propuesta del itinerante SON Estrella Galicia, bautizada como Soundhood, y que convirtió cada espacio que configura el imponente edificio en una fiesta con un denominador común: la mejor música.
Para dar forma a este menú sonoro, la célebre marca cervecera preparó una programación ecléctica que aunaba DJ sets a cargo de artistas de la ciudad sobradamente conocidos, como Antonio Arias de Lagartija Nick, J de Los Planetas, Juan de Niños Mutantes con ilustres visitas como la de Tim Burgess de The Charlatans, en combinación con una variada selección de directos que abarcaban desde bandas noveles o casi desconocidas por estos lares a valores seguros y consagrados como Ash, Tulsa y Mujeres. Fue un día cargado de emociones y sorpresas que encontró en la seductora mística del Lemon Rock, el mejor emplazamiento posible para desplegarse en plenitud.
La velada arrancó con la actuación de Tulsa, quienes recurrieron a un formato íntimo que le sentó como un guante al cancionero sensible y detallista de Amadora, su última y exquisita obra. Con la gente aun llegando, Miren Iza y Clara Collantes fueron capaces de transportarnos al universo tan característico que proyectan sus canciones, entre la descarnada realidad y un halo de esperanza que rehuye del derrotismo, para abrazar percusiones puntuales al son de las eternas “Laguna”, “Oda Al Amor Efímero”, “¿Amor o Transferencia?” o el éxtasis final con “Melocotón”.
El espacio se llenó de versos punzantes que remueven recuerdos y emociones. Infalibles y sanadores, una vez más.
Paulina Del Carmen recogió el testigo en otro de los infinitos recovecos del enclave granadino, con su pop envolvente y su carisma innato, regalando una vibrante entrega de ritmos sensuales y adictivos. La contagiosa sonrisa de las tres jóvenes integrantes de Prima Queen sirvió como hilo conductor de una actuación solvente y contundente en la que el power-trío presentó el interesante The Prize (Submarine Cat Records, 2025), álbum con el que han irrumpido en la escena alternativa con pildorazos que remiten a Wet Leg, Sleater-Kinney o Porridge Radio como “Fool”, “Dylan” (al que el público rebautizó como “Paco”) o el single “Oats (Ain’t Gonna Bet)”, a base de guitarras melódicas y unos estribillos que se adhieren a la memoria con pasmosa facilidad. En el origen de la banda se sitúa la fuerte amistad entre Louise Macphail y Kristin McFadden que comparten guitarras y voces y que contagian con su energía repleta de ímpetu y ganas de comerse el mundo. Gran descubrimiento a seguir de cerca.
Sin respiro nos dirigimos a presenciar la descarga eufórica de Los B.e.s.o.s., auténticos agitadores a base de jangle-pop y mucho funk haciéndonos quemar suela con su incendiaria base rítmica. Consiguieron subir la temperatura (aún más) a base de potentes llamadas a la acción como “Chicas Guapas En Mercadona” o “LSA”. Todo esto antes de que los tailandeses Khana Bierbood pusieran patas arriba al personal con su deslumbrante aproximación a la psicodelia a través de unas cabalgadas psicotrópicas de esqueleto surf-pop que pusieron a bailar a todo el imponente edificio que configura el Lemon Rock, en lo que resultó ser una de las apuestas más exóticas y apabullantes de la jornada. El sexteto se las apañó para llenar cada rincón con su colorista propuesta, desacomplejada y hedonista. Sus invitaciones al escapismo fueron auténticos saltos sin red en los que la música fluyó aparcando las reglas y las limitaciones, haciendo oídos sordos a las convenciones. Aquello fue una fiesta con todas las de la ley, una puesta de sol hasta arriba de ácido de la que nunca hubiéramos querido desconectar. Habrá que bucear en su reciente Monolam (Guruguru Brain, 2024) aunque me da que lo suyo es el directo, pues es el contexto que les hace justicia y destapa el tarro de sus esencias.
Tal fue la que liaron Khana Bierbood que Pol Rodellar, célebre bajista de Mujeres, comentaba al empezar su pase que entendía que la gente todavía estuviera despertando de aquello, y desplazándose como podían a la planta superior donde tenían preparada su revitalizante ración de pop-rock espídico con el que celebrar la amistad y las ganas de vivir. El trío catalán no escatimó en nervio y tensión para desparramar las bondades de un cancionero sólido y sin fisuras, en el que acumulan dianas para dar y regalar como “Tú y Yo”, “Besos”, “Siento Muerte”, “No Puedo Más”, o el crescendo triunfal de “Si Piensas En Mí”, encadenadas todas ellas en un carrusel imparable de estribillos que corear como si no hubiera un mañana. Pocas bandas hay en nuestro panorama con tal carisma y capacidad para conectar con el público, a lo que hay que sumar un repertorio pletórico coronado por un último disco, el tremendo Desde Flores y Entrañas (Sonido Muchacho, 2023), que pronto encontrará relevo en un nuevo trabajo que se publicará a comienzos de 2026.
Tras la tormenta, llegó la (relativa) calma con Dark Libra y su rock de tintes oscuros y progresivos, ejecutado con mimo y gusto por el detalle y configurando una propuesta que vino a subrayar el carácter ecléctico de la jornada. Intimismo sin caer en el ensimismamiento, delicado y muy disfrutable que habrá de deparar importantes alegrías en el futuro, como bien sugieren aciertos del calibre del single “WAVES”.
Los norirlandeses Ash irrumpieron como parte de la onda expansiva de aquello que se dio en llamar britpop. Tras debutar con Trailer, sería 1977 (Borderline Records, 1996) el disco que les pondría en primera línea en una parrilla donde convivían nombres como Oasis, Blur, Elastica, Supergrass o Echobelly. Lo de Suede o Pulp ya era harina de otro costal.
Melodías efervescentes, letras juveniles sobre amores o descubrimientos vitales y una imagen con la que era fácil conectar, lejos de la arrogancia o las imposturas. Lo que vino después de aquel notable trabajo, con singles tan resultones como “Kung Fu”, “Oh Yeah”, “Goldfinger” o “Girl From Mars”, nunca llegó a esas cotas de punch e inspiración, pudiéndose destacar algunos sencillos puntuales como “Shining Light”, “Jesus Says”, “Walking Barefoot”, la canción para la banda sonora de la película del mismo nombre “A Life Less Ordinary” o “Burn Baby Burn”.
Todas ellas, junto con la reciente “Jump In The Line”, formaron parte de un repertorio que brilló jovial y honesto, con el sano objetivo de devolvernos a una época de nuestras vidas donde creíamos que teníamos todo el tiempo del mundo por delante. El haber vivido esa época en Granada precisamente, contribuyó a que el que esto escribe sintiera aún más cercano aquel recuerdo mientras las sonrisas se apoderaban de una audiencia entregada dispuesta a entregar su alma al bueno de Tim Wheeler, un líder cercano y entrañable capaz de ganarse el cariño unánime de la multitud con apenas hacer acto de presencia. El hecho de conservar a los miembros originales de la banda (Mark Hamilton al bajo y Rick McMurray a la batería) a su alrededor contribuyó a acabar de redondear un concierto divertido y vibrante a cargo de una banda que nunca se propuso cambiar nada pero que, a cambio, nos regaló un puñado de canciones que tararear por su conseguida atemporalidad y su innegable gancho melódico, que no es poco.
No fue la única mirada a un pasado no tan lejano, pues la sesión de Tim Burgess, mítico cantante de una de las bandas referentes del sonido Madchester, The Charlatans, apostó sobre seguro repasando unos cuantos hits del todo reconocibles con su característico gesto cercano y amable, y su pose naive. No faltaron Joy Division, The Cure, The Chemical Brothers, LCD Soundsystem, Cornershop, New Order o los propios The Charlatans, junto a hits menos obvios de Soft Cell, The Avalanches o Stereolab. Fue el perfecto colofón a un día para recordar que aún nos depararía una imagen cargada de significado, con el saludo entre los dos Tim de la noche, Tim Burgess y Tim Wheeler de Ash mientras el primero pinchaba, que sirvió como reflejo ideal de lo que puede suceder sobre los cimientos del Lemon Rock: un abrazo sincero y emotivo a la música de ahora y de siempre en un lugar que es mucho más que un mero espacio.
Fotos Soundhood: Son Estrella Galicia: Jose Megía