Click ‘n Roll, Fotos Icónicas (VIII): Jim Morrison, el joven león

Sería tremendamente injusto reducir a un gran grupo como The Doors a la figura de Jim Morrison. No reflejaría las geniales aportaciones que los demás miembros infundieron a la banda californiana. Pero, a su vez, sería inmerecido ningunear el peso del magnetismo del mítico cantante. Y es que, seamos sinceros, ¿Quién no ha mirado embelesado la foto de cabecera alguna vez sin poder reprimir arrebatos de lujuria, o de envidia, o de admiración, o de devoción, o de depilación? Me Too.

El principal responsable de la decoración de paredes y carpetas de adolescentes desde los sesenta en adelante fue el fotógrafo Joel Brodsky. Oriundo de New York, sería en su ciudad natal donde montó su primer estudio de fotografía tras haberse enrolado como asistente de cámara en el mundo de la moda. En los duros inicios realizó trabajos a cambio de favores para poder promocionarse, hasta que en la cuarta sesión con una banda de música se produjo el gran click.

Jim Morrison / Joel Brodsky

En 1967 fue contratado por Elektra Records para fotografiar a la sensación musical del momento en la costa oeste americana: The Doors. De esta sesión, la primera de las dos que realizó con la banda, debería sacarse el artwork para el inminente álbum de debut de los angelinos.

Con el cuidado artesanal y minucioso que caracterizaría a su trabajo, se dispuso a realizar el encargo en su propio estudio. Era, sin ninguna duda, el conjunto más prometedor con el que había tenido que lidiar hasta la fecha, por lo que la necesidad de obtener un buen resultado era clave a los dos lados de la lente.

Ambas, música e imagen, fueron un rotundo éxito. La contraportada fue nominada para los premios Grammy por su originalidad. En dicha instantánea, aparecen combinados retratos individuales de los músicos en una cuádruple exposición que requería de bastante habilidad técnica en los tiempos pre-photoshop. Otro logro de la back cover, más terrenal, pero no menos glamuroso, fue ser la primera fotografía de un álbum en ser colocada en los grandes carteles publicitarios de Sunset Strip en Hollywood.

Del carrete de esta jornada también se tirará años después para realizar la portada de The Soft Parade, su cuarto LP, y se utilizarán otras tomas de la banda, tanto en grupo, como con el líder en solitario, eso sí, aún sin elevar la temperatura ambiental.

 Doors Jim Morrison portada  Doors Jim Morrison contra

Con la segunda sesión llegó el escándalo. Realizada también en 1967, la jornada comenzó con total normalidad. Primero se harían las fotos de grupo y después se pasaría a las individuales. En la fase grupal todos se mostraron muy cooperativos y sabedores de la importancia del aspecto visual en el mundo de la música.

Según ha comentado el cámara en entrevistas posteriores, el resto de integrantes se sentían un poco celosos del protagonismo que Morrison estaba adquiriendo al estar siempre un plano por delante que los demás. A pesar de ello, eran conscientes del rol de sex symbol que emanaba del cantante, por lo que dejaron fluir el curso de la sesión.

En el turno de los retratos de cada músico, Brodsky puso deliberadamente a Jim al final, con la intención de exprimir el tiempo que fuese necesario sin tener a nadie más para después. El plan, a priori a fisuras, no contemplaba que una estrella del rock en ciernes, a sus 23 primaveras, se mantuviese sentado en la sala contigua haciendo sudokus hasta que llegase su turno. El bueno de Jim se bebió hasta el liquido de revelado y cuando se acercó su momento estaba completamente borracho. A pesar de ir tropezándose con el equipamiento del estudio, pudo sacar todo el arsenal de poses que llevaba dentro y dejar para la posteridad un catálogo memorable.

Cuanta el autor de las imágenes con cierta burla, que nunca hubiese imaginado que de tal borrachera saliesen tan icónicas fotos. Remarca que la más emblemática de todas, la que nos atañe, ocurrió casi al final de la jornada. No obstante, el carrete atesora una ristra interesante de posados del yo más ebrio del cantante.

El fotógrafo, satisfecho a pesar del etílico final, llevó las imágenes a la revista Village Voice unas semanas después, quienes publicaron un artículo con una foto del carrete. La respuesta no se hizo esperar. Cerca de 10.000 preguntas, peticiones, solicitudes, anhelos, súplicas y gritos en el cielo acerca de la seducción hecha carne. La misma instantánea sería rescatada para la portada del famoso recopilatorio The Best of The Doors de 1985. En tiempos recientes, el autor donó la imagen para ser subastada y recaudar fondos en ayuda a niños que han sufrido abusos.

Jim Morrison fotos  Jim Morrison portada Best of Doors

Sin ser la música de The Doors santo de su devoción, el fotógrafo considera que el líder nunca posó igual delante de otra cámara y que las fotos que realizó inmortalizaron a la banda en su apogeo. Rarezas del celuloide, su persona apareció representada como una mujer en la controvertida película de Oliver Stone sobre la banda.

Joel Brodsky transformó al Rey Lagarto en el Joven León, como así bautizó a la sesión, y elevó a Jim Morrison a la categoría de Dios en la tierra. De hecho, ha sido muy comentada la intencionalidad del cantante en la postura a lo Jesucristo en la cruz, de Mesías que ha venido a salvar al mundo musical del aburrimiento eterno.

Tras estampar su denominación de origen en covers de otros grandes como MC5, Iggy Pop and The Stooges, Van Morrison o Isaac Hayes, de ser fotógrafo residente del sello Stax, y sumar la friolera de 400 portadas, puso fin a su periodo musical después de colaborar con Kiss en 1975. Cansado de las excentricidades de los artistas y viendo reducido su trabajo en las portadas tras la introducción del CD, pasó a realizar proyectos para el mundo de la moda y la publicidad.

Precursor del estilo conceptual en la elaboración visual de los discos, abrió una senda seguida por grandes nombre de la fotografía como Annie Leibovitz o David LaChapelle.

     

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