Cuéntame una canción: San Francisco, de Scott McKenzie

El nacimiento de lo que se llamó movimiento hippie vino dado por los jóvenes universitarios de clase media, producto de los años de esplendor del capitalismo norteamericano, y se convirtió en un sujeto político efímero que se abalanzaba contra los valores de una sociedad conservadora. El autoritarismo y el belicismo del Gobierno estadounidense  resonaban como queja común, así como una intención de cambiar el establishment y construir un mundo nuevo. El rechazo del autoritarismo moral dio paso a la libre expresión «vivir libremente sin represiones, escoger íntegramente el modo de existencia de cada uno»

El movimiento hippie representó una nueva forma de ver la vida, una antítesis a la vida que habían llevado sus padres. Representó una nueva sensibilidad que utilizó como herramientas para su realización personal y grupal el rock, las drogas, el pacifismo, la libertad sexual, el desprendimiento material y el orientalismo, basado en la consigna «paz y amor».

Hay que tener en cuenta que la revolución hippie no hay que buscarla solamente en el terreno de la política, sino también en el campo de las costumbres y tradiciones; para empezar, con el rechazo de la familia como epicentro de la sociedad y su sustitución por la comuna. «Una asociación donde reinaba la libertad, el mutuo acuerdo y el amor libre, una asociación donde no hay jerarquías ni imposiciones, en la que los hijos son de todos, porque el principio mismo de la propiedad privada (sea referido a personas u objetos) carece de sentido»

Al florecer esta contracultura nuevos grupos de música emergieron como los de Jimi Hendrix, Janis Joplin o Jim Morrison; ellos convirtieron en consigna juvenil la expresión «vive rápido, muere joven». La representación de este movimiento contracultural quedó plasmada en el imaginario colectivo gracias a tres momentos clave. El primero fue el denominado verano del amor de 1967 y desarrollado en San Francisco, ciudad del estado de California, que se originó como centro del movimiento hippie. Ese mismo verano, en otra ciudad california, se celebró el primer gran festival de la contracultura, en Monterrey, donde contó con la presencia de artistas como The Who, Janis Joplin, Ravi Shankar, Otis Redding… Entre los asistentes a dicho evento se calcula entre 55.000 y 90.000 jóvenes. Por último, aunque no menos importante, fue el festival celebrado en el estado de Nueva York en el verano de 1969 bajo el lema «tres días de paz, amor y música». Woodstock fue reconocido como uno de los festivales más importantes de la historia del rock y congrego a más de 400.000 personas.

Cartel Festival Monterrey

Si tuviéramos que representar, con tan solo una canción, todo el movimiento hippie, sin duda alguna el tema seleccionado sería el que en 1967 presentó Scott McKenzie, «San Francisco».

Esta canción, escrita, grabada y puesta en venta en tan solo cinco días, se convirtió en todo un éxito, tanto nacional como internacionalmente. Fue el manifiesto de toda una generación de jóvenes, un himno inmortal que siempre será recordado y que formará parte de nuestras canciones políticas de carácter comprometido.

Mckenzie nació en una ciudad en el estado de Florida llamada Jacksonville, aunque su adolescencia y juventud la pasó entre Carolina del Norte y Virginia. Fue en la década de los cincuenta cuando se unió a John Phillips, el hijo de uno de los amigos de su madre.

Pasó por diferentes bandas efímeras como The Singing Strings o The Smoothies. Es reseñable el conjunto en el que participó con Phillips y Dick Weissman llamado The Journeymen, con el  que grabó tres álbumes y más de siete singles con la discográfica Capital Records.

Pasados los años, Phillips formaba parte del conjunto de The Mamas and the Papas, y Mckenzie se convertía en un trotamundos musical. Corría el mes de junio de 1967, estaba a punto de celebrarse el primer festival pop de Monterrey y las autoridades estadounidenses estaban preocupadas por una «invasión hippie» en su localidad, ya que consideraban que la ciudad no tenía los medios para poder realizar un espectáculo de tal envergadura. Al encargado de organizar dicho festival, John Phillips, se le ocurrió una idea para incentivar que todos los asistentes pasaran los días en la ciudad de San Francisco y acudieran a Monterrey exclusivamente para los conciertos.

John compuso la canción con el objetivo de transmitir ese mensaje en los asistentes y a su vez calmar a las autoridades. Compuesta en tiempo récord, se la entregó a su amigo Scott para que la pudiera cantar. Scott, sin apenas ningún tipo de reconocimiento musical, se convirtió, de la noche a la mañana, en uno de los cantantes más conocidos internacionalmente. Una medida de marketing comercial que pasó a ser un llamamiento para que los jóvenes norteamericanos acudiesen a dicha ciudad en nombre del amor y la paz, lo que daría lugar al denominado «verano del amor».

San Francisco portada

Esta canción, nacida con la intención de ser un escaparate publicitario para el festival, fue catapultada en muy poco tiempo a los primeros puestos de las listas de éxitos de los EEUU donde, incluso, llegó a estar en cuarta posición. En el Reino Unido y diferentes países de Europa llego incluso al número uno.

Esta es la historia de un tema que se convirtió en el himno de todo un movimiento contracultural. Incluso cuenta la leyenda, algo inseparable de la música, que esta misma canción fue utilizada por la juventud checoslovaca como un canto a la libertad en su lucha para desmarcarse del Pacto de Varsovia durante la famosa Primavera de Praga.

For those who come to San Francisco

(Para aquellos que vienen a San Francisco)

Be sure to wear some flowers in your hair.

(Asegúrate de llevar algunas flores en el pelo).

If you come to San Francisco

(Si vienes a San Francisco)

Summertime will be a love-in there

(El verano será un amor.)

 

 

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