Eleanor Friedberger – Personal Record (Merge / Popstock!)

«Cuenta Eleanor que Fiery Furnaces seguirán adelante, y que este disco ha sido como una especie de experimento, de prueba. También cuenta, no obstante, que tiene unas cuantas canciones más esperando a ser publicadas. Si son del mismo nivel valdrá la pena esperar por ese hipotético segundo álbum.»

Este era el último párrafo de la reseña que escribí, hace un par de años, sobre el álbum con el que Eleanor Friedberger debutó en solitario: Last Summer (Music as Usual, 2011). Bueno, pues ese hipotético segundo álbum ya ha dejado de ser hipotético. Y volviendo a recurrir a la frase que cerraba aquel párrafo: sí, ha valido la pena. Mucho. De hecho para mí este Personal Record es superior a su debut, y mi argumento principal es que, al contrario que en Last Summer, aquí no sobra ni una canción. Todas son importantes, todas pueden ser en un momento dado la mejor del disco, todas son brillantes y todas tienen esa personalidad que se echa mucho en falta en una gran cantidad de la producción pop actual.

Su forma de cantar tan particular, donde los silencios y los espacios entre palabras tienen tanto relieve como las armonías, las melodías o el ritmo, sigue siendo una baza fundamental en las canciones de Eleanor Friedberger. Sin embargo, aunque pongamos el énfasis en sus esplendorosas interpretaciones,  no hay que subestimar su capacidad como compositora: «When I knew», «Stare at the sun» o «My own world» son canciones representativas del mejor y más pegadizo pop. Si a ello unimos su talento como contadora de historias («Echo or encore», «I don’t want to bother you»), así como una excepcional producción que hace sonar a cada instrumento y efecto musical exactamente en el momento justo y con la intensidad perfecta, llegamos a la fórmula que ha producido alguna de las mejores páginas de este estilo musical.

Sin duda, uno de los discos del año para quienes gustan del pop placentero pero lúcido a la vez.