Entrevistamos a Laura Sagaz por ‘Chica = Tonta Chica = Mala Chica = Débil. Políticas Identitarias Del Movimiento Riot Grrrl’

La escritora Laura Sagaz acaba de publicar un libro que se me antoja importante: Chica = Tonta Chica = Mala Chica = Débil. Políticas Identitarias Del Movimiento Riot Grrrl – Laura Sagaz (Orciny Press/Uterzine, 2022) pone encima de la mesa la importancia del movimiento Riot Girl estadounidense, y su asimilación por algunas bandas en España. Un trabajo riguroso y entusiasta que bien podría ser el primer toque de atención para que se siguiera publicando sobre este género que siempre ha estado oculto bajo la alargada sombra del grunge. Hablamos con su autora sobre el libro.

«Creo que debería explorarse mucho más a la mujer en la historia de la música, como puede ser en la década de los 90 con la tercera ola feminista. Desde el movimiento Riot Grrrl a otras artistas»

Este libro es un trabajo final de máster. ¿Qué te motivó a publicarlo?

El año en que realicé la investigación para el TFM fue el 2020. Dentro de lo complicado y exasperante que fue sacarse un máster desde mi pequeña habitación, con mi estabilidad mental (al igual que la de todos) al límite, debo reconocer que gracias a ello conseguí poder entrevistar a algunas artistas a las que admiro, como Las Odio, Heksa o Wake Up, Candela! en España, o Allison Wolfe y Corin Tucker en Estados Unidos. Éstas últimas hubieran sido muy difíciles de localizar y poder acceder a entrevistarlas de no ser por que estaban en sus casas con mucho tiempo libre. Cuando presenté el proyecto, estuve dándole vueltas a la idea de que podría ser interesante mostrarle únicamente las entrevistas a algún medio afín, ya que no suele haber mucho material sobre ellas en castellano. Soy muy fan de Uterzine como seguidora, y contacté con Maritxu Alonso (la gran mente y persona que hay detrás), aunque no habíamos intercambiado nunca una palabra, por si pudiera ser de su interés. La respuesta no fue que quería las entrevistas sino todo el trabajo en sí. Después se unió Hugo de Orciny Press, y el resto está ahora en papel. Fue fantástico.

Se ha mantenido la narrativa académica adoptada en todo trabajo de esta índole. ¿Decidiste tú misma dejarlo así, o hubieras preferido darle un registro más ensayístico-narrativo?

Quería mantener el tono de trabajo de investigación, darle un enfoque riguroso para remarcar su interés académico. Creo que debería explorarse mucho más a la mujer en la historia de la música, como puede ser en la década de los 90 con la tercera ola feminista. Desde el movimiento Riot Grrrl a otras artistas como Fiona Apple, Alanis Morissette, Tori Amos, Shirley Manson… Creo que todavía tenemos que darles el lugar en la musicología que se merecen como objeto de estudio. Por otro lado, he intentado que sea un texto accesible, alejado de algunos registros llenos de tecnicismos y retóricas complicadas, que hacen muy difícil una lectura fluida. Quería hacer algo que yo misma quisiese leer sin tener que buscar cada dos líneas conceptos en Google. Y, como obsesa de las referencias bibliográficas que soy, llena de citas que te conecten con otros textos relacionados para poder bucear en el tema con profundidad.

Las entrevistas al final del libro a artistas que han aportado al Riot Girl son muy interesantes. ¿Qué criterios utilizaste y con que finalidad?

En el caso de las mujeres del Riot Grrrl original que entrevisté, era, no solo una manera de refrendar lo que decía en el libro, sino como testimonio de primera mano de su historia vital y profesional, quería saber que las motivó a alzar la voz y los instrumentos y cómo fue ese camino. Fue todo un lujo y aún no me creo que pudiese contactar con ellas (¡siendo entonces una simple estudiante en España!). Por otro lado, quería reivindicar a bandas jóvenes formadas por mujeres, cuyos sonidos, valores e ideología concordasen con ese movimiento de los 90 pero en la época actual. Seguía personalmente a los grupos y las conexiones me parecían claras. Fue una alegría que ellas se interesasen también en formar parte del proyecto y sus declaraciones fueron excepcionales para también explicar en qué punto están los “grupos de chicas” en la industria musical de hoy.

La entrevista a Lidia Damunt fue la última en realizarse, cuando ya el trabajo había pasado a ser libro, y me pareció una persona maravillosa con la que completar toda la información y abordar cómo llegó a España el movimiento. Ella ha sido una de las figuras que ha reivindicado más el Riot Grrrl en nuestro país desde los inicios y más ha asumido su ética en su carrera profesional desde hace décadas.

¿Cómo viviste el advenimiento del Riot Girl? ¿Qué grupos te marcaron más?

Me descubro aquí mismo y desvelo que nací unos cuantos años después del movimiento. Llegué a ellas cuando YouTube ya tenía unos años de recorrido, lo que me facilitó bastante para poder acceder a la música sin tener que esperar y rezar a que llegasen sus discos a España. En mis primeros años de adolescencia quería romper con todo y los sonidos punk y grunge fueron herramientas indispensables para ello. Por supuesto, empecé con bandas masculinas, ya que tuvieron más notoriedad y repercusión internacional. Me deslumbraron. Pero cuando se fue un poco el efecto de esa luz, quise saber si había mujeres que se subían al escenario como ellos, y poco a poco, fui descubriendo toda esta escena fascinante, principalmente de la mano de Bikini Kill y Sleater-Kinney.

¿De qué forma ha marcado tu forma de entender la música y el feminismo?

Me gusta mucho cómo el movimiento es una muestra de las maneras en que pueden relacionarse la música y el feminismo, y beber una de otra. Ver y escuchar a mujeres encima de un escenario, moviéndose de maneras nada delicadas, gritando, interactuando con la audiencia, animando a reclamar el espacio de la pista como un lugar seguro, la carga política de sus letras, su estética, su puesta en escena, su manera de hacerlo todo ellas mismas para poder expresar su discurso sin censuras… Todo se enfoca en apelar a las conciencias, dar voz y generar cambios reales

¿Crees que su traslación a España no ha dejado mayor huella por la hegemonía patriarcal del indie? ¿Crees que algo ha cambiado en el indie actual o seguimos igual?

Creo que hay dos factores importantes. Uno, el punk, grunge y hardcore son sonidos mas “de nicho” (lo que no quiera decir que no puedan funcionar y Nevermind o Ten vendan millones de copias). Aunque sus públicos son muy fieles, muchas veces su música tiene letras explícitas, o sus actuaciones en directo son muy subversivas y es más complicado codificarlo y venderlo como un producto a las grandes masas. Dos, no podemos olvidar que son mujeres haciendo música en un estilo muy masculinizado. Por supuesto algunas pueden ser igual de (re)conocidas como sus pares masculinos (aunque no las tengo todas conmigo, e incluso puede ser tokenismo puro), pero, aun así, van a tener que sufrir un sexismo, discriminación y una violencia que acaba por invisibilizar. Creo que eso es lo que acaba silenciando, no tanto por si predomina el indie, el pop o el bolero.

No creo que actualmente estemos en las antípodas de eso, aunque, por suerte, ya tenemos mayor concienciación. Eso sí, es una alegría ver la cantidad de grupos formados por mujeres, personas racializadas, gente queer y cualquier otra identidad alejada del canon que estamos viendo nacer. Creo que vivimos una época que se puede presentar llena de aperturismo, mezclas y aire fresco, si los públicos y la propia industria apuestan por ello y lo permiten florecer.

¿Por qué existe tan poca literatura sobre el tema en castellano? ¿Crees que tu libro servirá para seguir radiografiando a un género musical tan importante para la visibilización de la mujer en el punk?

Creo que ha habido una gran invisibilización de la mujer en la historia de la música, sobre todo en aquellos géneros más alejados del pop comercial y las grandes divas. Como he comentado antes, poco a poco se va poniendo el foco en las artistas de los 90, pero todavía falta camino por recorrer, tanto en inglés como en castellano. Sería muy interesante, no solo que se tradujesen obras en inglés de escritoras como Sara Marcus o Lucy O’Brien, o que se compilasen artículos sobre el tema, sino, también, que se siguiesen creando conexiones y explorando la ideología de escenas como el Riot Grrrl. Ojalá mi libro sea una más de las referencias a consultar sobre la temática, facilite a todas aquellas personas que quieran conocer o investigar más sobre estas artistas en España, y esto les inspire para poder abrir nuevas líneas de exploración y hacerse otras preguntas.

«Es una alegría ver la cantidad de grupos formados por mujeres, personas racializadas, gente queer y cualquier otra identidad alejada del canon que estamos viendo nacer»

¿Qué opinión te merece estilos como el trap o el reguetón que están aportando nuevas vías de escape a la corporalidad femenina?

Aunque no soy la mayor conocedora y experta en “lo urbano”, creo que son dos estilos interesantísimos para analizar, de los que todavía se podría sacar mucho más, si no nos quedamos en algunas de las letras machistas o provocadoras que tienen. Por qué son ritmos tan atrayentes, la producción y los ritmos que se toman de diferentes países, qué implica el autotune en la música, los orígenes de los artistas, la estética en vestimenta, peinado y maquillaje, el gusto por el exceso y el dinero, las dinámicas y relaciones en clubs y discotecas entre hombres y mujeres, la toma de la pista de baile con movimientos tan explícitos y sexuales (como tú dices, esa corporalidad femenina que parece desbocada y liberada), cómo se viven estos estilos en comunidades queer y feministas y cómo lo reproducen y subvierten… Creo que se debería ir más allá del clasismo, racismo o mera denuncia de sexualización y analizar la escena urbana con ojos nuevos que se pregunten sobre las mecánicas del juego, como ya se hizo con el hip-hop y el rap en su momento.

Aunque sean registros diferentes. ¿Qué opinión te merece la polarización que genera una artista como Rosalía?

Que una artista genere bandos tan polarizados, como comentas, ya me parece algo digno de analizar. Al ser una persona pública, con tanta notoriedad mundial, es obvio que vas a tener críticas muy positivas y negativas. Creo que sus detractores no van a quedar contentos nunca: ¿Se educa en sonidos flamencos? Apropiacionista. ¿Hace un disco alejado de sus códigos previos? Reniega de la tradición, se ha pasado a lo comercial. Y un largo etcétera. No veo algo malo que tu deseo sea derribar tu sonido y empezar de cero en cada disco, que no juegue a seguro. Si al público le gusta, maravilloso, si no, por suerte se puede escuchar el material previo a golpe de click, y si nada te ha gustado ni te gusta su propuesta, bueno, siempre puedes pasar de canción.

Algo que me gusta de ella es el amplio espectro de referencias e influencias que maneja, que la enriquecen tanto sonoramente como estéticamente. Además, es de agradecer y admirar que hable siempre de sus maestros y maestras. Me siento identificada porque a mí también mis ídolos me han marcado a un nivel profundísimo. Creo que al final todos estamos compuestos de fragmentos de lo que leemos, escuchamos y vemos.

Puedes comprar el libro Chica = Tonta Chica = Mala Chica = Débil. Políticas Identitarias Del Movimiento Riot Grrrl – Laura Sagaz (Orciny Press/Uterzine) en la web de su editorial.

 

 

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