Entrevistamos a Parade

Antonio Galvañ (Parade) se transmuta en un Burt Bacharach o un Hal David espacial para entregar su mejor disco hasta la fecha, el magnífico La Deriva Sentimental (Jabalina, 2019). Canciones, en su mayoría, cantadas por grandes voces del pop estatal como Teresa Iturroiz, Alberto Montero o Lidia Damunt, que permiten vislumbrar diferentes matices a un cancionero rebosante de emociones y armonías de ensueño.

«La música tiene el poder de aliviarme, por lo menos a mí, pero también de alegrarme o acompañarme en buenos y malos ratos»

¿Cómo surgió la idea de hacer un disco con colaboradxs?

Tenía la idea de hacer algo como lo que Stephin Merritt hizo en sus discos de The 6ths, es decir, canciones nuevas interpretadas por otros cantantes. Al principio era solo una fantasía, me decía a mí mismo: “qué bien quedaría esta cantada por fulanito… y esta otra cantada por menganito…” Hasta que al final me atreví, eran todos conocidos y admirados, así que hice una cosa que me cuesta mucho porque soy muy malo para eso: empezar a escribir a la gente e intentar que me respondieran. Y resultó muy bien.

La selección de los músicos que te acompañan como se definió: ¿por afinidades? ¿por gustos personales?

Son todos artistas con los que he coincidido en alguna ocasión, e incluso participado en algún disco suyo. Los conozco a unos más, a otros menos, pero me une la gran admiración que tengo por su trabajo. Están casi todos los músicos españoles de los que soy fan confeso.

Parade siempre ha apostado por la redefinición de la “canción” como formato para encapsular todo tipo de sentimientos. En estos tiempos en los que las producciones cada vez parecen imponerse a la “canción.” ¿Cómo libras esta batalla?

Pienso que las canciones que se nos quedan en la memoria y en el corazón es porque son buenas, están bien hechas, con sentido, sean más o menos raras. La producción puede elevar una buena canción hasta el cielo, pero si no hay nada detrás es difícil que perdure. Otra cosa es lo que se considera una buena canción. Eso da para muchas páginas. Pero te doy una pista. Para mí, “Wake me up before you go go” es tan buena canción como “Like a rolling stone”.

 

Hay muchas referencias al acto de creación, a tus filias y fobias. ¿El arte tiene, aún, el poder de redimirnos de algo?

En el sentido de poner fin a dolor o penuria (como dice la RAE) rotundamente sí. La música tiene el poder de aliviarme, por lo menos a mí, pero también de alegrarme o acompañarme en buenos y malos ratos. Muchos de los mejores momentos de mi vida tienen como banda sonora canciones que luego se adhieren a la memoria y te hacen recordarlos.

“La Deriva Sentimental” es un disco muy heterogéneo en cuanto a sonido. ¿Qué influencias has barajado en el transcurso de la composición de este?

Pues creo que este es el disco más “clásico” de los que he hecho. Clásico en cuanto a composición, estructura de las canciones y sonido. Puede ir desde el Brill Building y la canción italiana de los sesenta a las influencias ochenteras de Prefab Sprout o Yazoo, pero todo tiene un esqueleto de estrofa – estribillos muy evidente. Aquí no he buscado la experimentación.

Hay grandes voces que aportan matices inusitados: Lidia Damunt, Teresa Iturrioz, Alondra Bentley. La voz parece un instrumento más. ¿Por qué no en el pop español no se ha tenido tradición por crear referentes vocales como sí pasa en EUA o Inglaterra?

Bueno, nosotros hemos tenido grandísimas cantantes a la altura de las figuras del pop inglés o americano. Desde las Marisol, Karina, Massiel, Cecilia o Mari Trini por la parte más pop y cantautoril hasta fenómenos como Rocío Jurado por la parte de canción española. Por no hablar de las voces de Vainica Doble. Algunas con más suerte que otras, siguen siendo reverenciadas y recordadas.

Otra cosa es la música indie, que es muy minoritaria y tiene tendencia a recordar poco.

En “Esa Música” (colabora Jaime Cristóbal) hay reminiscencias al pop de Fleetwood Mac, un grupo que se está reivindicando mucho de un tiempo a esta parte junto al sonido Laurel Canyon. ¿Qué parte de nostalgia hay en la música de Parade, y qué parte hay de transgredirla y de crear un meta relato?

Hay una parte de nostalgia porque ya soy un poco mayor y llevo escuchando música desde hace mucho tiempo. Cuando hago una canción son solo acordes, letra y melodía con el piano, pero en tu cabeza siempre hay algo que te dice: “esto suena como tal cosa”. No puedes crear de la nada. Después, el reto está en superar los límites y con esos mimbres lograr algo original, ya sea porque lo has pretendido o porque no has sido capaz de emular correctamente las influencias (cómo me ha ocurrido a mí muchas veces).

 

“Ruido de motor” (con Charlie Mysterio) tiene un poso de distopía y de futurismo. ¿La sci-fi de que manera te influye cuando compones?

La ciencia ficción y la fantasía forman parte de mi música porque soy un gran amante de estos géneros y las canciones que hago muchas veces me explican. En más o menos grado van a seguir apareciendo en mis discos, a veces como protagonistas absolutos, otras como una especie de sustrato muy al fondo. Pero no renuncio al futurismo.

Reconozco que el futuro en estos momentos lo veo más como distopía que como utopía, pero tampoco renuncio a la esperanza. Confío en la capacidad de las personas para hacer cambiar la sociedad.

Versionas a The Magnetic Fields. Stephin Merritt nos ha cambiado la vida a muchos ¿De qué modo te la cambió a ti cuando lo descubriste?

Pues de dos maneras: me alucina la capacidad para hacer canciones enormes con letras maravillosas que posee Stephin Merritt. A veces con solo un par de acordes. Creo que es un genio.

Por otro, me encanta que grabe en su casa y consiga un sonido distintivo al cien por cien. Sabes que son Magnetic Fields a los tres segundos de empezar la canción. Y eso es muy difícil de conseguir.

Todo esto me estimuló para poder grabar yo mis propias canciones en casa.

Leí en una entrevista que decías que te gustaría que la vida fuera como en las películas, con un final feliz. En tus canciones parece que a uno no le vaya a pasar nunca nada, es como si estuvieran acorazadas para repeler lo dañino. Uno tiene la sensación de que Parade es un sistema solar a parte. ¿Crees en las idealizaciones y en las utopías?

Algunas veces las canciones, los libros y las películas pueden servirte para escapar y alejarte, para formar esa burbuja de la que hablas. Creo en la capacidad de las canciones para arrullarte en momentos así.

Pero otras veces las canciones sirven para despertarte y ayudarte a actuar. Te conectan con lo que hay alrededor y sirven como banda sonora de tu vida.

Parade formará parte de la Fiesta 25º aniversario de Jabalina.

Foto de Parade: Jose Carlos Nievas 

2 comentarios en «Entrevistamos a Parade»

Deja una respuesta

WP-Backgrounds Lite by InoPlugs Web Design and Juwelier Schönmann 1010 Wien