Madness – Oui Oui Si Si Ja Ja Da Da (Lucky7/Cooking Vinyl)

En la historia de la música hay grupos y artistas que han iniciado géneros, les han dado el empuje definitivo o los han llevado a sus más altas cumbres. Podríamos pensar en Elvis, los Beatles, Bob Dylan, Black Sabbath, Kraftwerk… Luego hay grupos que prácticamente se han convertido en un género en sí mismos. Entre ellos está, desde luego, Madness. Y es que hace tiempo, prácticamente desde su segundo disco, que hablar de ska o de 2-Tone es quedarse muy corto para describir lo que hacen Scuggs y sus muchachos. Además es de los escasos grupos que, tras años de desapariciones, reuniones, festivales oldies y discos de versiones, de repente fueron capaces de sacarse de la manga un pedazo de álbum como fue The Liberty of Norton Folgate, combinando los aspectos más tradicionales de su música con una melancólica reivindicación de pasados mejores.

El listón estaba alto, pues. ¿Lo podrían superar? Pues lo cierto es que la respuesta es complicada. Por una parte, en mi opinión, aquí carecen de la inspiración que desbordaba su anterior álbum. «My Girl 2» no es la segunda parte de su mítico «My Girl», como uno pudiera esperar, pero se apropia del reconocible ritmillo Motown de la archiconocida «Tainted love» hasta casi rozar el plagio. Por si fuera poco, «Never knew your name» no sólo lo roza, sino que lo abraza fervorosamente, aunque en este caso se plagian a sí mismos calcando casi nota por nota su fabuloso «Embarrassment», presente en su infravalorado disco Absolutely (1980). Estos son los ejemplos más claros, aunque la sensación de tantear terreno ya hollado planea sobre bastantes cortes del álbum.

No obstante, el tono general del álbum es, de nuevo, interesante y en ocasiones brillante. La composición de las canciones, si obviamos las sospechas mencionadas, es ágil, inteligente, y hace buen uso de melodías de perfil bajo pero efectivas para el objetivo: hacer el álbum que pueden hacer a su edad sin pretensiones Peterpanescas. Cada uno puede decidir si el mariachi de «La Luna» o el tono de canción napolitana popular de «Misery» rompen la monotonía, representan una nota discordante o contribuyen a que el álbum resulte más variado e interesante. Aunque para mí las canciones más destacables son «Circus freak» y sus secciones casi recitadas, con la impecable voz de Scuggs realizando ciertas inflexiones al estilo Jarvis Cocker, y «Death of a rude boy», con su trasfondo reivindicativo plasmado en el uso de rimas en el más puro estilo hip hop, y que crea un ambiente casi de temor y de nostalgia que recuerda a la mítica «Ghost town» de The Specials, otros grandes del género.

En general se trata de un buen disco, que tal vez por el efecto sorpresa que supuso su anterior álbum se encuentra un escalón por debajo de aquél, aunque sigue rayando a una altura considerable tanto en lo que respecta a las melodías como a las letras. En su contra, como he dicho al principio, algunos pasajes en exceso autorreferenciales

 

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