Primavera Club. Asistimos al festival otoñal celebrado entre Barcelona y Madrid

Intro

La edición otoñal de Primavera Sound, ha paseado por diversos emplazamientos de Madrid y Barcelona,  entre los días  24 y 28 de noviembre.

Por allí pasaron artistas de la talla de Teenage Fanclub, Edwyn Collins, Lou Barlow,Cornflakes, Lüger, Eat Skull,…

A continuación te desvelamos cómo transcurrió la edición de 2010.


Barcelona

Beach Fossils:
Es algo común que en algunos parques japoneses se junten unos curiosos rockabillys que hacen el ganso bailando el rock como se hacía en los cincuenta. O como la película Grease decía que se bailaba el rock en los cincuenta. En cualquier caso los Beach Fossilsserán otro hype de Captured Tracks que consiguen hacer las europas tras haber sido rigurosamente alabados por los blogs de más enjundia pero a fin de cuentas no andan muy lejos de ser un grupo tributo a Eddie Cochran con sobredosis de anfetaminas. No obstante su buen directo, su juventud y sus más que pegadizas canciones hicieron que nos quedásemos más con lo de Beach que con lo de Fossils.

Jordi Dalmau

Dam Funk & Master Blaster:
Damon G. Riddick aka Dam Funk parece salido directamente del videojuego GTA San Andreas. Me recorrió un escalofrío cuando salió al escenario sabiendo que en otra vida virtual había asesinado a docenas de individuos exactamente iguales que él. Pero por suerte el mensaje de Dam Funk es un mensaje de amor. Un amor sucio y guarro pero amor al fin y al cabo. Dam Funk es la reunión bastarda de buena parte la música negra de los últimos treinta años. Armados con una batería, sintetizadores, samplers de mercadillo y un teclado guitarra keytar más grande que la vida repasan el funk, soul, synth pop y hip hop que se ha estado escuchado por las emisoras AM de Los Ángeles en los últimos treinta años. Un Ariel Pink del ghetto para que nos entendamos. Además, alguien que no tiene miedo de utilizar un talkbox en estos tiempos es un héroe popular y merece ser comparado con esos monjes medievales que guardaron el saber en los tiempos oscuros. Un directo duro, canciones avasalladoras y un público que aunque algo escaso quedó totalmente rendido dejaron la conclusión que su concierto ha sido uno de los grandes aciertos de este festival.

Jordi Dalmau

Edwyn Collins:
La actuación de Edwyn Collins nos tenía el corazón en un puño. Después de su grave accidente vascular, ¿qué se podía esperar? Prácticamente solo podíamos pensar en su dignidad. ¿Dignidad? La que nos faltó a nosotros por dudar del gran Collins. Uno de los grandes maestros del pop lo es hasta el final. Concierto memorable en el Casino de l´Aliança. Sin bajar el tono, exprimiéndose al máximo, dejándose sus fuerzas delante de nosotros, Collins genial de principio a fin. Hasta los errores de la banda parecían encajar. No fue un ejercicio de nostalgia ni un homenaje en vida, fue una actuación brillante del músico más genial de este Primavera Clubque sigue demostrando que hasta las canciones de Orange Juice están perfectas de salud. Por muchos años.

Jordi Dalmau

Mount Kimbie:

Si alguien habla de dubstep es que no sigue las noticias. El dubstep está muerto. Mejor dicho, ya ha mutado de forma. Por los clubs de Londres y Bristol ya nadie lo pide, ahora los DJs están dando forma al siguiente golem y Mount Kimbie están a la vanguardia. Future garage lo llaman. En definitiva ritmos rotos, armonías despedazadas, más melódico, menos oscuro. El dubstep era para tiempos más despreocupados. La sesión fue muy irregular, grandes temas junto con otros más aburridos y con bastantes problemas con la mesa de sonido. De momento son un grupo que sigue sonando mejor en disco. Tampoco es música para bailar por más que algunos lo intentaran pero sí para sentirse un poco mejor.

Jordi Dalmau

The Rural Alberta Advantage:
Concierto muy breve, casi no llegó a la media hora, pero intenso como pocos. Sentó muy bien el entusiasmo que demostró la banda y por eso se hace difícil de entender por qué fue tan corto. Quizás las prisas del local, ex-epicentro de la Barcelona del pelotazo, para retener clientes tuvo algo que ver. Pero el breve tiempo fue bien aprovechado para ver a una banda en muy buena forma y que tenía muchas ganas de ganarse al público que abarrotaba el local. No son los “nuevos Neutral Milk Hotel” pero tampoco nadie los ha llamado. Una banda que huele a Primavera Sound.

Esto se confirmó en la noche de cierre, el domingo, en la que ofrecieron otro excelente concierto lleno de muy buenas canciones y de inequívoco entusiasmo. Los canadienses estaban genuinamente encantados de tocar en este Primavera Club, y su candor se transmitió incluso a los más apáticos de entre el público. Tuvimos cuatro nuevos temas, y la confirmación por parte del cantante Nils Edenloff de que tendrán disco nuevo en un par de meses – y que estarán, en efecto, en el Primavera Sound. ¡Bien por ellos!

Jordi Dalmau / Daniel Oliver

SCUM:
Los SCUM empezaron el concierto con dos handicaps. Todavía no tienen ningún disco publicado, y ni están por la labor, y buena parte del público, quizás la mayoría, eran rezagados que no pudieron entrar en la sala grande del Apolo a ver a los Teenage Fan Club. Sin disco que “bajarse para ver si lo compro” y delante de fans de TFC cabreados presentar su post-punk enterrado entre millones de decibelios y múltiples capas de sonidos y salir airosos era prácticamente imposible. Y es una lástima porque todo hace parecer que si bien su concierto tuvo muchos problemas (la mayoría causados por el propio cantante) son una banda de enorme potencial. Si nos quedamos con lo mejor del concierto estamos ante una futura gran banda, si nos quedamos con lo peor, con unos principiantes.

Jordi Dalmau

Sophia:
Alguien que habla de cánceres y muertes de madres una tarde de sábado es capaz de arruinarte el día entero. Pero Robin Proper-Sheppard es capaz de explicártelo con tanta naturalidad, tan alejado de dramatismos que al final te parece estar charlando con un buen amigo. Con buena parte del festival ya a cuestas y sentados en los mullidos asientos del Casino, una tarde de folk intimista parecía una invitación a echarse una siestecita pero no contábamos con el magnetismo de estas canciones. Un concierto muy emotivo para un artista a descubrir en mayor profundidad.


Jordi Dalmau

The Jim Jones Revue:
El revival rockabilly de The Jim Jones Revue tuvo doble concierto en este Primavera Club, aunque sólo tuvimos oportunidad de verlo en la clausura del festival en Barcelona, la noche de domingo en Apolo.  Fueron atronadores, sin duda; y lucieron un gran despliegue de brincos y gritos, desde luego. También se llevaron premios a las guitarras más molonas, al vestuario más caro, a los tejanos más apretados y a la mayor cantidad de gomina. No obstante, resultaba casi irrisorio ver como la banda descargaba su ruidoso rockabilly sobre un público completamente apático, y que no parecía responder a los aspavientos del cantante por ningún otro motivo que el de no hacerle quedar mal. Parecía que si la banda hubiese abandonado el escenario a medio concierto la mayoría del público ni se habría inmutado.

The Jim Jones Revue
no conectaron con nadie, y su propuesta musical parecía totalmente fuera de lugar en el contexto del concierto del domingo. La verdad, el suyo es un revival muy poco elaborado, y su actitud en directo parece algo forzada. Pero si uno se conforma con el ruido y la furia (o va mamao perdido) no hay duda de que este grupo puede ofrecer conciertos muy divertidos.

Daniel Oliver

Holy Fuck:
Los canadienses Holy Fuck y su música electrónica-instrumental eran, a priori, uno de los platos fuertes de este Primavera Club 2010.Despertaba una gran curiosidad ver al cuarteto ejecutar en escena sus álbumes, que ya de por si tienen decididamente un aire de música en directo y/o de improvisación.
Ninguna sorpresa aquí: Holy Fuck ofrecieron un concierto imparable, animados constantemente por el previsible espectáculo de un enorme Matt Schulz a la batería. El frente del grupo, ocupado por dos teclistas/DJ, elevó las eléctricas canciones instrumentales hasta convertirlas, en ocasiones, en una tremenda sesión de música electrónica que no desentonaría en cualquier club de pastilleros. Como resultado, un fiestón más que digno teniendo en cuenta que la mayoría del público llevaba ya unos cuantos días de conciertos a cuestas.

La actuación de los canadienses demuestra que no desmerecen a los grandes de su generación; y es que sin irradiar la perfección musical de unos LCD Soundsystem o unos These New Puritans, si demostraron en cambio tener muchísima frescura, imaginación, y una caña ilimitada. Calificamos de imprescindible, sin la menor duda, ver a estos chicos en directo.

Daniel Oliver

Wild Nothing:
Los niños bonitos del sello Captured Tracks eran avalados como uno de los nombres más interesantes por los seguidores más poperos del festival. En su defensa cabe imaginar que pocos de ellos habían asistido a uno de sus conciertos. Lánguidos, sosos, monótonos, cualquier adjetivo donde el tedio albergue un rinconcito ese merecedor de figurar en cualquier crónica de esa noche. Un concierto anodino en el que parecía que estábamos asistiendo a un simple ensayo más que en la presentación de una banda que presumiblemente querría comerse el mundo a dentelladas. La verdadera pena es que quien volvía de su viaje astral mientras aparentaba escuchar el concierto, se podía encontrar sorprendido con alguna buena canción. Y es que un regalo envuelto en papel de aluminio siempre parece algo menos.

Jordi Dalmau


Madrid

Cornflakes:
El regreso del trío barcelonés ha dado mucho que hablar entre sus seguidores. Después de  años sin subir a los escenarios, la propia banda respondía al ser preguntada por esta reunión que, este era el momento y no antes. Suponemos que el hecho de que te lo pidan los responsables de un festival como el Primavera Club y que, además hace poco se han cumplido los veinte años del sello discográfico que les dio la oportunidad de ver la luz, debe ayudar.

Pioneros del Hardcore melódico en este país, y buque insignia del sello B-Core, a Cornflakes les tocaba la dura tarea de tocar los primeros en la sala Caracol. Y es que el cartel del Primavera Club, con tanta oferta y sala, debe volver loco al público. El caso es que la sala no presentaba ni un cuarto de la entrada y el ambiente era más que frio.

La formación, original por cierto, se decanto por un concierto rápido  como cabía de esperar en ellos y sin apenas paradas entre tema y tema. Es evidente que ya no lucen las cabelleras que tenían en los noventa, pero a nivel musical están en plena forma. Su set se baso sobre todo en sus dos primeros discos; “No Problem” y “Childish”, así los más nostálgicos pudimos disfrutar de temas como: “Another Dimension”, “The Weakest Man” o “Wasted Chances”. ¿Sera esto el preludio del regreso de Cornflakes a los escenarios y estudios?

Fernando del Río

Edwyn Collins:
Si tuviera que buscar una sola palabra para definir el concierto de Edwyn Collins, la tendría clara; bonito. El concierto más bonito, para el que esto suscribe, de todos a los que he asistido. Edwyn Collins no necesita presentación, es un mago de las melodías y las canciones desde 1976 al mando de su mítica formación; Orange Juice.

Puntuales, como todos los conciertos del festival, a las 22:30 salía a escena la banda de Edwyn Collins. Primera sorpresa: me parece ver sentado en la batería ni más ni menos que a Paul Cook, baterista de los Sex Pistols. Segunda sorpresa: no me cabe la menor duda que el tipo que está sentado a los teclados es Boz Boorer, tal y como luego confirmaría el propio Edwyn, el músico de confianza de Morrissey al que acompaña desde hace veinte años, y al que Moz le debe algo más que su música. Pero eso es otro cantar…

Tras unos acordes de presentación, allí vimos aparecer al bueno de Edwyn ayudándose por un bastón plateado.  Recordemos que el músico escocés padece parálisis en la mitad derecha de su cuerpo desde el año 2005 a causa de una hemorragia cerebral. A partir de aquí y con Edwyn Collins al mando de esta “Súper banda”, el escocés no dio un solo respiro a sus fans. Luciendo una sonrisa sincera durante toda la actuación, dio buena cuenta de parte de su repertorio comenzando con el tema que da título a su último álbum “Loosing Sleep”. El setlist estuvo basado en gran parte en su excelente último trabajo, aunque también hubo espacio para guiños aOrange Juice; “Rip It Up” y “Falling & Laughing” y a anteriores trabajos en solitario; “Home Again” del álbum del mismo título, o al tema que en su día le dio más fama, “A Girl Like You”. Pocas veces se ven sobre el escenario tal complicidad entre los músicos, saber estar, humildad y agradecimiento sincero como el que vimos allí. Solo me queda por decir… ¡Gracias Maestro!

Fernando del Río

Eat Skull:
Desde luego programar a estos tipos con caras de pocos amigos después del concierto intimista de Lou Barlow no sé si era buena idea. Eat Skull son una formación de Sacramento (California) que gusta del sonido “Lo Fi” y de liarla por donde quiera que vayan. Dicho y hecho: ya en el primer tema, “Heavens Stranger”, el cantante se levanto de la silla en la que estaba sentado y la compartió amablemente con el público. Cierto es que no alcanzó a nadie, pero minutos después propino una patada a la misma silla, enviándola otra vez a parte del respetable, yo mismo me tuve que apartar. También tuvieron el detalle de compartir algunas piezas de frutas mordisqueadas, suponemos que parte del catering, con los allí presentes.

Numeritos y salidas de tono aparte (parte de la banda está más rato fuera del escenario que en él, uno de ellos casi se parte la crisma al dar un abrazo a alguien del público…) dieron un concierto más que correcto y con una actitud más que punk. Ni siquiera “Stick in to the Formula” o “Coocking a Way to be Happy”, dos de sus canciones que se me antojan más  amables, se libraron de ese abanto de cochambre ruidosa que son en directo.

Epatantes y pendencieros, directos y marrulleros. Me caen bien estos personajes. Daria lo que fuera por verlos en un certamen tipo Eurovisión.

Fernando del Río

Fred I Son:

La banda catalana integrada por: Elisenda Daura, Xavi Rosés, Xesc Cabot y Cristian Pallejà, bregaba también con el hándicap de comenzar a las 20:00 en la madrileña sala Rockitchen, y con la que estaba cayendo fuera, en lo que sería su único concierto en el Primavera Club. Con todo y con eso convocaron a algunas decenas de fans y aficionados conocedores de su pop, no había más que ver las caras de satisfacción de los pocos congregados e incluso más de uno que se sabía las canciones. Y yo que pensaba que en Madrid solo se hablaba catalán en la intimidad. Su pop de corte naif que a veces recuerda a formaciones como: La Buena Vida, Vacaciones, Le Mans… inundo la sala con sus canciones alegres y optimistas. Así, pudimos escuchar parte de ese su único disco por el momento, “En Pijama”. No pudieron faltar: “Canço de Fred I Son”, “Els Oficis”, o una de mis favoritas, que dejaron casi para el final, “Caballets de Mar”.

Las canciones sobrias y sosegadas de este cuarteto nunca vienen mal sea el momento que sea.

Fernando del Río

Jim Jones Revue:

El público de corte más “Rockero” tenía una cita con el quinteto británico con el nombre de su líder, Jim Jones, antes alma páter de la formación garajera Thee Hypnotics. La banda acaba de editar nuevo disco, con el título de “Burning your House Down”, en el que a pesar de haber depurado el sonido, no bajan el “pistón” en referencia al primer trabajo ni en un solo momento.

Temas nuevos como: “Shoo First” o “Stop the People” suenan impecables en directo. Esa mezcla de Rock & Roll clásico, blues sucio, garaje y actitud suele ser infalible con cinco elementos como estos en un escenario. Mención especial para el pianista Elliot Mortimerque golpea las teclas con un estilo y unas ganas que no son ni medio normales, y es en buena parte culpable de ese sonido ya reconocible de la banda británica. Si hay algo que se les tenga que echar en cara, y esto ya lo dije en una reseña anterior, es que exprimen hasta la saciedad el cliché de “Rockeros”, hasta tal punto que pueden llegar a parecer una broma. Muchos pensaran, claro, que esto forma parte del circo del Rock.

Sea como fuera, musicalmente no les voy a quitar lo suyo, se están ganando un nombre dentro de los circuitos de Rock & Roll, a base de girar por todas partes y dejarse la piel en el escenario. Mucho mejor esta vez, por cierto, que su último paso por la capital.

Fernando del Río

John Grant:
El exlíder de la The Czars llegaba al Primavera para presentar su disco en solitario, “Queen of Denmark”, en formato dúo. Acompañado por un tipo que bien podía haber pasado por un clon de Kurt Cobain y dos pianos, desprovisto de instrumentos de cuerda y percusión, así fue el set del neoyorkino.

Con esa capacidad que tiene el norteamericano de comunicar con tan poco, su concierto puso los pelos de punta a más de uno con los temas más representativos de su trabajo en solitario. La emocionante “I Wanna go to Marz”, la melodía triste y ensoñadora de “It´s Easier” que nos traslada al sur de los Estados Unidos o la balada para los que se saben nacidos para perder; “Where Dreams go to Die”, hicieron de este un concierto emotivo y desgarrador. Es reconfortante oír al neoyorkino explicar como si tal cosa en qué momento escribió cada canción, y verle desnudar su alma contando episodios de adicciones ya superadas a ciertas sustancias. Como si de una montaña rusa de emociones se tratara, también hubo momentos para el cachondeo con el corte que da título al disco y con “Chicken Bones”.

Lo dicho, poner el bello como alambres de espino con la voz y con apenas dos teclados es muy difícil y no lo hace cualquiera. John Grant sí.

Fernando del Río

Lou Barlow:
No era mal asunto comenzar esta edición del Primavera Club viendo al músico norteamericano (Fue el primer concierto que vi) proveniente de formaciones primordiales en la historia reciente de la música pop; Dinosaur Jr y Sebadoh, por ejemplo, aparte de sus múltiples proyectos en solitario.

Lou Barlow se presentaba en esta gira en formato acústico, con su música desnuda, armado simplemente con una guitarra, su voz y ocasionalmente un Ukelele. Viéndole así, nadie diría que hace unos cuantos años fue un predicador de los pedales de efectos y uno de los puntales del sonido Lo Fi.

A pesar de la temprana hora, Mr Barlow logro concentrar a un buen número de asistentes entre conocedores de su faceta acústica y curiosos que iban a ver como se defendía en directo sin efectos sonoros. Aun con lo simple de sus planteamientos el artista logra crear un buen ambiente entre él y su público. Si, versiones de Sebadoh incluidas. En otro orden de asuntos: vergonzoso el comportamiento de algunos asistentes al concierto situados en las filas traseras de la sala que, no pararon de hablar, gritar y reírse en todo el concierto, sin tener consideración con el resto que estaba allí por algo.

Fernando del Río

Lüger:
Como si una bandada de libélulas robots de metal pasadas de LSD, salidas de un film de ciencia ficción, hubiera pasado volando sobre mi cabeza. Con ganas de salir volando y unirme a esa bandada y a sobrevolar toda la ciudad. Así se queda uno después de ver a Lüger.

Con una sala prácticamente vacía, los de Madrid no se dejaron amilanar y tocaron como si lo estuvieran haciendo ante un público amplio y entregado. Además con un repertorio renovado y arriesgado, ya que sonaron muchas canciones que no están en su único álbum. Es inevitable acordarse de grupos españoles como: Maquina, Tapiman… Aunque la variedad musical y el abanico estilístico de Lüger nos lleva más allá y siempre nos hace preguntarnos después de cada canción. “¿Qué vendrá ahora?”.

Los temas instrumentales predominantes en la banda son canela en rama, pero no dejo de pensar que la banda gana enteros en las canciones que canta el bajista, Dani, también en la mítica formación de Beat, Los Imposibles. Si pasan por tu ciudad no dejes de ir a ver a esta apisonadora de Psicodelia y Kraut Rock.

Fernando del Río

Teenage Fanclub:

Lo confieso, soy admirador de los escoceses desde muy jovencito, he ido a verlos siempre que  han venido y he podido. Tengo todos sus discos, algunos de ellos por partida doble y en diferentes formatos y algunas copias ya no se oyen por su uso. También soy de esos que se suele poner en primera fila y cantan a grito pelados sus canciones, convirtiendo el bolo en poco menos que un Karaoke para disgusto de sus acompañantes. A partir de estas palabras entiendo que mi reseña de Norman Blake y los suyos pueda quedar en entredicho y con menos credibilidad que la honradez de un concejal de urbanismo de ciertos consistorios.

Después de subir cinco pisos prácticamente corriendo para llegar a la infame sala de las columnas del Círculo, y después de hacer las mil maravillas para poder haber visto el concierto de otro escocés, Edwyn Collins, pude llegar a las primeras filas del abarrotado recinto.

A la 01:30 en punto salían a escena Teenage Fanclub, que a pesar de estar ya entraditos en años comenzaron con ganas y no las dejaron en todo el concierto. Abriendo con “Stars Again” del “Northern Britain”, para después presentar tres temas contados de su último trabajo, que supuestamente venían a presentar. Pero la banda debió pensar: “¿Queréis escuchar el nuevo disco? Pues os lo compráis o descargáis, que nosotros vamos a tocar clásicos”. Y tanto fue así, que a partir de ese momento comenzaron a sonar sus canciones atemporales; “Verysimilitude”, “I Don´t Want control of You”, con la que empezamos a temer por nuestras vidas al sentir temblar, literalmente, el suelo de la sala, “About You”, y así hasta llegar a la esperadísima “Everything Flows”.

Puede que sus armonías vocales en directo ya no sean lo que eran hace años, y el nefasto sonido de la sala de las columnas del Círculo tampoco ayudo demasiado. ¡Pero qué demonios! Son ellos, Teenage Fanclub. Al finalizar, un chico situado a mi lado le decía a su pareja; “Parece que Teenage Fanclub llevan haciendo el mismo concierto toda la vida, ya me cansan”. Y pensé para mis adentros; “No querrás que a estas alturas los de Glasgow se líen a hacer Post Rock”.

Fernando del Río

Wavves:

Había puesto todas mis ganas en ver a estos chavales de San Diego, y tuve que hacer maravillas para llegar a tiempo desde el Neu Club hasta la sala Caracol. Pero cualquier atisbo de ver un buen concierto se fue diluyendo poco a poco frente a panorama tan frio, insulso e insustancial. Con un volumen atronador y una sala al borde del vacío, el trío norteamericano demostró su falta de saber estar y respeto al (aunque fuera) escaso público, tocando con una desgana fuera de lo común y desprovistos de cualquier atisbo de pasión por lo que hacían. De buena gana hubiera subido al escenario y hubiera propinado una colleja a cada uno de los integrantes del grupo para ver si así entraban en calor, pero uno es civilizado.

Olvidable.

Fernando del Río


Fotos

Cornflakes
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Eat Skull
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Edwyn Collins
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Fred i Son
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Jim Jones Revue
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John Grant
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Lou Barlow
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Lüger
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Teenage Fanclub
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Wavves
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