The Shins – Moby Dick (Madrid)

Tras el injustamente ignorado Oh, inverted world (01), y un EP no menos valioso Nature Bears a Vacuum (99), los de Nuevo Méjico consiguieron sorprender a crítica y público con la edición de Chutes too narrow (03) , colando lo mejor del pop y de las influencias sixtie entre la oleada de rock facturado a otro lado del Atlántico. Tras estos dos excelentes discos, muchos éramos los que estábamos impacientes por esta visita a nuestro país.

Por desgracia, la noche no empezó demasiado bien. La actuación de los teloneros Lori Meyers dejó bastante indiferente a gran parte del público. Algo obvios y lineales, no consiguieron conectar demasiado, consiguiendo incluso que su actuación resultara algo larga. Si después de esto añadimos los fallos de sonido durante las primeras canciones de The Shins, cualquiera se hubiera echado las manos a la cabeza temiendo una gran decepción. Afortunadamente, no fue así.

Dejando los nervios y el mal humor a un lado, los de James Mercer decidieron subsanar los problemas técnicos con mucha simpatía. Los pesados minutos entre canción y canción acabaron sacando una sonrisa entre nosotros, gracias sobre todo a la simpatía del teclista Marty Crandall. Aún así, fue una pena no disfrutar de todo el esplendor de «Pressed in a book», «Kissing the lipless» y «Mine’s not a high horse». Menos mal que con «Know your onion!» el sonido mejoró notablemente y pudimos empezar a disfrutar, a pesar de lo exageradamente llena que estaba la sala y de las ya habituales charlas de parte de la gente durante los conciertos.

La timidez de Mercer no impidió que consiguiera encandilar con su increíble voz y todos los juegos vocales con los que él y el resto de la banda adornan sus canciones. El grupo al completo se entregó para ofrecernos y deleitarnos con frescas melodías «So says I», la cara más guitarrera «Turn a square», o algunos de sus temas más deliciosos «Pink bullets», «New Slang». Así hasta la despedida tras casi una hora de maravilloso pop que cerraron con un bis inesperado, una increíble versión de «Destroy the Heart» de House of Love y los dos temas que abren el primer disco, «One by one all day» y «Caring is creepy».

Sin ser un concierto redondo, merece la pena destacar la sencillez y a la vez el talento de estos chicos. Seguiremos a la espera de nuevos conciertos y futuros trabajos.

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