Travis – Razzmatazz (Barcelona)

Tras su paso por el Festival de Benicàssim, donde protagonizaron un concierto entrañable, Travis aterrizaban en Barcelona con su nuevo álbum ya editado, 12 memories (Sony, 2003), cosa que les permitió centrar su repertorio en los temas que lo forman sin tener que disculparse por cada canción desconocida que tocaron, como hicieran en la actuación del pasado agosto. Eso sí, Fran Haley se mostró igual de encantado y agradecido, y siguió ejerciendo su rol de personaje comprometido, lanzando un mensaje a favor de la paz justo antes de interpretar “Peace the fuck out”.

Los encargados de calentar al público fueron Athelete, la banda que se dio a conocer durante la última gira británica de Marion. Y si su disco, Vehicles and Animals (EMI, 03), no acaba de convencer, quizás por su irregularidad y un acabado algo inconexo, en directo los temas ganan mucho y enganchan a la primera escucha, quizás también por la simpatía de sus componentes. Sin duda, gozaron de un gran recibimiento, y no sólo por parte de un grupo de compatriotas que se encontraban entre el público.

Athelete por Núria Ferré Athelete por Núria Ferré

Si en Benicàssim ya notábamos una “radicalización” del sonido pop y en cierto modo acústico que ha caracterizado los últimos discos de Travis, en Barcelona lo evidenciaron ya por completo. ¿En qué sentido? Pues la guitarra eléctrica adquiere el papel protagonista del que anteriormente gozaba la acústica o la rítmica, de manera que temas de anteriores trabajos como “Writing to reach you” o “The fear” parecen más bien versiones roqueras que composiciones originales. Y las canciones más contundentes de la banda, como “Turn” o “All I wanna do is rock”, suenan mucho más eléctricos y espectaculares. Cosa que resulta buena y mala.

Travis por Núria Ferré Travis por Núria Ferré

Buena, porque su sonido, que puede resultar algo monótono, crece así en intensidad, y el hecho de llevar un teclista de apoyo para dar mayor autonomía a las guitarras beneficia la brillantez de los matices. Pero, por otro lado, contrarresta la sutileza, el encanto de sus primeras melodías, pensadas para un sonido mucho más ligero. Y si a esto sumamos que el sonido estaba tremendamente fuerte, lo que ocurrió es que algunas canciones sonaron algo borrosas, y la voz de Fran se perdió en varias ocasiones. Pero esto no impidió que el público saltara y disfrutara tanto con canciones antiguas como nuevas. “Re-offender”, que sonó mucho más vital y potente que en el disco, y “The Beautiful occupation” fueron dos de las más coreadas.

Travis por Núria Ferré Travis por Núria Ferré

Dos momentos especialmente destacables del concierto: el primero, durante “All I wanna do is rock”, cuando el guitarrista Andy Dunlop se subió, utilizando los monitores y los bafles como escalones, al pasillo superior que rodea la sala, con guitarra incluida. El otro momento, éste mucho más emocionante, aunque ya visto en anteriores ocasiones, tuvo lugar en el primer tema del bis, “Flowers in the window”, cuando Fran desenchufó la guitarra, cerró el micro e interpretó el tema completamente “unplugged”, una demostración de virtuosismo vocal secundada por susurrantes coros por parte del público. Quizás se le podría tachar de pretencioso, pero él puede hacerlo y presumir de gran voz sin resultar excesivo. Para el final, como era previsible, su canción por excelencia, esa canción que les lanzó a la fama y de la que muchas bandas renegarían, pero de la que ellos siguen presumiendo, “Why does it always rain on me?”. Y nosotros encantados de que no la dejen en el cajón.

Travis por Núria Ferré Travis por Núria Ferré

Si no hubiera sido por el excesivo volumen del sonido, Travis hubieran protagonizado sin duda un concierto impecable, por no limitarse a interpretar las canciones tal y como están en el álbum y ofrecernos una revisión electrizante de sus éxitos, por su buena predisposición sobre el escenario y por la estupenda reacción del público.

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