Wilco (Auditorio de Burjassot) València 24/06/2022

Me pregunto si, dentro de 20 años, tendremos un lugar donde contar que un día estuvimos viendo a Wilco en Burjassot, en aquel extraño auditorio cuya acústica genera controversia y que conoció tiempos mucho mejores. Durante estos días, Facebook ha sido el lugar de encuentro de dos o tres generaciones que declaran la noche del 24 de junio fiesta nacional, de las de marcar en el calendario o en las cansinas alarmas del móvil. En una ciudad donde estas grandes citas escasean, ya sea porque no respondemos, porque hay quien no quiere arriesgar o porque no hay sitio donde celebrarlas, nos tomamos bastante en serio un acontecimiento como que Wilco, la banda que no sé si parió la americana pero al menos la ha cuidado como nadie durante toda su carrera, pise un escenario por primera vez al completo al lado de casa.

Hace 20 años yo, que tampoco soy tan joven, no conocía a Wilco. A decir verdad, creo que hasta que no escuché por primera vez la voz de Jeff Tweedy no fui consciente de que por ahí se escondía todo un universo que me iba a guiar hasta el día de hoy. La vieja mula, los recopilatorios de JMFH’s Choice, la primera vez que escuché «Spiders (Kidsmoke)» y una de las primeras veces que pensé que una canción «me volaba la cabeza».  Seguí buscando, claro, y me encontré con «Jesus, etc.», y  «Sky Blue Sky», que a día de hoy sigue siendo mi disco preferido de los de Chicago. Durante mucho tiempo el solo de Nels Cline en «Impossible Germany» se convirtió en un lugar donde me quedaría a vivir, así que podréis imaginar que escucharlo en directo por primera vez fue una de las mejores experiencias de mi vida como público de un concierto. Años después, tuve a Tweedy a tiro en un foso para hacerle fotos en mi primera vez como medio en un festival y creo que nunca me he sentido así viendo a alguien que admiro.

Wilco Jeff Tweedy Burjassot 24-06-2022

En Burjassot no hubo «Impossible Germany». Cline era baja por COVID y todos nos quedamos un poco huérfanos de anticipación sin su guitarrista principal pero lo cierto es que somos así de infieles y su ausencia se nos fue olvidando conforme Tweedy empuñaba su guitarra eléctrica, golpeándola a veces sin piedad, y Glenn Kotche subía revoluciones a sus baquetas. Cruel Country es una joya que crece y crece con las escuchas, pero su reciente lanzamiento y la veteranía de los seguidores de Wilco pedían un repaso por el resto de su discografía, haciendo paradas por temas ya míticos. «I Am My Mother» y «Cruel Country» abrieron un directo reposado que comenzó a resquebrajarse en nuestros corazones con los primeros acordes de «I Am Trying To Break Your Heart» y «Kamera». Bien jugado, sí. De comienzo a comienzo, celebrando uno de los mejores discos que han sacado en los últimos años y el 20 aniversario de Yankee Hotel Foxtrot, probablemente el mejor disco que parirán en toda su carrera. Quiero pensar que este disco nos unía un poco a todos los que estábamos por allí la noche del viernes, habituales de salas, habitantes confesos, adictos a ciertos sonidos, profesos incluso, y los que fluctuamos con mayor o menor apego entre la americana y sus desviaciones y otras sonoridades que nos alejan entre nosotros.

Wilco Burjassot 24-06-2022

Todos nos fuimos rompiendo un poco. Yo lo hice con «War on War», la multitud con «Jesus, Etc.». Las paredes del auditorio vibraron como nunca con todas esas voces escapando y cantando canciones tristes, mientras el humo de los últimos cigarrillos coloreaba los haces de luces de los focos sobre el escenario. A partir de ahí, todo se aceleró, hasta el punto de adueñarse incluso de los hieráticos Stirratt y Sansone (desdoblado entre guitarra y teclados). Yo, mientras, pensaba que mientras unos podían presumir de haber visto a Tweedy en 2008 yo los había visto a los dos en el Loco. Y que, aunque no fuera el mejor concierto de Wilco que hemos visto, aunque haya tantas opiniones diferentes, aunque hayamos visto a Stirratt saltar con su bajo o a Jorgensen tocar el teclado con un cojín, aunque se marcaran un bis largo como la vida, dentro de 20 años podremos recordar que los vimos al lado de casa y volvieron a rompernos el corazón. Incluso sin Nels Cline.

(Fotos de Susana Godoy)

 

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