Tulsa + Andrea Buenavista (Sala But) Madrid 08/06/24

Ha habido que esperar unos meses para que Amadora de Tulsa llegara a las salas de conciertos tras su previa representación teatral el pasado otoño en recintos como los Teatros del Canal, con dirección de María Velasco. Al fin podíamos asistir a la puesta de largo de un disco conceptual que pone el foco en esas mujeres acostumbradas a sostener todos los pesos de la vida hasta que su cuerpo se rompe.

La noche era de Amadora y por eso sonó al completo, arrancando con la oscura puesta en escena de «SANTAMÁRTIR», con Miren encapuchada llevando la percusión de la canción con una Makila. Era la forma de presentar a la protagonista, emparentándola al mito de santa Águeda y poco a poco transitar por esa vida narrada en la evasiva «Una parte de mí», con momentos como el falso enamoramiento con el psiquiatra que cuenta «¿Amor o transferencia?»: «¿Cómo no te voy a querer? Sí solo quieres que sea feliz» o en esa agridulce «024», con un final lleno de esperanza. No faltó la empoderada «No quiero hacer historia» y la experiencia se completó con la magnética presencia de la actriz Socorro Anadón contorneándose mientras se hablaba del dolor de “las pestañas, el pelo y el maléolo tibial”, en la imponente “Cuando Venga El León Pálido”.

Tulsa

La sobriedad con la que había empezado el concierto tuvo al fin su contrapunto en esa declaración de amor arrebatado de «Gran fuerza domadora», que como el resto de repertorio tiró hacia sonidos más orgánicos que en los que propuso la presentación de Ese Éxtasis (2021). Uno de los momentos más especiales fue la interpretación de «Destrucción mutua asegurada» a dúo con Andrea Buenavista, dando el contrapunto en una especie de Pimpinela versión 2.0 hablando de algunas consecuencias de la era Tinder. La propia Andrea Buenavista había sido la encargada de abrir el telón con una actuación llena de costumbrismo, amores, humores y desamores, donde presentó canciones como «Que nadie sepa», «Alguien mejor» o la reciente «Llorón», catada junto a Usted. Esperamos que su nuevo disco llegue pronto.

Lo más atrás que viajó en tiempo Tulsa fue a La Calma Chicha (2015), con la esperada «Oda al amor efímero» y la genial «Los amantes del puente». Hubo parada en Centauros (2017), con el muy coreado tema titular, con «Bilbao» y una sobrecogedora y abrasiva «Atalaya» con la que demostró su capacidad para alternar registros tan diferentes. Nos conmovió en esa oda a la amistad que es «Laguna» o en ese himno llamado «Autorretrato», dio nuevos bríos a «La Boda» y a «Yo No Soy Penélope» con la clase de Clara Collantes siempre presente, y nos pusieron a bailar con el desenfreno de «Melocotón». La carta de «LA ESTRELLA» con la presencia de Christina Rosenvinge dando la réplica, coronó un concierto emocionante y sobresaliente. Una cita muy especial.

Fotos Tulsa + Andrea Buenavista: Manuel Pinazo

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