El origen del nombre de ocho clásicos del indie (III)

…tras las la primera y segunda parte sobre el origen del nombre de varios grupos clásicos del indie, cerramos esta trilogía, donde hablaremos de otras ocho bandas más… 

1 – THE JESUS AND MARY CHAIN

El adjetivo “confusa” podría servir para describir la fuente del vistoso apelativo de esta banda escocesa, inaugurada en 1983 y liderada la misma por los hermanos William y Jim Reid.

Inicialmente ambos intérpretes se auto-asignaron con cosas como The Poppy Seeds, primero o Death of Joey, después; pasando por Daisy Chain, hasta acabar derivando, oficialmente, en The Jesus and Mary Chain (“La cadena de Jesús y María”), en 1984. Pero, ¿desde dónde había emergido aquella frase que tanta peculiaridad adquiría al asociarla con la música?

Antes de proseguir, matizaremos que antes incluso de ponerse siquiera ninguna denominación, los hermanos Reid ya habían ofrecido algún concierto, en el propio año 84; aquí bajo el amparo de Alan McGee, director de Creation Records; aunque, por esa época, la agrupación escocesa también había grabado algunas maquetas iniciales bajo varios motes colectivos que al propio Jim Reid, con el tiempo, le parecieron una basura como, por ejemplo, el aludido de The Poppy Seeds (literalmente, “Semillas de amapola”).

Una de las teorías sobre el nombre final The Jesus and Mary Chain trata sobre una marca de cereales para el desayuno, la cual ofrecía los clientes de regalo adicional una pequeña cadena con la imagen o la inscripción de Jesucristo y su madre María si los consumidores compraban cajas de dicho producto alimenticio. Por otro lado, los propios Reid Brothers habían afirmado ante la prensa que aquella expresión provenía de una frase de una película de Bing Crosby pero ésto, finalmente, resulto desmentido por los propios cabecillas del combo procedente de East Kilbride.

Para complicar aún más el asunto, el propio Jim Reid admitió que, realmente, ni siquiera él sabía de donde había sacado el definitivo alias grupal su hermano William y aunque, al principio, ambos no iban a emplear esa descripción de The Jesus and Mary Chain, finalmente, pensaron que ninguna otra banda era dueña de un seudónimo similar, así que siguieron utilizando el mismo.

El caso es que, extrañamente, dicho nombre no estaba puesto con intenciones religiosas porque los hermanos Reid no son creyentes (más bien poseen características hedonistas) y es que el mismo Jim Reid se tomó la Biblia como una simple cháchara cuando, de adolescente, leyó él este libro; sin embargo, los dos músicos y familiares escoceses escogieron lo de The Jesus and Mary Chain, quizás, porque podía reportarles la publicidad y la provocación que buscaban.

Otra hipótesis (una más para la lista) es la referida a que los mismos Jim y William Reid extrajeron aquella frase de un documental sobre Andy Warhol, de 1968, y que dicha expresión de “la cadena de Jesús y María” aparentaba ser un reflejo de la vida y el Arte del propio artista de Nueva York, donde se mezclaba lo sagrado y lo hereje. Se especuló con que a los mentados hermanos aquello les sonó enigmático (o agitador, quizás) y les complació aquel contraste de conceptos.

El caso es que cuando los Reid Brothers presentaron su denominación de combo, por vez primera  a un medio de comunicación, en 1985 (en concreto en el afamado programa británico Old Grey Whistle Test), el locutor de la BBC, Trevor Dann afirmó sobre The Jesus and Mary Chain que nadie se había puesto un nombre tan costoso de decir desde The Sex Pistols, en 1977; aunque Dann pareció efectuar dicha afirmación en un sentido de que aquella expresión definitoria de ese clan escocés resultaba comprometedora, llamativa, radical y enorme.

Toda aquella observación de aquel reportero pudo provenir de que el rotativo inglés The Sun ya les calificó al grupo, a finales de 1984, precisamente como “Los Nuevos Sex Pistols” y por dicho motivo, muchos ayuntamientos de localidades británicas prohibieron la organización de los conciertos de los hnos. Reid, con lo que podemos hacernos una idea general de como The Jesus and Mary Chain nunca dejaron indiferente a nadie, en ningún aspecto.

 

2 – THE SMITHS

Nos teletransportaremos a un instante histórico del año 1982.

Según algunas conjeturas de los seguidores, el vocalista y compositor Steven Morrissey le preguntó a su amigo guitarrista Johnny Marr que nombre prefería éste segundo para designar a la banda que ambos acababan de montar en Manchester. Las tres opciones eran “Smiths Family” , “Smithdom” o sencillamente “The Smiths”, decantándose el mismo Marr por éste último calificativo.

Otra hipótesis sobre el mismo asunto es que, simple y llanamente, Morrissey escribió en un papel “The Smiths” (significa literalmente “Los Herrero”, aunque nadie del grupo se apellidase así; además de hacer, al mismo tiempo, un tributo al gremio profesional dedicado a forjar el hierro) y se lo enseñó a Johnny Marr. Éste último luego confirmó en un programa de T.V., en 1984, que había sido el propio cantante, efectivamente, quien ya lo tenía decidido; algo que admitió Morrissey debido a que Smith era un apellido absolutamente habitual en Inglaterra (como en España lo pueda ser García, aclaramos aquí) porque era la hora de ver los rostros de la gente común (el mismo vocalista se refería, con toda probabilidad, a personas de clase trabajadora). Algunos años más tarde, el legendario “Mozz” efectuó declaraciones paradójicas sobre ello pero ésto es algo sobre lo que no cabe alargarse ahora.

Lo que sí comentaremos es que por medio de ese adjetivo grupal, la carismática dupla de compositores de Manchester así también establecían conexiones con el apellido de músicos que ambos respetaban enormemente como Patti Smith (precisamente, en un concierto de ella se conocieron Morrissey y Johnny Marr, en 1979) y Mark E. Smith, éste último abanderado de The Fall.

Sin embargo, se agregan más creencias sobre la temática que nos atañe esta vez como, por ejemplo, que en la misma Manchester existía un conocido club llamado “Mr. Smith” en la década de los 60 o también se ha afirmado, insistentemente, que la banda británica rindió homenaje a Maureen y David Smith; los cuales, en 1966, declararon como testigos en un proceso judicial contra sus parientes Ian Brady y Myra Hindley; autores éstos segundos de los espantosos asesinatos de cinco niños, en la propia Manchester, entre 1963 y 1965. De hecho, The Smiths trataron este mismo tema en su canción “Suffer little children” (1984), tras leerse el mismo Morrissey un libro documental sobre aquellos terroríficos sucesos; sin embargo, la banda mancuniana provocó una controversia debido a estas alusiones suyas acerca del espinoso y delicado tema mencionado.

Añadiremos que también influyó que a Morrissey no le agradaban esos grupos británicos, de aquel momento de 1982, con nombres tan largos, estrambóticos y con significados misteriosos como, por ejemplo, Orchestral Manoeuvres in the Dark, Depeche Mode, Haircut One Hundred, Duran Duran, Spandau Ballet o Blue Rondo A La Turk, con sus letras y sonidos complejos; así que el popular cantante de Lancashire reaccionó contra esos mismos términos y deseó hallar, para calificar a su grupo, algún sustantivo que los mismos Morrissey y Johnny Marr considerasen que estuviese lo más lejos posible de sonar pomposo y que resultase mucho más corto y directo.

 

3 – SUPERGRASS

En su adolescencia, el vocalista y guitarrista Gaz Coombes y los hermanos Danny (batería) y Nic Goffey; además de Andy Davies, instauraron el cuarteto The Jennifers, en Oxford Town; hacia 1990.

Después de editar unas maquetas, ellos se disolvieron en 1992 pero los propios Coombes y Danny Goffey armaron otra banda junto con el bajista Mick Quinn, ya en 1993, con el alias de Theodore Supergrass; basado ésto en la idea de un thrilleresco personaje de dibujos animados, el cual concedería las entrevistas con la prensa, de modo virtual y así se ahorraban dar esas mismas respuestas públicas Gaz Coombes y sus muchachos. Una idea semejante a ésta sí que la llevó a cabo, a partir de 1998, Damon Albarn con Gorillaz pero en el caso de nuestros protagonistas de hoy ellos no consumaron ese planteamiento, en aquel instante del año 93, por el elevado coste de producción que les hubiera supuesto dicho personaje de animación; el tal Theodore Supergrass.

Efectivamente, aquel concepto musico-visual aportado por el baquetero Danny Goffey, solamente duró solo dos meses y e incluso el bajista Mick Quinn afirmó lo absurdo de colocarse ese nombre de “Theodore”, así que el asunto se acortó sencillamente a Supergrass (tradúzcase como “super-hierba”). Sobre otro posible motivo de aquel término no era porque Gaz Coombes y cia. hubieran visto un césped muy bien cortado en el jardín de alguna casa precisamente, sino que hubo un surgimiento de suposiciones entre los fans sobre que, tal vez, los propios miembros del grupo de Oxford habían probado marihuana de la mejor y superior.

Como añadido, esta singular palabra, Supergrass, también se utilizaba, en jerga callejera, para definir a un informador de la policía, durante los años 70, en Gran Bretaña.

 

4 – THE CURE

En 1973, en Crawley Town (en el municipio de West Sussex), fue cuando y donde varios jóvenes camaradas de la escuela como son Robert Smith (voz y piano), Michael Dempsey (guitarra) y Lol Tolhurst (percusión), además del bajista Alan Hill y el guitarrista solista Marc Ceccagno, integraron un cónclave musical, de escueta duración, llamado The Obelisk (“El obelisco”).

Ya en 1976 pero aún arrastrando cierta inestabilidad grupal, los propios Smith, Ceccagno, Dempsey y otros dos compañeros de colegio montaron un quinteto conocido como Malice (“Malicia”); donde poco después, se produjo la rotación de varios vocalistas como el periodista local Martin Creasy; además de añadirse Porl Thompson, a la guitarra; de repescar al propio baquetero Lol Tolhurst y de abandonar algún componente original como Marc Ceccagno.

Según se iba consolidando algo más la banda (Smith, Thompson, Tolhurst y Dempsey), la misma fue mutando, nuevamente, su denominación; sin embargo, para apuntalar esa misma síntesis textual del espíritu musical de aquel conjunto, en esta ocasión el mismo Robert Smith recurrió a la “técnica de fragmentación” (“cut-up”) debido a la influencia de David Bowie o el novelista William Burroguhs; los cuales acortaban frases y luego recolocaban las mismas en otro contexto distinto; todo ello en lo referido a sus obras artísticas.

De ese modo, se tomó la letra de una canción que había compuesto el baterista Lol Tolhurst y a través de esa aludida técnica de “corta y pega”, aquella camarilla musical decidió que la nueva primera frase que saliese al azar, sería la utilizada para renominar aquella apuesta armónica. Así pues, las palabras resultantes fueron Easy Cure. Al propio Tolhurst le cautivó aquella oración y le pareció que la misma resultaba democrática y punky, al mismo tiempo; aunque Robert Smith opinó que eso de Easy Cure sonaba hippy, norteamericano y estúpido (se deduce que al mismo Robert aquel “fácil y relajado” enunciado, probablemente, debía recordarle a la película estadounidense Easy Rider, de 1969).

Así pues, al final, la designación se acortó a, simplemente, The Cure (“La Cura”), en el año 1978, porque a Robert Smith le sonaba mejor y es que al icónico vocalista nacido en Blackpool no le tembló el pulso con aquella permuta nominal, a pesar de la reticencia hacia ello de algunos fans de los primeros tiempos e incluso el mismo “jefazo” Smith hizo caso omiso de la mala cara que puso el propio baterista Lol Tolhurst debido a dicho “recorte” textual.

Sin embargo, según se desprende de alguna declaración del mismo Robert Smith, lo que realmente le influyó a éste a la hora de definir como The Cure a su combo fue una canción del músico folkie, prematuramente desaparecido, Nick Drake. Dicha tonada, la cual sonaba doliente y frágil pero cautivadora, se titulaba “Time has told me” (1969) y la misma se inicia con una frase que dice, precisamente: “Time has told me, you’re a rare, rare find, a troubled cure, for a troubled mind” (es decir; “El tiempo me ha dicho que eres un hallazgo muy raro, una cura para los problemas de una mente atormentada”) y es que además, en 1991, los mismos The Cure ya efectuaron una versión acústica, en directo, de esta melodía original del citado Drake.

 

5 – ECHO AND THE BUNNYMEN

Crucial Three, A Shallow Madness y Uh! fueron las tres primeras y fugaces bandas en que se enroló el cantante y compositor Ian McCulloch, en 1977 y 1978, junto al multinstrumentista Julian Cope; aunque éste último, poco después, organizó el grupo The Teardrop Explodes pero sin contar ya con el propio Ian. Ante esa situación, el mismo McCulloch fundó otro proyecto de acordes en Liverpool, a finales de ese mismo 78, reclutando al guitarrista Will Sergeant y al bajista Les Pattinson; los cuales se llamaron Echo and the Bunnymen (se traduciría como “Eco y los Hombres-Conejo”).

En concreto, aquel rimbombante apelativo surgió en el primer concierto de la historia de la banda, en el citado 1978, en el Eric’s Club de la misma Liverpool, ya que como aquel inexperto terceto todavía no poseían nombre colectivo, un D.J. amigo de ellos, al tomar el micrófono, les presentó ante el público como Echo and the Bunnymen. Ésto mismo fue una circunstancia que dejó tremendamente mosqueado al guitarrista Will Sergeant; el cual se preguntaba, de modo gruñón, de donde había salido aquella frase anunciadora.

En concreto, nada más empezar dicha debutante actuación en directo, un negativamente sorprendido Sergeant caviló sobre que aquel nombre improvisado le hacía parecer a él mismo un simple músico comparsa a las órdenes de “alguien” porque el guitarrista sentía que la banda también era suya, es decir co-establecida por él junto a Ian McCulloch y Les Pattinson y por eso mismo, le molestó tanto a Will, en un primer momento, aquella particular y espontánea presentación que les habían hecho.

Resultó que, previamente, una compañera de piso del mismo McCulloch había sugerido al citado pinchadiscos y presentador de la performance una serie de nombres destinados al novel trío como, por ejemplo, Mona Lisa and the Grease Guns, The Daz Men, Glycerol and the Fan Extractors o Echo and the Bunnymen pero solamente el guitarrista Will Sergeant supo más tarde que todos los de su entorno menos él mismo tenían conocimiento anterior de la lista que se barajaba. Para postre, previamente Sergeant ya odiaba a muerte ese mismo tipo de calificativos de agrupaciones que ya existían en la misma época como Elvis Costello and the Attractions, Huey Lewis and the News o Eddie and the Hot Rods.

Así que Sergeant, en ese instante inicial de aquella decisiva función en vivo, pensó en lo ridículo de aquella frase, Echo and the Bunnymen y, de entrada, en caliente, Will se negó en rotundo a aceptar que ese fuera a resultar el nombre definitivo de su conjunto porque, además, aquel mismo apelativo no le cuadraba con los sombríos ritmos post-punk de ese proyecto junto a McCulloch y Pattinson. Por contra, es posible que acerca de esto último Will Sergeant, quizás, estuviera algo errado con lo de la inocencia de aquel apodo, ya que en el estado de Virginia (Estados Unidos), en 1970, el “bunny man” asomó como una leyenda urbana donde un siniestro hombre disfrazado de conejo había sido visto merodeando dos veces, con un afilado hacha en sus manos, por las calles de la localidad de Fairfax.

Sin embargo, como aquel primer recital en Liverpool disfrutó de una entusiasta acogida y al propio público le encantó el susodicho apelativo de Echo and the Bunnymen, finalmente Will Sergeant le acabó tomando cariño a aquel estrambótico alias colectivo.

Ya después, se conjeturó repetidamente, que lo del vocablo “Echo” venía porque en aquellos inicios, de 1978, el terceto formado por Ian McCulloch, Will Sergeant y Les Pattinson utilizaba una caja de ritmos para lograr resonancias y ecos porque no tenían todavía un batería (luego ya entró Pete de Freitas en el puesto) pero, al final, ésto fue desmentido por los responsables del propio combo inglés. De todos modos, el mismo Sergeant admitió que, al principio, él mismo manifestó que dicha máquina fue bautizada como “Eco” (lo cual no era cierto, realmente) para contentar a la prensa cuando ésta les preguntó al combo, repetidamente, sobre la procedencia del nombrecito en cuestión. Lo que sí acabó pensando Sergeant, totalmente de broma, es que aquel reproductor electrónico de patrones rítmicos era el cabecilla de la banda y los tres músicos aludidos resultaban sus acompañantes, en aquel año 78.

Los propios Will Sergeant e Ian McCulloch conformaron otro grupo, en 1994, al que denominaron Electrafixion pero como luego el mismo Les Pattinson también se les unió, pues finalmente hubo una resurreción de Echo and the Bunnymen, en 1996; aunque éstos se hubieran disuelto primeramente, en 1988.

Echo and the Bunnymen obtuvo tantos reconocimientos artísticos, a lo largo de su carrera, que hasta se les llegó a conocer también como “el otro cuarteto de Liverpool” y es que opino que no resulta ningún deshonor que te consideren el segundo mejor grupo de esa misma ciudad tras, evidentemente, The Beatles (los cuales considero los indiscutibles nº1 de toda la historia de la música, por cierto).

 

6 – SUEDE

Matt Osman (bajo), Bernard Butler (guitarra), Brett Anderson (voz) y la novia de éste último, Justine Frischmann (guitarra): esa fue la primera alineación seria de esta banda.

Según alguna versión, fue a la misma Justine a la que se le ocurrió denominar como Suede (significa “piel de ante” o “gamuza”) a aquel cuarteto de neo-glam-rock que se constituyó en Londres, a finales de 1989. A todo el resto de aquella cuadrilla melodiosa les satisfizo la palabra porque éste desprendía una gran estética al escribirla y pensaron, tal vez, que quedaría bien colocársela a un proyecto artístico; además de que alguna importante banda británica anterior como Felt (quiere decir “fieltro”) ya se había auto-definido con algo relacionado con la tela.

Como añadido, se hallaba presente un referente para Anderson, Frischmann, Osman y Butler como es el mítico Morrissey; el  cual había titulado “Suedehead” (1988) su primer single en solitario o también sobrevolaba la clásica tonada “Blue Suede Shoes”, escrita y publicada por Carl Perkins, en 1956 y popularizada luego por Elvis Presley; así que, ambas canciones podían asociarse al sugestivo mote colectivo de nuestros protagonistas de estos párrafos. Sin embargo, es cierto que algún vínculo como éste, previamente, lo había agregado Brett Anderson de cara a la prensa para reforzar un concepto que, según su propia versión, en realidad, se le ocurrió a él mismo, única y sencillamente, porque sonaba bien.

Tras el descomunal triunfo de Suede con su homónimo álbum de debut (nº1 en Inglaterra), en 1993, los conflictos acerca de la temática en cuestión se presentaron cuando el grupo londinense se encontraba de gira por Estados Unidos, en 1994. Aconteció, entonces, que una bastante desconocida y veterana cantante de jazz de ese país también llamada, artísticamente, Suede (aunque su verdadero nombre era Suzanne de Bronkart) y que llevaba actuando desde 1976, se vio obligada a devolver decenas de entradas de sus conciertos porque los fans norteamericanos habían confundido a dicha fémina con el proyecto de Brett Anderson y cia. Eso motivó que la misma Suzanne, al sentirse perjudicada a nivel laboral, acabara demandando a la banda británica y ésta última se vió obligada a modificar y alargar su nombre a London Suede, de cara al mercado de E.E.U.U.. Ésto mismo indignó, enormemente, al propio frontman Anderson porque consideró él que aquella nueva designación “americana” no era la original de su combo.

Únicamente añadiremos, de modo complementario, que antes de edificar Suede, los mismos Brett Anderson y Matt Osman, de más jóvenes y hacia 1986, militaron en una banda llamada Geoff; poniéndole ese nombre porque sonaba anti-rock y, de ese modo, Anderson y Osman siguieron el ejemplo nominal de The Housemartins; los cuales pegaban muy fuerte por entonces, en Inglaterra.

 

7 – RADIOHEAD

En un principio, cuando se unieron en Abingdon Town, en 1985, Thom Yorke (voz principal), los hermanos Colin (bajo) y Jonny Greenwood (guitarra), Ed O’Brien (guitarra) y Phil Selway (batería), llamaron a su aventura rítmica On A Friday (“En un viernes”) porque ese era el único día de la semana en que la banda podía ensayar en el colegio donde todos ellos estudiaban.

Como sucede en muchos casos, cuando estos músicos firmaron por la discográfica EMI, en 1991, ésta les comunicó a los jóvenes muchachos del “viernes” que tenían que variar, obligatoriamente, aquel lema del quinto día semanal.

De tal modo, el quinteto británico eligió rebautizarse, grupalmente, igual que la canción titulada “Radio head” (aunque ahora juntando dichas dos palabras); frase la cual significaría algo así como “Radio mental” y podría hacer alusión a la telepatía. Aquella tonada de 1986; fue escogida por los mismos Thom Yhorke y compañía porque, según ellos, era la mejor pieza del álbum / banda sonora True Stories; perteneciente todo ello a los legendarios Talking Heads.

Empezaremos comentando acerca de todas las conexiones sobre ello, que ésta última y fabulosa banda habían escogido su nombre por sugerencia de un amigo del grupo, llamado Michael Zieve, en 1977; el cual habló a David Byrne, Tina Weymouth, Chris Frantz y Jerry Harrison de una guía de televisión que portaba el término “Talking Heads” (literalmente “cabezas parlantes”); el cual pertenecía a una jerga de los operadores de cámaras de la T.V. norteamericana, de por entonces, para describir a un primer plano de la testa de un tertuliano entrevistado o de un presentador cuando éste transmitía noticias y otras informaciones pero sin leer apuntes de todo ello; dentro del propio formato televisivo. Éste nombre de Talking Heads sirvió a Byrne y cia. para reflejar, siempre según ellos mismos, lo que suponía la artificiosidad de los mass media.

Entonces, después de publicar el tema “Television Man” (precisamente, sobre la influencia de este aparato casero en la gente), en 1985, los propios Talking Heads decidieron editar, ya en 1986, una tonada complementaria a la citada anteriormente, titulada en efecto “Radio head”. Durante la letra de esta última, tal vez, podría satirizarse el influjo total de la radio en los oyentes; aunque también cabría interpretarse, como se dejo caer antes, una letra sobre experiencias extrasensoriales y telepáticas; donde muchas personas sintonizan las mismas ondas mentales como si se tratase de una radiofrecuencia. Ésto mismo es que lo que le había contado a David Byrne, el guionista y actor Stephen Tobolowsky; el cual vivió experiencias paranormales en la Universidad; aplicándose esta temática también a un personaje ficticio de la propia película True Stories, dirigida ésta por el propio abanderado de Talking Heads.

Como añadido, esclareceremos que Talking Heads, a su vez, se habían inspirado para componer la letra de “Radio head” (referente la misma al funcionamiento de la cabeza como si ésta fuera un receptor y transmisor radiofónico; insistimos de nuevo) en una canción anterior, con autoría del cantante brasileño Chico Buarque, titulada “O último blues” (1985); la cual contiene, efectivamente, una expresión específica que dice “Radio cabeça”. Anecdóticamente, el propio Buarque, además, le expresó al batería Phil Selway, cuando ambos se encontraron en medio de un partido de fútbol, en Portugal, que el grupo Radiohead le debe su nombre a este músico carioca y que ellos le habían hurtado dicha expresión de su tonada.

Por cierto que, curiosamente, cuando los propios británicos Radiohead fueron incluidos en el Salón de la Fama del Rock and Roll, en 2019, fue el mismísimo David Byrne quien presentó el acto en dicha ceremonia de inclusión de la banda británica liderada por Thom Yorke; los cuales además, por supuesto, son fans de Talking Heads.

 

8 – KASABIAN 

Año 1997 en Leicester, cuando los guitarristas Sergio Pizzorno y Chris Karloff, el cantante Tom Meighan y el batería Chris Edwards adoptaron el nombre comunal de Saracuse, lo cual era una disimulada manera de referirse a Syracuse (ciudad americana donde tocaron The Beatles).

Así pues y llamados así, el neófito cuarteto grabó varias demos y fue ya finales de 1999, cuando los cuatro muchachos decidieron rebautizarse como Kasabian; instante además en que signaron un contrato con el sello BMG Records.

En un principio, aquella aparentaba ser una extraña denominación para un grupo británico pero todo provenía de que el propio Chris Karloff había estado leyendo un libro sobre la escalofriante y horrenda matanza ejecutada por la “Familia Manson”, en Los Angeles en el año 1969, cuando el mentado guitarrista descubrió que la conductora del vehículo donde huyeron los criminales se llamaba Linda Kasabian. Ésta última, fue la única implicada en el caso que testificó, luego, en el juicio contra el propio Charles Manson y sus secuaces a cambio de inmunidad y libertad para la propia Linda.

Según Sergio Pizzorno, en sus inicios la banda se hallaba interesada en leer sobre asesinos en serie y les agradó aquel nombre de Kasabian; donde el mismo Chris Karloff opinó que era un nombre genial para un grupo, tras consultar las aludidas páginas sobre ello. Por su parte, el bajista Chris Edwards afirmó que a él mismo y a todos sus compañeros le costó solo un minuto estar de acuerdo en que elegirían ese apelativo. Como guinda, el propio Pizzorno afirmó, en el año 2012, que la mismísima Linda Kasabian había escuchado la música de la propia agrupación de Leicester y que ella había quedado gratamente sorprendida.

De todos modos, con los años y para que no se la relacionara con aquel mediático y tristemente célebre suceso de 1969, ella borró lo de Kasabian de su vida y cambió ese apellido a otro, algo que esa mujer mantuvo hasta que falleció el 21 de Enero de 2023, a los 73 años. Apuntaremos, finalmente, que la misma Linda (la cual de soltera tenía el patronímico de Brouin), había adoptado, en 1968, el apellido Kasabian de su, por entonces, marido Robert; el cual tenía ascendencia armenia. En aquel país euroasiático el término que nos ocupa significa “carnicero”…

 

Consulta aquí

El origen del nombre de ocho clásicos del indie (I)

El origen del nombre de ocho clásicos del indie (II)

El origen del nombre de ocho clásicos del indie (III)

 

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