Entrevistamos a Confeti de Odio

Confeti de Odio es el rechazo al costumbrismo. Es la búsqueda del espectáculo y de lo abstracto. La conquista de la sorpresa. Confeti de odio es atreverse a ser quien tú quieras. Dentro de nosotras y nosotros, siempre ha existido una tragedia. Cada persona tiene la suya. Una particular y personal. De ahí, surge Tragedia Española. Lucas de la Iglesia, por primera vez en solitario, ha dado un paso al frente para sorprendernos a todos con su nuevo proyecto que a su vez es un desafío personal del que está muy satisfecho.

“Estoy en contra de lo auténtico. Cuando eres artista tiene que existir la fantasía y el confeti de verdad”

¿Qué es para ti la tragedia española?

Para mí, el concepto de “Tragedia Española” es un concepto muy personal. Cada persona su propia tragedia.

¿Cómo surge?

Me gusta que los títulos tengan varias interpretaciones. Siempre estoy pensando en tonterías y me llegó este título a la cabeza. Y por muchas razones, pensé que era el nombre perfecto para el disco. Primero, es una contestación. Porque vengo de otros mundos y siempre me dicen que soy el “emo” y el triste. Entonces, quería poner un titulo que exagerase todo mucho. Y “Tragedia Española” me sonaba como algo tan grande y tan catastrofista que me encantó. Otra de las razones es que la palabra “española” siempre chirria, nos cuesta mucho decir la palabra España por muchas razones y sé que iba a ser un nombre que a mucha gente no le iba a gustar. La palabra España tiene muchas connotaciones y en el disco no hay nada de folklore ni nada de política. Para mí, “Tragedia Española” es mi vivencia personal. Luego también la comparación de la tragedia griega que es lo contrario al sueño americano. La verdad es que para mi tiene muchísimos significados y cada uno buscará el que más le guste.

¿De dónde parten las canciones de este disco de Confeti de Odio?

Hay muchas vivencias personales y cosas de mi cabeza, exageraciones o dramas. Un artista al final cuenta sus cosas, las cosas de otros y lo que se le ocurre. En la música nos tomamos todo más a pecho. Creo que no importa tanto si son cosas que le han pasado a la persona o no. Hay gente que me conocía solo de la música y me ha dicho que me imaginaba todo el rato llorando. Tendemos mucho a mitificar a las personas y a lo mejor hay gente que ve a Rosalía haciendo la compra y suelta: “Oh, es como nosotros, ya no me gusta…”. No sé, es una movida.

 

¿Qué opinas de la delgada línea entre la idealización y la admiración a un artista?

Idealizar es muy peligroso. Por ejemplo, también estoy muy en contra en lo de que hay que ser auténtico. Cuando eres artista, estás haciendo fantasía y tienen que existir los colorines y el confeti de verdad. Tiene que haber espectáculo, auto tune, de todo. Esa moda que hay ahora de que solo mola lo auténtico… No sé, yo intento huir de lo auténtico. Prefiero irme a un mundo más transcendental y más abstracto. Cuando a mí me gusta mucho una película, investigo quien es el director o la directora que lo ha hecho porque quiero ver más de lo que ha hecho. Pero no me importa nada más. En la música, la gente tiene a vincularlo todo más. Por ejemplo, lo peor que pueden hacer conmigo es idealizarme eternamente como una persona triste y fustigada. Tengo mis cosas como mucha gente y luego elijo cuales expreso. Pero si luego les sorprende que me lo esté pasando bien un día, tienen un problema.

¿Te ha ocurrido esto muchas veces?

Un par de veces. Yo también salgo de fiesta y tengo amigos. Otra cosa es que lo que me impulsa a mí a hacer el arte sean otras vivencias y otras experiencias.

Las personas tendemos a catalogar y a atribuir ciertas cualidades como inamovibles

Totalmente. Y cuando eres artista o cuando trabajas en cualquier lado, te tienes que quitar el uniforme como todo el mundo. Es como cuando trabajas de cara al público y tienes que ser una persona especialmente agradable y luego llegas a casa y eres tú. O cuando te bajas del escenario.

¿Te cuesta reconocerte cuando eres Confeti de Odio?

Las líneas luego se desdibujan mucho. Confeti tampoco es una persona aparte ni es un personaje que actúa de cierta forma y demás. Al final, yo hago la música que me sale a mi del alma. Tampoco es que sean dos personas diferentes. Pero si que me gusta vender con Confeti esa persona que me permite hacer cosas que no haría siendo Lucas.

¿Confeti de Odio es como una liberación?

Totalmente. No es que sea especialmente tímido ni mucho menos. Sobre todo, es en el escenario. Puedo ir a un programa de televisión e ir con la ropa, maquillaje… no sé, como sea Confeti. Incluso hablando diferente. No sé, todo eso vale. Es la gracia del arte. En realidad, no es algo que piense mucho. Simplemente pienso que cuando yo voy a un concierto busco espectáculo y no busco algo real.

¿Qué es lo irreal para ti?

Busco lo raro, salir de lo habitual. Está muy de moda ensalzar el costumbrismo y es una cosa que me aburre muchísimo. Porque eso es lo que vivimos todos los días. Busco fantasía y locura.

¿”Tragedia Española” parte un concepto global en sí?

Cada canción tiene que funcionar en conjunto y por separado. Pero sí que me gusta pensar en un disco como una obra, como un todo. De hecho, primero vino la idea del título. Pero tampoco es un disco conceptual de principio a fin. Pero si que hay un micro universo y hay una coherencia. Además, pienso que las canciones funcionan de manera separada perfectamente.

 

¿Eres de los que les gusta explicar el significado del disco o prefieres que cada uno saque su propia conclusión?

No me gusta explicar las cosas porque le quitan magia. Para mí, significan algunas cosas. Pero que signifiquen cosas para mí, no significan lo mismo para el público. El disco está fuera y ya no es mío. Me gusta que los conceptos estén en el aire, tanto en el título, como en el resto de las canciones.

¿Qué temática te interesa?

Me interesa mucho el desamor propio. No tanto el desamor de pareja sino mirar hacia dentro. Pero si escuchan bien cada canción, siempre intento poner algo de luz en cada canción porque es como me siento yo. No soy 100% triste. Como todo el mundo, tengo equilibrio y sentimientos y en un mismo día pasas por infinitos estados.

¿Cuándo aparece la inspiración?

Para hacer arte tienes que estar en un momento bueno y tienes que partir de un buen lugar. Otra cosa es que, estando feliz, puedas viajar a cuando estabas triste. Pero si estás realmente triste y realmente mal, no vas a crear nada.

¿Cuándo has tardado en grabar el disco?

Empecé a grabarlo en agosto con Juan Pedrayes ( de Carolina Durante y Axolotes Mexicanos). La última canción la terminé en enero. He escuchado muchas veces el disco antes de que salga y si te soy sincero, he hecho todo lo que quería. No me queda ninguna espina. El siguiente será diferente pero personalmente, estoy muy contento con él. Ha habido muchas emociones haciéndolo.

¿Te afectan las críticas?

Yo soy como mi mayor crítico. Nadie me puede subir ni bajar el ego. Soy super exigente y crítico conmigo mismo. Pero quien te diga que no le importa lo que piense la gente, te miente. Pero en este caso, sabía que el disco era bueno y cuando lo sientes así, estás relajado. Lo que tengo claro es que, si no hay una frase en el disco que te produzca un poco de miedo sacar, o que no te da un poco de nervio, es que no es bueno y no estás aportando nada nuevo al mundo. Eso hace que tenga emoción para mí.

¿Qué tal tu primera experiencia en solitario?

Toco la guitarra en Axolotes Mexicanos, aunque ahí el peso de composición está muy alejado de mí. Pero sí que es cierto que en los grupos donde componía y cantaba yo estaba un poco desencantado, no por los miembros porque eran todos estupendos, si no por la filosofía de tomarse las cosas. Me parecía imposible sacar las canciones como las que estoy sacando ahora en un grupo.

¿Futuro de Confeti de Odio?

Ahora he sacado mi primer disco. Soy muy ansioso la verdad, pero tengo que intentar desconectar de lo que es componer. Si que quiero experimentar con más cosas. Ahora creo que es un periodo de hacer colaboraciones, versión y algún single. Lo peor de todo es que ya tengo el concepto del siguiente disco en mi cabeza. Pero ya tengo hasta el título. Cuando me llega esto, se me queda anclado. Iré haciendo muy poco a poco el disco, y entre medias me apetece experimentar.

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