Entrevistamos a Michel Cloup que presenta su nuevo disco

De Toulouse emergió Dabialogum, una banda de noise mítica ligada al sello de Nantes Lithium Records, que revolucionó la escena indie francesa de los 90. Diabologum llegó a publicar un EP compartido con los asturianos Manta Ray editado por Green Ufos y Astro. Una de las cabezas pensantes de Diabologum, Michel Cloup, continuó con su banda Experience y luego en solitario como Michel Cloup Duo. Ahora con su séptimo disco, Blackflip au-dessus du chaos (Ici d’ailleurs, 2022) ha transformado su fórmula en formato trío. Su estilo siempre ha tirado por una prosa poética muy combativa, que habla del desencanto y aborda muchas cuestiones que tocan la conciencia social. Su anterior disco fue la adaptación de la novela A la línea. Diario de fábrica (2019) junto a Pascal Bouziz (del grupo Mendelson).

En Blackflip hay dos homenajes sentidos. “‘Ciao bye bye’ es una canción escrita para Joseph Ponthus, muerto por un cáncer en 2021. Me dirijo a él en el texto”, nos cuenta por email Cloup. Otra es ‘L’Internationale 2022’, “La Internacional es el himno de los trabajadores, de los revolucionarios y el texto data de 1871. Sí, podríamos hablar de izquierdistas. Es una canción que forma parte del folclore de las manifestaciones en Francia. Leyendo el texto me di cuenta que era una llamada a la insurrección. Es un texto importante, muy bello y muy violento. Desgraciadamente es siempre actual en esta temática de lucha de clases, sobre todo en este momento”.

Michel Cloup (voz y guitarra) está estos días de gira por España acompañado de Julien Ruffié (batería) y Manon Labry (guitarra). Hoy jueves 2 en el Teatro Albeitar de León, el sábado 4 en el Jazz Cava de Vic y el domingo 5 en la sala Jerusalem de Valencia. Descubre un poco más su universo.

“La realidad es peor que los textos de mis canciones”

En este disco la música circula de una manera más fresca. Hay menos rabia, aunque el espíritu crítico marca Michel Cloup sigue ahí ¿Es la experiencia que le guía?

He querido hacer un disco a la vez sencillo y directo, menos experimental y con mucha energía. La rabia está siempre ahí y no creo que me haya vuelto más sosegado, más bien lo contrario. Me he dejado llevar. Pero no he dado mi brazo a torcer.

¿Es otra manera de expresar el rechazo, de mostrar una resistencia al mundo?

¡Sí, cuanto más pasan los años, más me desagrada este mundo, y me dan ganas de gritarle encima!

 

¿Qué supuso adaptar en disco la novela ‘A la línea’ de su amigo Joseph Ponthus?

Fue una experiencia magnífica. Estoy muy orgulloso de haber podido trabajar sobre este libro, que para mí se convirtió un clásico de la literatura francesa. Estoy muy orgulloso de haber conocido a Joseph Ponthus, que se convirtió en un amigo cercano. Estuve profundamente afectado por su desaparición. Ha sido uno de los motores de Blackflip para producir música enérgica, energía de la desesperanza.

¿Cómo dio con la novela? ¿Qué encontró destacado en ella?

Fue un amigo el que me la recomendó. En primer lugar, representa la verdadera palabra obrera. Jospeh no estaba en misión periodística, era realmente un obrero.  Me conmovió su verdad y su honestidad. También me encantó la forma particular del libro, sin puntuación, en forma de prosa poética. Es un libro potente y extremadamente original. Y también encontré una proximidad artística cercana con Joseph en su manera de escribir. Cuando le conocí me dijo que escuchaba los discos de Diabologum cuando era estudiante. Joseph se convirtió en un hermano, humana y artísticamente.

Después de la edición en el fanzine Langue Pendue del número sobre ‘Los años Lithium’ ¿Piensa que la época Lithium fue un momento clave para la música independiente en Francia?

Fue sobre todo el inicio de una nueva escena, y eso fue un momento clave para mí. Lithium llevó una cierta originalidad en varios registros musicales, de la chanson al rock pasando por el pop, todos los artistas del sello tenían algo diferente en relación con lo que sucedía en Francia en ese momento.

“Cuanto más pasan los años, más me desagrada este mundo y me dan ganas de gritarle”

¿Cómo fue juntarse con viejos compañeros de aquella época Lithium Records para hacer algunos conciertos?

Fue genial y divertido. Envejeciendo somos todavía más idiotas y pasamos nuestros tiempos contando tonterías y riendo de manera escandalosa. Es también emocionante tocar viajes canciones, pero me proyecto siempre hacia el futuro antes que en el pasado.

Canta en ‘En attendant demain’ que todo el mundo le ha considerado pesimista, oscuro, derrotista ¿Qué piensa de su manera de enfrentarse con lo real?

Voy a repetir lo que dice la canción: estaba por debajo. Es decir, el futuro tal y cómo avanza es una verdadera pesadilla. Me acusaban de ser oscuro y pesimista pero finalmente lo real es mucho peor que los textos de mis canciones.

 

Después de su debut como Michel Cloup Duo con ‘Notre Silence’ (2011) ¿Qué ha cambiado a nivel musical? ¿Es ahora el concepto más cerrado, más firme?

Los años 2010-2019 son los años Duo, quería encontrar una forma de simplicidad musical y también la pureza de textos muy personales. Hacia 2019 sentí que había llegado al final de todo eso y que hacía falta cambiar. Escuché los primeros discos de Diabologum y me dieron ganas de trabajar como trabajábamos en esa época: de manera totalmente libre, sin plantearme muchas preguntas, divirtiéndome. Y encaro el futuro de la misma manera.

Ahora que toca en formato trío ¿Qué podemos esperar en este momento de un directo de Michel Cloup?

Potencia, energía y decibelios.

‘Brûle’ nos habla por una parte de un cierto fin de la supremacía de la raza blanca, del machismo, etcétera ¿Hay todavía muchas cosas que defender y por las que luchar, y sobre todo no perder lo que ya se ha conseguido?

La lucha continua, nada está ganado pero suceden cosas positivas a pesar de todo. Hay una reacción en Francia, en relación al feminismo, al racismo y a la homofobia. Pero la lucha continua.

 

Siempre hay en usted una búsqueda de sonidos, de máquinas, de samples, como por ejemplo en ‘Lâcher prise’ o en ‘Viellir’ ¿El hecho de tener ganas de tocar, de probar cosas, es algo que le mantiene con el espíritu despierto?

Es sobre todo un deseo personal, en el último disco especialmente mi estudio casero se ha convertido un jardín de infancia, un baúl de juguetes, dónde podía divertirme como un niño.

“No he dado aún mi brazo a torcer”

¿Cómo ve con distancia la época de Diabologum y la de Experience?

Es un largo camino. Intento estar en fase con lo que soy en el momento en el que escribo mis canciones. Es por eso que la música y mis letras evolucionan conmigo. Y que no cuento las mismas cosas con el paso de las décadas.

Una recomendación

El grupo de Manon Labry, la guitarrista que toca conmigo en directo, No Milk Today. Un dúo femenino muy rock. Yo hice de técnico de sonido en su último disco.

Un deseo

Dar un buen concierto mañana.

 

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