Libro: Bodies: Vida y Muerte En La Música (Liburuak)

Hace unos días en la plataforma X, el escritor Michael Azerrad colgó un post en el que invitaba a abrir el debate sobre la salud mental que, por desgracia, sigue siendo un tema tabú para gran parte del conjunto de la sociedad. Esto venía a cuento aprovechando el quincuagésimo séptimo aniversario de Kurt Cobain, una figura clave para entender la ambivalente relación entre la salud mental y la industria musical.

Ian Winwood es un crítico musical que trabaja en editoriales como NME, Mojo, The Guardian, o Kerrang! y que en este ensayo Bodies: Vida y Muerte En La Música (Liburuak) problematiza sobre este tema a partir de experiencias no sólo como cronista musical, sino también aportando detalles de su vida privada ligado a las drogas y el alcohol.

Es de todos conocidos el lema tan manido de “sexo, drogas, y Rock & Roll” que, de alguna manera, forma parte de un ideario común de mucha gente que ve en este estilo musical una forma de romantizar el lado salvaje de la vida asociado a los estupefacientes. Esto no es nuevo, huelga decirlo, pero Winwood aporta un certera mirada -sin atisbo de juicios morales- sobre este hecho tan revelador.

El autor, tras deambular por diferentes medios de comunicación, al final consigue trabajo estable en NME lo que le permite viajar a diferentes países para cubrir conciertos de grupos tan aclamados como Metallica, Muse, o Foo Fighters entre otros muchos. Bandas de rock que, a diferencia de otros como Talk Talk -que, como comenta acertadamente Winwood, se han forjado una carrera de éxito más o menos masivo, sin necesidad de pagar excesivos peajes a la todopoderosa industria del disco- han tenido que pasar por las inercias de la industria de la música.

Como narra el autor, en pleno siglo XXI parece que los músicos que trabajan a tiempo completo no pueden negarse a salir de gira, a no ser que tengan un buen colchón monetario que les permita la subsistencia de ellos mismos o de su familia. Los conciertos a gran escala siguen siendo la opción que determina la estabilidad de un artista en el mundo de la música. Estamos hablando de grupos con una infraestructura detrás apabullante que, en muchos casos, consideran “un contrato discográfico como un destino y no como una etapa” en palabras del autor.

Seguir el ritmo de las giras interminables que están supeditadas a grandes cantidades de dinero invertidas, es fuente inagotable de situaciones en donde la salud mental se ve agravada por el consumo de drogas y alcohol. En Bodies encontraremos ejemplos de carreras rotas por la adicción en personas, en muchos casos, que encuentran en la música una manera de escapar de una existencia gris.

En este mundo de las apariencias gestionado por managers y directores ejecutivos sin escrúpulos, se han visto ejemplos terribles de talentos que se han dejado llevar por esta inercia aplanada por una realidad politoxicómana, y en donde la industria ve caer los cadáveres sin atisbo alguno de mover ningún dedo para ayudarlos. En este aspecto, el libro nos hace plantearnos el dilema moral que supone la falta de una política de cuidados en un sector que acumula beneficios astronómicos, y que, por lo tanto, se puede permitir ofrecer ayuda asistencial a las bandas que les reportan sustanciosos beneficios. En nuestra mente se apelotonan las imágenes de los fans a la puerta del apartamento de Amy Winehouse portándole flores a un altar improvisado. Un muñeco roto más debido a las adicciones y a una familia desestructura, y que el sello multinacional que la llevaba no parece que hiciera gran cosa por redirigir su vida. Otros músicos como Dave Grohl han gestionado su carrera teniendo claro que, si algún miembro de Foo Fighters caia enfermo, lo apartaban del grupo para que se recuperara de su adicción.

Ian Winwood hace referencia a un artículo aparecido en 1979 en Village Voice escrito por el gran Grail Marcus en el que se preguntaba: ¿No merecen los muertos una rendición de cuentas al menos tan irreprochable como la que reciben los supervivientes con la edición semanal de Billboard? Parece que las cosas no hayan cambiado en exceso, y libros como este abren líneas de debate más que necesarias.

Puedes comprar el libro Vida y Muerte En La Música (Liburuak) de Ian Winwood en la web de su editorial.

 

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