En el jardín: de Marky Ramone

Ayer presencié el mejor concierto de mi vida. Ayer vi a Los Ramones trasmutados en dos argentinos, un vasco (que no español) y la fuerza motriz que ha dado sentido a mi vida desde que tengo uso de razón: Marky Ramone.

Cuando en las olimpiadas de Pekín allá por el año 2012 acabé en el restaurante de mi querido Arturo Lanz (Esplendor Geométrico) y vi a Pau Gasol compungido le pregunté que qué le pasaba si habían jugado el mejor partido de la historia del basket español, y el me contestó: “Pues que me va a pasar, que hemos perdido”.

Doble lección de vida:

  1. La alegría es algo subjetivo.
  2. Lo que para ti puede parecer lo mejor para otra persona puede ser una desgracia.

Tuve el honor de “consolar” a Pau demostrándole que esa final fue la mejor de la historia de la selección, puesto que en la anterior, la de Los Angeles, un joven Michael Jordan nos vapuleó cosa fina. Todo esto se lo relaté delante de Joe Llorente y Fernando Romay, y desde entonces nuestra amistad es tan imbatible como la unión de los cuatro ramones: JOEY, JOHNNY, DEE DEE y MARKY.

Y sí, digo Marky y no Tommy, porque Marky es el batería que más tiempo ha tocado con el mejor grupo de la historia y el que mejor ha sabido llevar el ritmo de su música.

Joe y Romay mantuvieron el ritmo frente a los yankees, los únicos de todo el equipo.

Pero vamos al grano, a la mandanga, a la chicha y a la limoná:

Telonean unos tales Clover que me recuerdan peligrosamente a mi grupo Radio 77, pues sus poses en escena son muy parecidas a las nuestras y encima hacen versiones geniales como el “Jailbreak” de Thin Lizzy de un modo absolutamente sobresaliente.

El personal está caliente, y tras unos 40 minutos de una espera que se hace tan interminable como un solo de John Bonham (que paz nos dejó al morirse), salen Marky Ramone y tres pavos que parecen Los Ramones en cómic.

El guitarra, pelo tazón semi-cano y gafas de pasta rollo nerd, no lleva una Mosrite como Johnny, pero vapulea una Gibson Les Paul con unas pastillas hechas ex profeso para que suenen como la gloria bendita que es LA DISTORSIÓN RAMONIANA, que diría Marciano Pizarro.

El bajista lleva MORRISSEY tatuado en el torso, así que no me puede caer mejor.

Pero lo mejor está en el cantante. Euskaldún de pro, más punky que yo, y con una voz tocada por los dioses.

No echo de menos a Los Ramones originales. Está Marky y con eso me vale.

La nostalgia es de perdedores. El mejor momento siempre es el presente. Viva el reggaeton.

Este grupo suena mil veces mejor que lo que yo vi en el pabellón del Real Madrid en 1989 y el repertorio supera al de “It´s alive” porque también tocan temas posteriores como:

“ I DON´T WANNA GROW UP”

“I BELIVE IN MIRACLES”

“PET SEMETARY”

“R.A.M.O.N.E.S” ( versión de Motorhead)

Mi cabeza se va a 1989 inmediatamente. Mi novia me ha dejado por Miguel Angel Mañas, yo no paro de drogarme y follar para olvidar. Mi ADN punk y combativo a través del dolor y de la autoterapia se está gestando.

No lo llames sufrimiento, llámalo aprendizaje.

Los Ramones me salvan la vida en el Pabellón del Real Madrid, escenario de los mejores partidos de Joe Llorente y Fernando Romay.

¿Casualidad? Casualidad, my ass!

El orden que subyace al teórico caos de la vida pone todo en su sitio ayer noche y mis lágrimas empiezan a aflorar según suena “I WANNA BE YOUR BOYFRIEND” ( “Cartón quiere ser tu novio” en el programa “Los principios del movimiento” de Antena Kolectiva” ).

Mis  chakras están abiertos completamente y mi potencia mental va a 200 por hora.

Hoy va a ser un GRAN día.

Voy directo al final, que es lo que más me gusta de la vida. Cuando las cosas se acaban y hay que buscar otras. Cuando Betty me dejó y no paré hasta encontrar a Alicia, el sol de mi vida.

DESTROY & SEARCH ( Iggy, te equivocaste de orden).

Veo una niña esperando para conocer a Marky, le pongo mi camiseta con la firma de Joey estampada encima de la suya oficial de los Ramones, y me dice: “Joey ES el mejor”.

Para los niños todo es presente, por eso son felices.

Los niños son el reggaeton de mi vida. No tengo ni los tendré, pero cuando los veo me encantan.

Soy un niño eterno, y solo pienso en música, literatura, arte, viajes, amistad y amor.

El trabajo empobrece el espíritu y yo la bisutería no la trabajo.

Nos metemos en el camerino, la niña se hace una foto con su ídolo. A continuación voy yo. Le pongo la camiseta en el regazo a Marky, y cuando ve la firma de Joey, se pone a llorar. Yo lloro con él. Le regalo mi libro y le hago la siguiente dedicatoria: “For Marky, the beat of my life”

No estoy más de cinco minutos con él. Tiene 71 años, está cansado y lo ha dado todo. Hay que ser educado y respetuoso con los mayores, y si se apellidan RAMONE, más.

Salgo a la calle con una sonrisa del tamaño del “IT´S ALIVE”, me cojo un bicimad, que es lo único bueno que ha hecho el Enano Arboricida.

Nobody´s imperfect.

LOS RAMONES SON DIOS EN LA TIERRA. MARKY ES EL PORTADOR DEL SANTO GRIAL.

Gerardo Cartón, EL ILUMINADO.

Lee todas las entregas de En el jardín de Gerardo Cartón.


Gerardo Cartón es una agitador de la escena musical española. Lo más probable es que estos últimos 20 años os hayáis cruzado con su nombre en algún lado, bien en alguna de sus sesiones como el chico biónico, como 2PIASdjs, con alguno de sus podcasts o en algún que otro concierto o festival. Él es uno de esos tipos de la industria que han estado en todos los frentes. Dirigiendo el sello [PIAS] en España en su momento más exitoso, tocando en bandas como Micromachines o escribiendo libros tan divertidos como los dos volúmenes del Manual del Perfecto Festivalero o Así se baila el siglo XX (Muzikalia).

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