Entrevistas

Niños Mutantes (2ª parte)

Es mucho más fácil tocar en una sala pequeña para el público que ha pagado para verte, que enfrentarte en un festival a gente a la que le interesas y gente a la que no


 
Continuamos con nuestra entrevista a Niños Mutantes.
 
La banda granadina actuaba el pasado mes de agosto en el Arenal Sound y nos colamos en su camerino para charlar largo y tendido de su amplia trayectoria.
 
Hace unos días te mostramos la primera parte de esta entrevista (que puedes encontrar en este enlace) hoy la retomamos.
 
Y vosotros al paso que vais casi que moriréis en un festival, porque os estáis haciendo una cantidad de kilómetros importante también.
 
Juan Alberto: Sí, nos vamos matando poco a poco (risas). Nosotros somos otros trabajadores, somos unos obreros de la música y llevamos mucho tiempo en esto porque lo disfrutamos pero también porque el trabajo tiene sus frutos. Que un grupo suene como sonamos nosotros no se consigue a base de decir «qué buenos somos», sino a base de juntarte en un local de ensayo y echarle horas de trabajo para que luego todo suene decente.
 
Nani: Y de hacer giras muy largas. Puedes ensayar mucho pero al final te acabas aburriendo, es muy importante hacer directos, las giras que hacemos, tantísimas salas, tantísimos festivales. Eso es lo que le da el espíritu a la banda.
 
Pero hay bandas, bastantes, que confiesan haberse cansado del circuito de festivales. No suenas como quisieras, te hacen tocara a unas horas nada beneficiosas, y en general muchos reconocen que no es su entorno natural. Sin embargo, para cualquier banda con un mínimo de aspiraciones creo que sigue siendo necesario tocar en un festival.
 
Nani: Hombre, una banda va a un festival a encontrarse con muchísima más gente de lo que es habitual en una sala suya, a no ser que seas una superestrella, que entonces todos tus días son iguales, son monótonos. Lo normal en el noventa por ciento de la gente  es que los festivales son una gran oportunidad para tocar delante de un público muchísimo más masivo que se lo puede permitir, porque es barato ver a muchos grupos. Eso tiene una parte buena y una parte mala y yo creo que la buena normalmente gana, a nosotros nos gusta mucho tocar en festivales y nos gusta mucho tocar en salas medianas, grandes, pequeñas, con nuestro público a solas. Yo creo que las dos cosas tienen su rollo y que son muy positivas las dos cuando funcionan bien. Hay días que los festivales son un desastre y hay días que las salas son un desastre.
 
Juan Alberto: Probablemente es mucho más fácil tocar en una sala pequeña para tu público que ha pagado la entrada para verte a ti que enfrentarte en un festival a gente a la que le interesas y gente a la que o no le interesas o van a ver qué es lo que haces y a descubrirte. Manejarte en grandes escenarios es la gran asignatura para cualquiera que se meta en esto.
 
De todas formas, y es una impresión creo que compartida con mucha gente, el público en general se ha acercado más a vosotros con este último disco y los inmediatamente anteriores. Son grabaciones, digámoslo así, bastante más asequibles, más pop, en una palabra.
 
Nani: Yo creo, sin embargo, que la gente se ha acercado más a Niños Mutantes en los festivales y en todos lados con los dos discos anteriores, y este último disco es como el final de una trilogía en la que nosotros hemos lanzado una apertura musical diferente en nuestra carrera, pero no creo que este disco haya sido justamente el que ha roto nada en Niños Mutantes, sino que han sido «Las noches de insomnio» y «Náufragos», que no son tan pop. De hecho, «Las noches de insomnio» lo hicimos pensando en romper con todo lo que habíamos hecho antes.
 



Y casi lo conseguisteis, porque si no es el mejor disco que habéis hecho hasta ahora, debe andar muy cerca. Es un álbum clave en vuestra trayectoria y tiene canciones para enmarcar.
 
Migue: De hecho, ese disco quería recuperar el espíritu de «Mano, parque, paseo».
 
Nani: Estábamos obsesionados por recuperar ese espíritu. Fíjate tú que luego hicimos «Errante» y al final es lo que trasciende. Pero en ese disco había una intención de rompernos los brazos haciendo otra vez lo que hacíamos diez años antes.
 
Volviendo al tema de los festivales, en este en concreto, y en algún otro, cada vez da más la impresión de que la música es lo menos importante. ¿Tenéis impresiones parecidas?
 
Nani: Depende de qué festivales. Este es complicadillo.
 
Andrés: De todas maneras, aparte de este en concreto y otros muchos, yo ahora voy a hacer de malo de la película con lo de los festivales, que están muy bien y yo creo que estamos en un momento que dentro de poco hablaremos de lo que está pasando ahora, pero yo personalmente creo que este tipo de festivales que además se ha demostrado que no son realmente una burbuja, porque hace cinco o seis años que sabemos que esto era una burbuja, pero es que resulta que hay más y funcionan todos, salvando algunas deshonrosas excepciones. Montas un festival y suele funcionar, suele venir gente, 50.000 personas. Hay una cultura de festival, que todo eso es muy bueno, que de alguna manera se puede acceder a todo tipo de música, aunque cada uno tiene su manera de consumirla, hay quien viene a vernos y hay quien viene a meterse en la piscina y a ver si ve a un grupo, pero a lo que me refiero es a que como es tan barato y puedes ver a todos los grupos lo que estás es enterrando al circuito de salas. La gente joven cuando llega el invierno dice «mira, voy a ver a este en tres festivales por este precio», entonces o se amplía el circuito de festivales más allá del verano y ese es el modelo de concierto habitual o las salas mueren. Yo lo veo así, de hecho ya se está notando, nosotros tenemos más o menos un público fiel, a dios gracias, pero hablamos con compañeros y tal y es muy difícil ir a tocar a una sala pequeña y meter cien personas, doscientas o trescientas, y eso sí viene del boom de los festivales, es la cruz de la moneda.
 
Migue: Son los supermercados frente a los ultramarinos.
 
Y además en vuestra ciudad lo habréis notado, porque sí es cierto que en Granada, como en muchas otras ciudades, las salas no lo están teniendo precisamente fácil en los últimos tiempos.
 
Nani: Tenemos íntimos amigos que han programado en salas históricas de la ciudad y que o son nombres muy conocidos o es muy complicado meter a ochenta, setenta personas. Es lo que dice Andrés, en comparación con pagar treinta pavos por ver a veinticinco grupos es carísimo diez euros. Y claro, esto no funciona así.
 
Aunque solo sea un día y menos grupos, ¿os ha dado tiempo a ver algo interesante en el festival?
 
Migue: A Nacho Vegas.
 
Nani: Nacho, que nos ha encantado, y luego no hemos visto nada más.
 
Juan Alberto: Bueno, a Neuman no los hemos visto pero seguro que ha estado guay.
 
Nani: Hoy ha sido todo un poco desastre también, hay que entenderlo. El fin de semana ha sido duro y muy jodido para la organización, no ha sido nada fácil.
 
Migue: Han cambiado los horarios, no han avisado…
 
Juan Alberto: Han tenido mucho curro y por eso hay que disculpar un poco también otras historias.
 
Y dejando atrás presente y pasado, ¿qué os depara el futuro, jugando un poco con el título del disco?
 
Juan Alberto: Ahora en septiembre terminamos de festivales, en noviembre nos queda un fin de gira en Madrid y yo creo que en octubre ya empezaremos a poner la mente en crear nuevas canciones, que es un desafío siempre y es una historia bonita porque es como lo de los escritores, enfrentarte al folio en blanco. Para nosotros es enfrentarnos más o menos al silencio y no solo a eso, sino también a todas las canciones que ya has hecho a lo largo de estos años porque, claro, cualquier cosa que hagamos se va a comparar con todo lo que hemos hecho. Eso tiene su peso y crea su cierta tensión, pero es una tensión también muy buena porque te motiva, y a nosotros lo que nos ha motivado siempre, y por eso llevamos veinte años, es que no estamos repitiendo el «Mano, parque, paseo» de cuando sonábamos a los Pixies.
 
Nunca hemos dado saltos mortales pero siempre hemos intentado ir evolucionando y motivándonos a nosotros mismos con nuevos matices que incorporamos a nuestra música y también a nuestros mensajes y a cada cosa que contamos en nuestras canciones, que son lo que nos hace seguir vivos y lo que nos emociona, porque creo que a todos nos apasiona el momento de enfrentarnos a hacer nuevas canciones. Es algo que se vive de una forma más íntima, no es como tocar en un festival con miles de personas o en una sala con cientos, es un proceso que vivimos nosotros cuatro a lo largo de meses pero es un proceso super bonito de ver que de repente pueda salir una canción chula. Es un milagro, es algo emocionante que realmente es lo que nos hace seguir en esto.
 
Nani: Para mí ahora, a estas alturas, es lo que más me gusta de la música. Antes estaba ansioso por tocar, me gustaba mucho ir a tocar y el reconocimiento del público, ahora me la suda. Lo que más me gusta son los cinco, seis u ocho meses que pasamos haciendo las canciones nuevas y luego grabarlas y escucharlas por primera vez. El momento en que escuchas por primera vez en un estudio cómo empieza a sonar una canción es, no sé, una droga. Luego ya te entra el nervio por volver a los escenarios a presentarlas pero lo primero y lo más bonito para mí, lo más puro, es empezar a hacer canciones hasta el final.
 
Juan Alberto: Y para el próximo disco además parece que tenemos todos un planteamiento de que queremos hacerlo con tranquilidad, queremos llegar a algo que nos convenza realmente y tenemos ciertos planteamientos de ruptura con esta etapa. Luego nunca hemos hecho rupturas brutales, todo se reconocerá en el pasado inmediato y en el pasado más lejano, pero tenemos ciertas intenciones y hay un ambiente en el aire que yo creo que es bueno para lo que vendrá en el futuro.
 
 
 
 

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