Refree – Nones (Acuarela)

No podía terminar 2003 sin hacer la crítica del disco que en los últimos dos meses más ha sonado en la radio marca “kingstech” que llevo en mi coche de bakala del siglo XV.

Mucho habréis leído ya sobre el segundo álbum de Raül Fernández con su proyecto más personal. Y yo no creo que pueda aportar nada novedoso. Que es un disco intimista, sencillo, en el que Raül se ha olvidado de todo su bagaje musical (Romodance, Sitcom, Élena), para adentrarse definitivamente en un nuevo camino cuya dirección ya estaba esbozada en Quitamiedos. Cuando escuchabas “Bolero sin querer”, “Demonillo” o “Feo y malo” era evidente de dónde provenía Raül, lo que musicalmente le había gustado. Ahora, perdido el miedo a cómo íbamos a reaccionar todos ante un disco tan extraño (y, sobre todo, precioso), como fue Quitamiedos, el catalán se quita las armaduras y las cuerdas y se deja llevar por la canción de autor sencilla y punzante. Y si bien se ha dejado lo más fácilmente comprensible por el camino, se ha quedado con lo mejor que para mí tenía Quitamiedos: las atmósferas sugerentes del jazz y la instrumentación sencilla pero experimental.

Sentimientos universales, a veces esquizofrénicos (un ratón agonizando), a veces psicóticos (la puerta de un ascensor que indica una llegada), pero siempre con el temor entrelazando las frases y las sensaciones. “Como en los días corrientes” es de las canciones más hermosas que he escuchado en los últimos tiempos, con ese tipo de melodía y ritmo que te hace bailar con los ojos enrojecidos. “El reloj” e “Inventario” podrían compartir perfectamente la corona de laureles de las mejores canciones del año.

La realidad se curva, se rompe, y por entre las rendijas asoman las miserias y las grandezas del ser humano. Pero no deja de ser terrible que para ver todo lo que nos refleja sea necesaria una destrucción previa. Pero así es siempre todo.

Doce canciones, dos de ellas en catalán, unos arreglos exquisitos, un diseño preciosista (obra de Françoiz Breut) y letras trabajadas para un disco muy francés que te gustará siendo español o tailandés porque es lo bueno que tiene la música hecha con el corazón, que es universal. Como me imagino que a todos los seres humanos nos gusta o nos gustará una aurora boreal.

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