Zico

Lo que nos gusta es tocar y creo que es la única manera que tenemos de llegar a la gente que pueda seguir un proyecto tan pequeñito dentro de todo lo que hay.


Varios años e intentos después, el sevillano Guego, personalidad a la vanguardia del rock sevillano para más señas, decide hacer un parón en la sólida trayectoria de Malahora -grupo desafortunado y talentoso donde los haya- y juntar los apuntes guardados durante meses para meterse en una nueva camisa de once varas.

Los malos tiempos para la lírica siguen cubriendo el horizonte en un cada vez más devastado panorama musical, y precisamente ahí, en la poesía cotidiana de sus letras y en el cuidado trabajo de artesanía pop que han realizado para el debut de Zico, que así ha bautizado a su unión con otros cuatro músicos igual de aventureros, radica el encanto de un disco que debería escuchar mucha más gente. Siguiendo sus huellas tras comprobar su saludable directo en el pasado Monkey Week transcribimos la charla en la que el tímido Guego, la teclisa Nadia Santiago y el no menos discreto guitarrista Fernando Zambruno muestran sus verdaderos «Demonios al sol».
 
La experiencia es un grado, o eso dicen. Zico surge de la cabeza de Guego, que antes había liderado a los grandísimos Malahora, pero el resto de componentes de la banda tampoco son unos recién llegados, ¿no?
 
Guego: Bueno, tampoco creo que sea el ideólogo de la historia, pero bueno, de alguna manera sí que empecé yo con los temas.
 
Nadia: En Zico comenzamos juntos. Él venía de una trayectoria potente con Malahora, yo tocaba también el piano y aprovechamos la coyuntura para eso, para juntar ideas y canciones. Y Fernando también empezó prácticamente desde el principio.
 
Fernando: Yo me incorporé poco tiempo después de que ellos empezaran a tocar. Había otros miembros de la formación que entraron y salieron y de esa forma me incorporé yo.
 
¿Cómo podríamos definir a grandes rasgos «Demonios al sol»?
 
Guego: A mí me gusta definirlo como un disco de canciones, simplemente. No tiene demasiados aspavientos, yo creo que se presenta desde unos textos y unos acordes con piano y guitarra y a partir de ahí se construye un poco todo lo que envuelve a los temas, canciones en castellano que me gusta definir como canciones honestas de alguna manera.
 
Malahora era un grupo relativamente conocido en su momento y en su circuito, con una forma peculiar de entender las canciones. ¿Hay algún tipo de conexión con su sonido en el proyecto de Zico?
 
Guego: La conexión si acaso puede ser que las canciones están hechas en castellano y que quizá yo hacía temas en Malahora y las letras y textos de estos temas que hemos sacado en «Demonios al sol» están construidos también por mí. Pero es un punto y aparte en realidad.
 
Hay una dualidad en el disco entre la delicadeza y el ruido, a unos ambientes acústicos de repente lo invaden unos guitarrazos que cambian completamente el sonido. No parece algo buscado a propósito.
 
Fernando: Yo creo que eso surge un poco así, de manera natural, tampoco es buscado ni premeditado. Supongo que formará parte de las influencias que tenemos todos en el grupo, tenemos gustos diferentes pero a su vez hay puntos en común.
 
Nadia: Yo creo que lo más auténtico de Zico es justamente que hay una idea preconcebida ni una pretensión de hacer algo en una dirección u otra. Eso es lo que lo hace personal, que el camino de la banda no va buscando algo en concreto ni ninguna identidad real.
 
A muchas bandas no les hace justicia el directo o al revés, suenan mejor en vivo que en estudio. ¿Es posible que con Zico ambos aspectos estén bien conjugados?
 
Guego: Yo creo que estamos contentos todos con lo que se grabó, estamos a gusto cuando hablamos del disco y cuando vemos que a la gente le gusta cuando lo escucha. En directo intentamos basarlo en el sentido de lo que te decía antes, en tocar canciones sencillas, es un poco lo mismo que está grabado pero quizá con más potencia en el sonido. Intentamos grabar el disco pensando también en los directos.
 
Nadia: En realidad es algo muy importante y pensamos que no defrauda. Es algo que ocurre a menudo, que en una grabación la postproducción y la complejidad hacen que llegues a un sonido que luego es imposible defender, y en cambio creo que hay mucha coherencia entre lo que es el disco y lo que tocamos en directo. Del mismo modo que la producción de las canciones admite otras cosas también.
 
Lo que más llama la atención son las letras. Hay un universo muy peculiar ahí, una intención por crear algo, como vosotros decís, realmente bonito.
 
Guego: No sé si llamarlas universo o no (risas). En las letras es un poco lo que uno tiene en la cabeza, intentando escribir y transmitir cosas según te van saliendo. A veces es más complicado, otras veces salen rápido, como el hecho del que estamos hablando: hacer canciones.
 
En ese proceso de escribir y poner música a lo escrito, ¿hay ideas previas, un riff espontáneo en el que salta la chispa, un guión…?
 
Guego: Estas canciones están un pelín hechas antes de empezar a tocar como banda. Nos reunimos y ahí empezamos a arreglar las cosas, pero lo que son las bases de las canciones estaban hechas de antemano, no las hemos sacado en el local puede decirse. La idea es que a partir de ahora es que de alguna manera queremos hacer grupo y hacer temas entre toda la banda.
 
Nadia: Hay un par de temas que sí que nacieron prácticamente en el proceso de grabación y que son de los más importantes del disco, que son «Mueren las artes» e «Imposible». Él vino con un boceto muy básico, con la letra por supuesto y un poco la rueda de acordes, y entre todos le dimos la vuelta y salió un tema totalmente trabajado por el grupo. En verdad no acabas de verlo bien porque igual metemos algo raro y lo destrozamos entre todos (risas), pero sí que estamos muy pendientes de construir la canción pero tocando con la banda, haciendo hincapié en eso.
 



Se nota la meticulosidad en esos temas y en otros. También habría margen para la improvisación, que es algo muy importante.
 
Fernando: Bueno, en el proceso de grabación hubo algo de improvisación en las canciones que se empezaron hace tiempo y en las que hubo cambio, pero es verdad que se jugó bastante con la idea inicial de todas ellas.
 
¿Hay ideas ya bullendo en vuestras cabezas para ir perfilando el próximo camino a seguir?
 
Guego: No hay nada aún (risas).
 
Nadia: Y dependemos un poco de él, así que… (risas).
 
Vale, ya tenemos titular: «No habrá segundo disco de Zico».
 
Guego: No, hombre, espero que sí, que haya más entregas del grupo y que nos pongamos las pilas con el tema de las canciones, pero sinceramente, ahora mismo yo por lo menos estoy terminando lo que empezamos y ahora empezaremos temas nuevos. Se harán cosas, seguro.
 
¿Estáis contentos con el rumbo de la gira, por número de conciertos y respuesta del público más que nada?
 
Guego: Yo personamente sí. Hemos hecho buenos conciertos, otros han sido más complicados, como siempre, pero por lo general la verdad es que sí.
 
Al menos el boca a oreja ha propiciado crónicas positivas en la mayoría de los casos.
 
Nadia: Eso es algo bueno, que por lo general la gente a la que hemos llegado, y los medios también a los que hemos llegado, nos han tratado muy bien. Muchos de ellos sabemos que no tienen ninguna necesidad de alabarnos ni de que salgamos beneficiados y en cambio agradecemos que no nos machaquen con una mala crónica ni nada de eso.
 
Guego: Yo esperaba alguna, la verdad.
 
Es difícil por lo menos que alguien califique vuestro disco de impersonal, y eso es muy positivo. No solo por ese universo personal del que hablábamos, sino por la voz y por un sonido que seguramente, de seguir por el mismo camino, se convierta en vuestra seña de identidad.
 
Fernando: El primer disco ha sido el resultado de levantar unas canciones desde unos bocetos iniciales que se llevaron al local y se transformaron y se dieron la vuelta en algunos casos. Para el segundo el sistema de composición que queremos seguir es un poco trabajar más en el local y captar parte de ese universo, creo que el de Guego y también de todo el que quiera aportar algo.
 
¿Y qué esperáis de los nuevos métodos de distribución, del inminente ostracismo del formato físico y la implicación del propio artista en la promoción de su trabajo?
 
Guego: Nosotros lo que haremos es tocar y ya está, saldrá lo que salga. Lo que nos gusta es tocar y creo que es la única manera que tenemos de llegar a la gente que pueda seguir un proyecto tan pequeñito dentro de todo lo que hay.
 
Nadia: Ahora mismo se difumina mucho la cuestión. Los mecanismos habituales han cambiado, las normas son diferentes y hay un proceso en el que las redes sociales juegan un papel muy importante. En los directos es donde en realidad permanece la esencia del acto de escuchar música y disfrutar de ella, y ahí es donde queremos conectar. 
 
Os habéis subido ya a muchos escenarios y sois músicos con un cierto bagaje. La última vez os vimos tocando en un par de salas en el Puerto de Santa María, en el festival Monkey Week. Una pregunta un poco tonta: ¿hay alguien con quien de verdad os gustaría compartir tablas?
 
Guego: Ella lo tiene claro…
 
Nadia: ¿Apuntando ahí a lo grande, grande? (risas) No sé, hay tantos… Si no te refieres a nivel del panorama español solamente, pues con Wilco.
 
Guego: Hombre, estaría bien, no te digo que no. No estaría nada mal. En realidad, mientras estemos bien con la gente que tocamos ya es importante, ya no es el hecho de tocar con alguien muy gordo, sino que estés a gusto.
 
Nadia: Lo que hace que perviva un proyecto como este son las ganas de hacer música y las vivencias de crear y luego poder compartirla. Ya más allá de toda la parafernalia de tocar aquí y allá o de salir en tal o cual revista… Para nosotros lo especial es disfrutar, ya donde lleguemos es una cuestión de tener más pasta o menos.
 
¿Creéis que el proyecto Zico tiene la suficiente solidez como para afirmar que hay carrera para rato?
 
Guego: La idea es seguir adelante. No sabemos lo que va a pasar porque no sabemos lo que va a pasar con nada, con lo cual de momento estamos aquí y vamos bien, y con eso creo que tenemos que estar bastante contentos. Somos personas distintas y eso ya es complicado de por sí.
 
Nadia: La convivencia, y la continuidad. Sobre todo cuando todo el mundo para vivir tiene que estar continuamente pendiente de las responsabilidades, la vida no es sencilla y es una apuesta para todos.
 
 

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