Azkena Rock Festival – – (Vitoria/Gasteiz)

La quinta edición del Azkena Rock Festival ya es historia. Uno de los pocos festivales de género que se realizan en España cuenta ya con una buena imagen de marca y se puede hablar de consolidación. La edición de 2006 será recordada por la enorme expectativa creada por la presencia de Pearl Jam en el cartel. En la tercera jornada se batió el record de asistencia con 19.500 espectadores en la historia del festival.

Del primer día, jueves 31 de agosto, merecen un destacado las actuaciones de Green On Red y de Iggy Pop y sus Stooges. Comenzar el festival con unos motivados Young Fresh Fellows sirvió para animar el cuerpo y reencontrarnos con viejos colegas que son fieles a la cita vitoriana. Mike Scott, líder de Waterboys, acompañado exclusivamente de piano y violín, ofreció un set realmente hermoso y digno de ovación. Grata sorpresa.

Entrada la noche llegó el momento de Chris Cacavas, Chuck Prophet (para varios expertos, el mejor guitarra que ha pasado por el Azkena Rock hasta el momento) y compañía. Green On Red están considerados como los precursores del actual alt-country y levantaron cierta expectación entre la parroquia más «No depression». La formación de Arizona se mostró sólida, muy curtida y con las ganas de unos primerizos. Siguieron otros viejos rockeros, The Stooges, que regresaban a la capital alavesa tres años después. Iggy Pop, que mantiene la misma energía de años atrás, se consagró como el rey de la fiesta. La Iguana no paró un solo momento de mover su fibroso cuerpo, de «agitar» al público asistente e, incluso, de invitar a éste a subir al escenario en «No fun». Para el recuerdo queda la imagen de un Iggy mostrando sus posaderas. Notable bolo, quedando para el debe la similitud con la anterior visita de los de Detroit.

Ya en el segundo día, Marah fue uno de los grupos perjudicados por los malos horarios. Nada más y nada menos que a las cinco de la tarde tuvieron que actuar los hermanos Bielanko y sus escuderos. Aún así, el presente pertenece a los de Philadelphia, sin ninguna duda.

Bastante calor en la primera tarde de septiembre, intentamos cobijarnos en la sombra del escenario principal para ver a The Bottle Rocket, reputado combo del underground yankee, que cuenta con excelentes temas; una propuesta atractiva, pero con algo de falta de punch.

Decepcionante fue el show de Gang Of Four y no mucho más brillante, la puesta en escena de Eagles Of Death Metal. Mucho ruido y pocas nueces. A continuación, momento para escuchar algunos «dulces» de quien fue un referente. Big Star en la actualidad se sustenta gracias a los Posies Stringfellow y Auer y Alex Chilton es consciente de ello. Sonaron clásicos como «September gurls» o «In the street», melodías perfectas para seguir soñando.

Nombres importantes tomaban el protagonismo de la noche y en el caso de Redd Kross de qué manera. Tras varios años formando parte de las quinielas del festival, el combo de los hermanos McDonald por fin hacía parada y fonda en Vitoria. Su inicio fue directamente lo mejor de los tres días, una apisonadora en toda regla. Los californianos se mostraron con muchas ganas, con energía y un saber hacer impropio de una formación que no mantiene una actividad regular. Algún que otro problema técnico no ayudó a que el bolo resultara redondo, pero el nivel alcanzado fue realmente supremo.

Otro estilo fue el que ofrecieron Buckcherry. Un hard rock algo trasnochado, que no mal ejecutado, que logró mantener la atención de buena parte del respetable y pudo servir para colocar de nuevo en el mercado al grupo de Joshua Todd.

Segundo paso también por el Azkena para New York Dolls que cerraron la jornada del viernes. Treinta y cinco años después de su formación, buena parte de ellos separados, los neoyorquinos regresaban con nuevo trabajo y ganas de demostrar que no sólo los Stones resisten. Más que correctos.

Circunstancias extraordinarias nos impidieron llegar el sábado al recinto de Mendizabala antes de la actuación de My Morning Jacket. Antes, les había tocado el turno a los vascos Kriston y Berri Txarrak, Kim Salmon (gran decepción, cuentan los asistentes), The Nomads, Supagroup y Wolfmother (una de las sensaciones del momento).

En prime time ocuparon el escenario menor un grupo que será más conocido a partir de este verano, My Morning Jacket. Los de Kentucky visitaban por vez primera España con el firme propósito de dejar una buena sensación y no tardar en repetir visita (y es ahora cuando recuerdo la primera vez que Wilco vino a nuestro país). Con una carrera considerable en los Estados Unidos, la banda que lidera Jim James terminará contando con un hueco también en Europa. En Vitoria sumaron el primer triunfo, sin lugar a dudas. MMJ dio uno de los dos mejores conciertos de esta edición.

La medianoche tenía dueño. El nombre que más personal atrajo a la cita alavesa partía con ventaja frente a sus compañeros de juego. Pearl Jam congregaba a casi veinte mil personas en el escenario Heineken, se habían vendido alrededor de ocho mil tickets para esa jornada. Eddie Vedder sabía que en Euskadi cuenta con muchos seguidores y que la plaza estaba ansiosa por disfrutar de sus éxitos y los nuevos temas varios años después de su última actuación en San Sebastián. El quinteto de Seattle la gozó y firmó un show mágico para los fans y sobresaliente para el resto de rockeros allí reunidos.

El punto final a la quinta edición del ARF lo pusieron Mondo Generador con Nick Oliveri al frente. Nos merecimos otra cosa. Así, sin rodeos.
Que el próximo año nos vuelva a ilusionar. Significará que tenemos buen rock, que tenemos Azkena.

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