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Asistimos a la conferencia de prensa de Bunbury en México

Enrique Bunbury regresó a la Ciudad de México como quien vuelve a un viejo amor que nunca se fue del todo. Y lo hizo con todo el arsenal: nuevo disco bajo el brazo, Cuentas Pendientes, un tour de 15 fechas por España, México y Centroamérica, y la resurrección de su antigua banda, El Huracán Ambulante, a dos décadas de su separación. La conferencia de prensa en el Centro Cultural Roberto Cantoral fue el tipo de evento que en manos de cualquier otro sería una ceremonia de autoelogio patético, pero Bunbury, con su voz de alquimista y su pose de mesías deslavado, logró convertirlo en una misa de Rock arrabalero con esas frases tan suyas.

Entre frases que olían a experiencia y reflexiones que podrían haber salido de un ensayo bien fabricado, el zaragozano escupió verdades como cuchillos. “Cuanto más te limitas, más te liberas”, dijo sobre su proceso de grabación. Y uno no puede evitar pensar que este tipo lleva décadas en esa lucha entre la fama, la jaula y los retiros, entre el bolero, el Rock and Roll y el apocalipsis. El disco, según explicó, mira hacia las raíces de la música hispana y latinoamericana, como un arqueólogo sentimental que cava entre los escombros del folclore buscando oro en vez de likes.

Te puedes a todo acostumbrar”, uno de los sencillos, suena a una cumbia salida de un western decadente filmado por Gonzalez Iñarritu en Tepito y al que musicalmente definió como una cumbia Morricone (Ennio Morricone). Es un tema que huele a sudor viejo y cigarro barato, una crítica u homenaje al talento desperdiciado, a esos zombies modernos que esperan la inspiración como quien espera un Uber que nunca llega. Y sí, Bunbury tiene razón: “la mayoría prefiere masturbarse con la esperanza antes que follarse al esfuerzo”.

El tipo no se anda con medias tintas ni con las posturas impostadas del mainstream. Se carcajea en las reglas no escritas de la industria musical actual: “Ya no es tiempo de álbumes”, dicen los gurús del algoritmo, y él responde con un disco completo; “hay que estar en el escenario todo el tiempo”, le gritan los managers, y él contesta escribiendo libros y grabando en estudio como un ermitaño con guitarra. «En este siglo las posibilidades de dar a conocer tu música son infinitas, cómo las hace Nick Cave o Shakira son opuestas y ambos son artistas de éxito. Cada uno tiene que encontrar el lugar donde nos sentimos cómodos para amoldar la industria a nuestra imagen y semejanza». Bunbury se ha vuelto más Nick Cave que Jim Morrison, más chamán que rockstar, y eso es justo lo que se agradece.

«Quiero seguir creando y me revelo ante muchas frases hechas dentro de la industria musical, uno es que debes estar en el escenario para seguir en la música, yo cada vez hago menos conciertos, otra es que ya no es momento de álbumes sino de sencillos y yo insisto en sacar álbumes porque creo que es una forma de recopilar un momento creativo de un artista». Porque si algo tiene el de Zaragoza, es que no le teme a la evolución, pero tampoco se arrodilla ante ella.

Bunbury, el hombre que escupe flores marchitas y hace magia con ellas

Durante la conferencia, recordó sus inicios en los tugurios de la CDMX como Rockotitlán o La Diabla. Y ahora que tocará en el Foro GNP, no suena a victoria comercial, sino a un reencuentro con la misma tribu, fanaticada de siempre, ahora más vieja, más decadente, pero aún con las heridas abiertas. No es nostalgia, es venganza emocional. Adelantó que el repertorio del tour incluirá piezas de discos esenciales como Pequeño, Flamingos y El Viaje A Ninguna Parte, y eso es una buena noticia para los que crecimos con sus canciones como si fueran cicatrices con soundtrack.

Sobre la inteligencia artificial, se rió sin risa: “Intento desarrollar la inteligencia natural, siempre relacionamos la tecnología como progreso, entiendo que hay fundamentalistas de la ciencia y tecnología, que se entusiasmen con todos estos avances, pero preferiría que nos concentráramos en desarrollar nuestras propias capacidades». Y sí, es fácil aplaudirle esa frase si se tiene alma. Bunbury no necesita clones digitales. Él es el original, y su arte no se puede piratear sin perder el alma en el intento.

En resumen, Cuentas Pendientes no es un regreso. Es un ajuste de cuentas. Un disco que suena a redención y puñetazo, a bolero con navajas y cumbia con dinamita. La gira del Huracán Ambulante será eso, una procesión pagana entre lo que fuimos y lo que aún podemos ser. Y si todo sale mal, al menos nos quedará su promesa: retirarse a los 95 años. Brindemos por eso.

Toma nota de las fechas de Bunbury y El Huracán Ambulante

07.06.25 QUERÉTARO – MÉXICO
10.06.25 MONTERREY – MÉXICO
14.06.25 SAN SALVADOR – EL SALVADOR
18.06.25 CIUDAD D.G. – GUATEMALA
21.06.25 TEGUCIGALPA – HONDURAS
25.06.25 CDMX – MÉXICO
28.06.25 BOGOTÁ – COLOMBIA
02.07.25 QUITO – ECUADOR
05.07.25 MEDELLIN – COLOMBIA
09.07.25 CHICAGO – USA
12.07.25 ANAHEIM – USA
13.09.25 MADRID – ESPAÑA
18.09.25 BARCELONA – ESPAÑA
20.09.25 ZARAGOZA – ESPAÑA
27.09.25 BUENOS AIRES – ARGENTINA

Más información y entradas en su web

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