Entrevista a Lichis por la reedición de ‘Vestidos de Domingo’ de La Cabra Mecánica

La Cabra Mecánica parida desde las entrañas de Miguel Ángel Hernando ‘Lichis’ sigue siendo todo un botín a disfrutar hoy en día y, sin duda, es una de esas formaciones que supo interpretar su tiempo como pocas. Hace escasos días nos pusimos de gala para recibir Vestidos de Domingo (2001) en una nueva edición de vinilo que incluía cuatro temas extra, publicados en sus dos primeros discos.

Vestidos de Domingo sigue siendo su disco más conocido y uno de los mejores junto a Hotel Lichis (2005), pero en La Cabra todo resulta ser, como mínimo, sorprendente. Así que no podíamos dejar pasar la ocasión de cruzar nuevas preguntas y respuestas con Lichis, al que hacía mucho que no veíamos, concretamente desde otro gran momento de su trayectoria como fue el proyecto Mesa Para Dos junto a Rubén Pozo y cuya vídeo entrevista podéis disfrutar aquí.

«Nunca tengo canciones de relleno porque normalmente suelo ir descartando ya los bocetos, así que fue un proceso de mucho trabajo en el local, yo soy muy rata de local»

‘Cuando me Suenan las Tripas’ (1997) puso a La Cabra Mecánica en el mapa musical con cierta notoriedad y con menos notoriedad, pero asentando un público fiel, llegó Cabrón (1999) y en esas apareceVestidos de Domingo’ (2001), algo así como el ser o no ser para un proyecto musical en aquellas circunstancias, ¿cómo lo enfocaste a la hora de componer las nuevas canciones y elegir el repertorio?

En cuanto a elegir las canciones siempre lo he hecho así: meto en los discos las canciones que he hecho, nunca tengo canciones de relleno porque normalmente suelo ir descartando ya los bocetos, así que fue un proceso de mucho trabajo en el local, yo soy muy rata de local, pasaba mucho tiempo en Rock Palace, también en…, creo que fue una transición entre Rock Palace y en Diego de León que también estaba ensayando, los locales que eran de Ritmo & Compás, tenía un ocho pistas de bobina, un Fostex, y curiosamente a pesar del resultado de lo que luego fue el disco yo estaba muy metido entonces con los discos de Beck, de Tom Waits, de Calexico y todo este tipo de cosas, y lo que quería hacer era algo muy low fi, muy en esa onda de grabar en ocho pistas y todo muy ambiental. 

De hecho, algunas de las maquetas sonaban increíbles en ese rollo, desgraciadamente en una inundación cuando me fui a vivir a Barcelona se perdieron algunas de las cintas de bobina, pero luego lo cogió Alejo Stivel y Fernando Polaino que fueron los que hicieron todo un poco más traducible para el público, pero sí recuerdo ese primer impulso.

Y ese fue casi todo el trabajo, metido en un local, luego en mi casa en Vallecas trabajando muchas, muchas horas al día y luego saliendo mucho por la noche porque no paraba de currar, era currar, currar, salir, salir, currar, salir, así todo el rato.

 

Alejo Stivel fue la novedad y la apuesta para la producción ya que venías de otro tipo de productores. ¿La sencillez, la diversión más directa y la alegría  que de alguna manera desprende ‘Vestidos de Domingo’ formó parte del cometido de Alejo, además de lo puramente técnico sobre los tonos de una canción y demás?

Lo que tenían las producciones de Alejo en aquel momento era que daba a la industria lo que la industria pedía y la industria siempre ha pedido esquemas muy sencillos, por decirlo de alguna manera, en lo sonoro, en las producciones, una voz aquí arriba, sobre todo en las producciones españolas, pocos arreglos por debajo y ya está, y que destaque la canción. 

Creo que esa era un poco la manufactura de todo lo que salía de la factoría de Alejo y casi toda la gente que él tenía trabajando allí como Polaino, que fue realmente quien hizo la producción o el trabajo de campo, seguía esas directrices. Así que eso es un poco, quizá hizo que este proyecto fuera más traducible porque en letras no se cambió nada, en conceptos no se cambió prácticamente nada tampoco, o sea que el tronco un poco ya estaba, quizá fue más Polaino quien decidió quitarle este rollo, o sea, decidió o siguió las instrucciones de “vamos a controlar a este hippie y vamos a hacerlo bien” (risas), “vamos a hacerlo un poco más traducible”.

‘Vestidos de Domingo’, entre otras cosas, es una pequeña pero importante antología de admiraciones e influencias de Lichis, por ejemplo: “Fábula del Hombre Lobo y la Mujer Pantera” viene encabezada por una cita de Juan Antonio Canta: “Eso que en todas las ciudades enriquece los bares y hay quien llama amor” (“Si tú, si yo”). ¿Hasta qué punto Juan Antonio Canta “Patuchas” fue una influencia determinante para Lichis?

Fue una influencia muy importante en ese momento junto con la de Kiko Veneno y Martirio, sobre todo la discografía que hicieron juntos, todas las canciones que salen de la colaboración entre ambos. 

Y de Patuchas también en el sentido de que había un humor trágico, negro, muy inquietante y que me encantaba y con el que conectaba mucho, un sentido trágico de la vida, aquí normalmente el humor es algo que…, hacer humor es la mejor manera de que no te tomen en serio, el otro día leía alguna cita así parecida en algún escrito de los chicos estos de Antílopez que son gente muy talentosa y que hablan un poco de eso, “nosotros que hacemos esto parece que no nos toman en serio”, y es así, aquí en España ocurre eso mucho, no tenemos ese sentido del humor inglés y por no perderme, Patuchas tenía eso siendo un andaluz de pro, cordobés, tiene un sentido del humor absolutamente negro, negro, oscurísimo y fue para mi importante, como te digo, todo ese tipo de humor y también el de Martirio y Kiko Veneno, sobre todo esa vertiente de la mezcla de géneros, de la mezcla de género masculino y femenino que está presente en todas las canciones. 

Vestidos de Domingo es un disco que mira también a mi madre o a mis orígenes maternos que son más andaluces y a mi padre que es más hombretón vallisoletano y tal, y mira también a mi nacimiento donde se juntan esas dos culturas que es en Barcelona y todo esto pasado por el tamiz de Madrid, todo cantado con un acento muy, muy madrileño, entonces todas estas influencias geográficas y musicales conformaron la imaginería de Vestidos de Domingo.

El diseño de ‘Vestidos de Domingo’, por ejemplo, es muy esa imagen del barrio donde suceden la “Sevillana de los Bloques” o “Estoy mala” del tándem Martirio-Veneno. Y de Patuchas luego harás la versión de “Copla del Viudo del Submarino” en Ni Jaulas ni Peceras (2003).

Sí, hicimos la versión y en directo tocábamos algunos temas suyos más, tocábamos el de “Pasa la Gorra”, la “Balada del Adultero”, tocamos varias canciones de Las Increíbles Aventuras de Juan Antonio Canta (1996).

 

Antes una influencia y ahora una admiración: Daniel Higiénico participa en “El Amor es… un Deporte muy Raro!!” ¿Cómo le descubres?

A Daniel Higiénico lo descubro por las comparaciones que se nos hacían en aquel momento, él ya llevaba varios discos y en un principio parecía que se abría una brecha por ahí, es una brecha que creo que también abría Aristides Moreno en Canarias que también fue una influencia importante en la canción de “Felicidad”, la abría él, la abrían Mártires del Compás, por ejemplo, seguro que me dejo alguien más en el tintero y luego lo voy a lamentar, pero bueno, había ahí una mezcla de artistas haciendo algo, el propio Patuchas, haciendo algo como bastante ecléctico, un poco de mezcla, de reflejo del caos que se vivía en aquella época, en los noventa, y empecé a ir a verle también a conciertos y lo conocí cuando publiqué Cuando me Suenan las Tripas, hicimos buenas migas y le tengo muchísimo cariño, incluso tuve el privilegio de poder hacer con él cuatro temas de un disco y luego otro  como productor que es uno de los discos que más cariño guardo, de los que más orgulloso me siento, por haberlo hecho con él que me parece un maestro y por el rollo del disco que me parece que quedó muy chulo.

Ese disco es 6000 Millones (2009) y no puedo estar más de acuerdo. Y de los nombres que nos dejamos en el tintero, me asalta Tomasito también…

… Albert Pla, aquella época fue también la eclosión de Kiko Veneno, Juan Perro, todo esto, había como una… Esto me parece como un preludio de lo que ahora se ve en el urban, en esta mezcla de un lenguaje muy procaz, muy salvaje, muy de calle, mezclado con cosas muy propias, muy castizas de alguna manera, lo que pasa que en aquella época estaban muy separadas o muy arrinconadas por el fenómeno independiente que entonces estaba más con el rock en inglés, con ese tipo de rollos, o con la música realmente mainstream, aunque luego a nosotros se nos quiso meter ahí en el mainstream, cosa que siempre me ha resultado muy graciosa, pero sí, digamos que ahora creo que es un poco… de hecho incluso en La Cabra el otro día lo pensaba, nosotros en Vestidos de Domingo y ya en los discos anteriores hacíamos muchas cosas en las que se mezclaba el rap o algo rapeado mezclado con melodías, no una parte de rap y una parte cantada, sino una parte rapeada con cachos de melodía que es ahora lo que se hace mucho, con ese acento un poco y esa dicción buscada e impostada muchas veces, creo que un poco lo que se cuajó en aquella época es lo que ahora ha cuajado en otra cosa, podría ser un poco el precedente todo aquello.

También debemos nombrar a Los Especialistas. 

Y fueron incluso antes, en aquella época lo que pasa es que se polarizó un poco el tema hacia lo del mestizaje, pero mestizaje era todo aquello que sonaba Mano Negra o Manu Chao, era un poco por ahí y el resto éramos un poco una rara avis o sino ese pop más indie cantado en inglés que entonces estaba en plena eclosión… Nosotros estábamos un poco ahí, en esa tierra de nadie. 

Y hay todavía más nombres interesantes que aparecen ‘Vestidos de Domingo’ como Javier Ruibal, Antonio ‘Malevaje’ Bartrina…, pero es tu gusto por María Jiménez lo que dará otra de las joyas del disco: “La Lista de la Compra”, ¿qué resorte de tu inspiración te lleva a ella?

En un principio, mi idea era llevar la canción hacia ese rollo como te hablaba antes de Martirio y Kiko, y luego una vez allí yo quería algo más quinqui, más potente, más cercano a la realidad que yo vivía en Vallecas y quería además una mujer, con los años ahora se llama más empoderada, no sé si empoderada, una mujer que se pasa por el coño el empoderamiento porque ya lo lleva de raíz, ni siquiera se para a pensar en eso, y una tipa que además era así en la época en que las mujeres no lo tenían nada fácil, entonces para mi era María Jiménez.

Y estaba componiendo la canción, estaba dándole vueltas a cantarla con una figura femenina cuando bajé a tomar una caña, yo vivía al lado de los soportales estos que están por Portazgo, cerca de la calle Payaso Fofó y estaba tomándomela ahí y de repente vi un cartel así descolorido y tal de María Jiménez y dije “joder, era esto”. 

Y era una bomba, dije, la canción va a ser buena o no sin María, pero que esté María Jiménez hace que esta canción sea una bomba nuclear, con esto no tiro un edifico, tiro una ciudad entera y así fue, creo que la reinventó, más que otra cosa su presencia la reinventó y creo que el mensaje de la canción fue mucho más potente, ahora lo piensas y cómo no cantarla con María Jiménez, sería imposible ver la canción de otra manera.

Luego, con Martirio, porque la admiro mucho, tuve la oportunidad de cantar con ella la “Copla del Viudo del Submarino”, que la invité para el disco en directo que no sé porque al final no cuajó, supongo que porque en aquella época cuando hice Ni jaula, ni Peceras, fíjate la estupidez también, había pensado en hacer un disco de duetos y me dijeron “qué tontería, un disco de duetos, qué locura, un disco en directo de duetos, pfffff, eso es un kilombo y tal”, “joder, que lo veo muy claro”, “que no, que no, que no, que no” y mira.

 

Hablando de dúos.

De los cuatro temas extra que aparecen en la nueva edición en vinilo, incluyes y cierras con “El Último Cantautor” en la versión original de Cuando me Suenan las Tripas, pero en Ni Jaulas, ni Peceras la haces a dúo con Ismael Serrano, un hito absoluto en la discografía de ambos y sé que Ismael te aborda en un momento dado porque parece que no le cayeron bien algunas declaraciones tuyas sobre el sentido de la canción, cuéntame tu versión.

Ah, no, no, él todo lo contrario, es un tipo muy inteligente y con mucho humor y muy buena gente. Me metía con Ismael Serrano… Yo políticamente siempre he sido un descreído y he sido siempre muy crítico por circunstancias vitales y circunstancias autobiográficas que me han llevado a cuestionármelo todo y jamás he sido de derechas o siempre he estado más cerca de la izquierda, y precisamente como la izquierda la siento más cercana es una zona con la que suelo ser mucho más crítico. Uno siempre es mucho más crítico con la gente que se siente cerca, con aquello que crees que es el camino, creo que Ismael Serrano de alguna manera es el primer podemita entre comillas que existe antes de que la gente de Podemos siquiera pensara en ello, ¿no? Y era esa figura dentro de la música que simbolizaba la izquierda, que simbolizaba la nueva izquierda universitaria nostálgica de un espíritu de lucha que habían tenido sus padres y tal y entonces, bueno, era un chiste fácil para mi que en aquel momento teníamos mucha mala leche, sobre todo en los primeros dos discos, entonces una vez me abordó Ismael Serrano en un aeropuerto, “tío, joder, tu eres Lichis, joder, te metes mucho conmigo, es que me lo dicen mis colegas que son muy fans de La Cabra”, “hombre, Ismael”, y ya con el tiempo le digo “tío, tienes que cantar conmigo la canción un día y tal” y se vino, luego él me invitó también a cantar “La Extraña Pareja” en su disco en directo (Principio de Incertidumbre, 2003), que tenía la letra escrita por su padre, Rodolfo Serrano, y muy bien, hace mucho que no le veo, pero mal no se lo tomó, Ismael es un tipo muy inteligente que está muy por encima de estas cosas y la verdad es que se trataba un poco de ser puñeteros intelectualmente, de tener mala hostia, quizás es algo que ahora con el tiempo, en esta sociedad presente en la que vivimos no es algo que la gente pudiera entender, ahora es todo más polarizado, más extraño, creo que en aquella época todavía todos guardamos un sentido del humor y un espíritu crítico que echo en falta ahora.

A lo largo de toda la discografía de La Cabra Mecánica y de Lichis se destila un humor de lo más variado: la ironía, la sátira, el humor negro, algo de blanco…

¿Era más fácil soltarse con el humor antes que ahora?

A veces también estamos idealizando esos tiempos pasados diciendo que es que ahora no hay humor por hablar de ciertas cosas y tal y no es tan cierto, lo que hablamos antes del urban, creo que mi mensaje, un poco, o mi discurso, mi cosa, iba un poco por lo que ahora sería esto, pero esto ahora ellos lo hablan de una manera muy clara, no necesitan el humor para escupirlo, de hecho porque es algo que también te da la juventud, hay cosas que puedes decir cuando eres joven o que puedes hacer cuando eres joven, para nosotros el humor era la manera de decir cosas que no hubiéramos podido decir de otra manera y aún así eso creó muchos malos entendidos, por ponerte un ejemplo, recuerdo que en las presentaciones de La Cabra hacía una presentación súper cabaretera, siempre decía “mi guitarrista es un transexual que se llama Nuria Fergó que aprendió a tocar en cursos de CCC”, mi bajista iba disfrazado de cura y le llamábamos Narciso Lupanares que venia de tal y cuando acababa decía “bueno, como todos sabéis, mi nombre es Prince, soy cocainómano, mi color favorito es el fucsia”.

Durante años después, durante años, la gente ha estado diciéndome siempre “pero tú, tú decías que eras cocainómano y tomabas coca y tal”, “también decía que me llamaba Prince y mi color favorito es el fucsia, no me preguntas si me sigo haciendo llamar Prince”… 

El humor estaba ahí y aún así con toda la dosis de humor que poníamos en el tema hay cosas que no lograron superar la mala hostia o las ganas de mala hostia, el humor nos hacía sentir o me hacía sentir, iluso de mí, me hacía sentir invencible y no lo era, no lo fui.

¿La actual edición en vinilo de ‘Vestidos de Domingo’ conllevará alguna reencarnación de La Cabra Mecánica o es algo puntual?

No, para nada, aparte que no creo que la gente lo quiera y no tendría sentido, quiero decir, no es que reniegue de ello, pero no me siento en esa cosa ahora y creo que ahora es una antorcha que tienen que coger otros y que lleven esto para otro lado, a mi ya es una antorcha que me va a quemar las manos y la cuesta ya es muy alta para mí, estoy en otra lucha y en otra cosa y sigo sacando singles, hace poco publiqué el de “Se Vienen Cositas”, sacaré temas, tal, ahora mismo lo primero que haré cuando llegue a casa será agarrar la guitarra y ponerme a tocar blues, estoy en otra cosa.

[NOTA DEL AUTOR]

Poco después de esta entrevista se confirmaron las primeras fechas de una serie de conciertos puntuales que volverán a hacer:

18 de febrero – Fuenlabrada
27 mayo – Festival Tribu – Burgos
24 junio – Caleidoscopio Music Fest – Yunquera de Henares (Guadalajara)
29/30 septiembre – Iberia festival – Benidorm

“El mensaje que quiero lanzar a mis hijos  es que si tienen que fracasar, que fracasen con lo que realmente les gusta. Porque entonces no será un fracaso”, esta destacada afirmación tuya apareció en octubre de 2019 (entrevista con Sara Navas, El País). La Cabra Mecánica cerró y abrió Lichis, ¿de aquellos triunfos y de aquellos fracasos llega la felicidad y el discreto éxito de hoy en día?

A ver, es que la mayor parte de la gente que me conoce piensa que mi carrera comenzó con La Cabra, en el primer disco de La Cabra yo ya tenía 27 años y llevaba en la música unos diez, yo he sido bajista siempre, entonces La Cabra es heredera también de todo lo que viví antes, de todos los grupos con los que toqué y era bajista tocando un montón de cosas, de mi estancia en Lavapiés donde vivía con músicos africanos y convivía con tal, todo ha sido parte de un engranaje que me ha traído aquí. 

La chispa surgió cuando a un chaval de una vocación tardía con catorce años se le iba tanto la olla escuchando música, viajaba tan lejos escuchando música que dijo un día “yo quiero formar parte de esto, por qué no he tocado hasta ahora un instrumento”.

Desde que tenía cuatro años me ponía y cantaba una melodía y escribía cosas, siempre versos sueltos o poemas desde que tengo uso de razón y siempre los escribía medio cantando, aunque luego los recitara, pero los escribía como cantando, nunca lo identifiqué como canciones hasta que te digo y eso es a lo que le debo todo a donde estoy ahora, el que para mi ahora es el gran éxito, jamás me he sentido tan feliz y con tanta confianza en mi mismo como estoy ahora y con tanta confianza en lo que hago y en el trabajo que hago y eso para mi es increíble, esa tranquilidad no la tenía cuando estaba en La Cabra, en La Cabra estaba angustiado, además estaba de alguna manera también creando mi propio Ziggy Stardust, estaba creando un personaje, estaba creando al Lichis. Ahora, bueno, ha quedado el nombre, pero aquí está Miguel Ángel Hernando y eso es lo que me suma.

Escucha ‘Vestidos de domingo’ de La Cabra Mecánica

Fotos La Cabra Mecánica: Jerónimo Álvarez

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