Entrevistamos a Ariel Rot que arranca su gira
Ejemplo de músico versátil y amigo de los retos y las experiencias desafiantes, Ariel Rot se embarca en una gira por nuestro país coincidiendo con la reedición de su disco de directo En Vivo Mucho Mejor, que captura un excelente y completo repaso por sus diferentes etapas artísticas.
Escucharlo es aproximarse a un excitante catálogo de vivencias que conectan con ese ideal de la vida del músico en el gran circo del rock and roll, y esta conversación que mantuvimos con el legendario guitarrista de Tequila y Los Rodríguez, además de brillante conductor del excelente programa de televisión ‘Un País Para Escucharlo’ y poseedor de una destacada carrera en solitario, contribuye a agrandar una leyenda caracterizada por su talento y carisma como músico referencial.
«Con Tequila éramos como si estuviésemos en la selva con un machete abriendo el camino. Porque realmente eran condiciones muy duras en esa época»
Hoy mismo se edita remasterizado “En vivo mucho mejor”. ¿Cómo surge la idea de esta reedición, que además respeta en el repertorio el orden del concierto de 2001?
Yo creo que hay un mercado que cada vez va a más. Y ahora se pueden disfrutar en un formato tan noble y tan poderoso como el estilo, ¿no? Poco a poco vamos haciendo esto con varios discos que nos parece que merecen lo que merecen, ¿no? Hay un libro de fotos. Bueno, llamarlo libro, a lo mejor es exagerado. Una sesión de fotos durante un concierto de realidad. Y, bueno, todo realza más, ¿no? Y por supuesto, también el sonido cálido del vinilo. Resumiendo que creo que cualquier disco en el que pusimos tanto trabajo en el sonido, en el audio, en el arte, es una pena que no se reedite ahora que es posible y que las fábricas de vinilo están como… no paran. Que tengamos ahora un objeto tan noble y tan poderoso como es el vinilo.
¿Qué va a significar tocar esas canciones para ti? ¿Qué tenéis pensado para el repertorio, respetar el justo formato del disco o también tocar algunas cosas más, supongo?
No voy a ser muy fundamentalista con el disco, pero sí con el concepto. O sea, el concepto en ese momento fue rescatar canciones que yo nunca había tocado, tal vez por pudor, porque pertenecían a mi pasado o alguna otra porque simplemente no lo había pensado en su momento. Y es lo que estoy haciendo. Llevo mucho tiempo organizando ese repertorio para ese directo. Soy como Ancelotti alineando jugadores antes de la Champions, ¿sabes? Esa es la idea. Es una buena manera de entender lo que estoy haciendo.
Lo estoy haciendo de una manera muy meticulosa y estoy, por supuesto, tocando esos temas emblemáticos del pasado, pero también algunos temas que no he tocado nunca en directo. Y que de repente me pareció que justamente, me imagino que se llama ‘En vivo mucho mejor’, es el momento para recuperar también esas canciones.
Además, el disco incluye “Nena”, que no aparecía en el original.
Exactamente. Otro misterio de los síndromes pre-edición de disco, pre-masterización, donde empiezan a surgir las dudas.
Hablando también de tu faceta como presentador, porque me ha gustado muchísimo todas las temporadas de Un país para escucharlo. Creo que la televisión pública de este país necesita un programa así.
Totalmente de acuerdo. Sí.
¿Cómo ha sido para ti afrontar esta faceta? ¿Qué te ha descubierto? ¿Cómo ha sido relacionarte con artistas por todo el país de tan distinto pelaje? ¿Tocar con ellos?
Bueno, ha sido una experiencia fabulosa, realmente. Te digo, si pienso así, en todos estos casi 50 años de carrera, hay picos y hay valles y hay caídas. Y esto fue uno de los picos, así como lo fue Tequila, Los Rodríguez, momentos de mi carrera en solitario.
Esto me dio muchísimo como experiencia de vida. Nunca lo había hecho. Fui bastante inconsciente, creo, porque realmente no tenía muy claro, hasta que lo empezamos a hacer, de qué se trataba exactamente el programa.
Nadie lo tenía claro. El programa se fue fraguando también un poco sobre la marcha. Y bueno, de repente me encontré tocando con un montón de artistas buenísimos, viajando por unos sitios espectaculares y conversando de una manera real y nada forzada con colegas.
Entonces, para mí realmente me resultaba todo muy natural. Todo lo contrario de lo que realmente generalmente resulta la televisión. Por otro lado, también sentir un poco esta especie de desafección por la música nacional y el poder de la música nacional en la televisión pública.
Es increíble que no haya todos los años un programa no conmigo, pero sí que actualice y cuente qué se estaba haciendo en este momento culturalmente y musicalmente. No sé si decir música y cultura, porque a veces parece como que la música no es cultura. Es una cosa muy increíble.
Y el rock ya ni hablar. Me parece que es una falta de miras realmente muy impresionante. Y de compromiso, porque creo que es justamente lo que deben hacer.
«Es increíble que no haya todos los años un programa que actualice y cuente qué se estaba haciendo en este momento culturalmente y musicalmente»
Desde luego, totalmente de acuerdo. Precisamente, la editorial Muzikalia ha editado recientemente un libro sobre esta nueva escena de guitarras, que incluye a muchas de las bandas con las que tú has estado también en el programa: Vera Fauna, Grande Amore, Kokoshca, La Trinidad… Por ello me parece muy interesante a lo mejor lo que has podido intercambiar o conocer de gente que está empezando. Y cómo es montar una banda, girar por el país y compararlo desde tu experiencia con todo lo que tú viviste con Tequila y con Los Rodríguez en su momento. Y ver las diferencias.
Bueno, sí. No hace falta hacer el programa para darte cuenta de que los tiempos cambiaron. Lo nuestro era muy precario y muy primitivo. Y también muy romántico en ese sentido. Porque era todo muy pequeño. Bueno, España es pequeña. Y Tequila era muy grande. Y realmente íbamos abriendo camino. Creo que hay que decirlo, que muchas de las cosas que ocurrieron, tanto por parte del negocio de la música, el rock en el negocio de la música, pues hubiese tardado mucho más tiempo si no hubiese ocurrido lo que ocurrió con Tequila.
Y bueno, íbamos abriendo ahí. Con Tequila éramos como si estuviésemos en la selva con un machete abriendo el camino. Porque realmente eran condiciones muy duras en esa época. A todos los pioneros les pasa. Y es así. Se llevan mucha gloria, pero en una infraestructura muy pobre. Lo cual te hace vivir momentos muy extremos.
Y volviendo, Ariel, a aquella noche de 2001, de marzo de 2001, con el concierto que ahora se reedita. ¿Qué sensación te provoca volver aquella noche? En la que además tenías una formación en la que se sumaron Carlos Tarque y Ricardo Chirinos de Los Pistones.
Estoy muy orgulloso de lo que hice. Era mi primera experiencia con un disco en directo. Y realmente me lo tomé de una manera muy meticulosa y de mucho trabajo.
Tanto en la elección del repertorio, en la selección de la banda y qué tipo de banda quería para esto. Es una banda de mucho lujo que nunca volví a llevar, evidentemente. Con tres guitarras, un Hammond B3 y el piano por separado.
Eran lujos que nunca me había podido permitir. Pero ahora veo el concierto y creo que tuvimos una noche increíble. ¿Qué fue eso? Lo que está grabado es lo que tocamos ese día.
Hay apenas algún retoque en algún coro desafinado, pero realmente todo es verdad. Me sorprendí. La verdad es que yo no suelo escuchar mis discos, pero cuando los reeditan los escucho. Fue una sorpresa que me dio hasta cierta preocupación. ¿Conseguiré alcanzar otra vez ese nivel? ¿He evolucionado o he involucionado en el tiempo? Sí, realmente me sorprendí muchísimo. Me pareció que estaba muy bien tocado, muy bien cantado.
Todo el mundo se ilusionó mucho esa noche. Fue fantástico y sorpresivamente salí muy tranquilo ese día. Salí sin nada de nervios y yo creo que eso también se nota. Estoy muy tranquilo arriba del escenario.
Hablando de Ricardo Chirinos, dijo en una entrevista que su público era mayoritariamente “gente con la vida solucionada y ganas de divertirse” ¿Cómo es tu público hoy en día?
¿Quién dijo eso? Ah, Ricardo Chirinos. Coincido en él que ganas de divertirse pero… ¿que tiene la vida resuelta? Se quedó un poco anticuado eso (risas).
¿Cómo veo a mi público? A ver, es muy difícil clasificar al público. Lo que veo es que se juntan muchas generaciones, evidentemente. Y a veces hay momentos familiares o grupales. De repente un grupo de chavales que tienen una banda y que rápidamente los detectas arriba del escenario. Yo no sé qué público tengo realmente.
A veces paro el concierto por la mitad cuando hago algún acústico y empiezo a preguntar qué edad tienen y ese tipo de cosas. Puedo hacerme una idea, pero se va a quedar en algo muy cosmético. Así que bueno, el target de edad va subiendo obviamente y sí sería una edad para tener la vida un poco solucionada a los conciertos.
Cuéntanos cómo empezó tu idilio con la guitarra y cómo es juntarte con otros músicos. Es algo que más allá del programa, sabemos que te gusta involucrarte en múltiples tipos de proyectos. ¿Cómo es esa sensación compartiendo lo que más te gusta hacer?
Fíjate que me preguntas cómo empezó mi idilio con la guitarra. Empezó así. Yo estudiaba piano. Por supuesto que lo hacía y lo hacía porque yo quería, pero de repente conocí a un vecino que estudiábamos con la misma profesora de piano y él era un súper dotado. Teníamos diez años. Él era Leonardo Sujatovich, el padre de Mateo Sujatovich de Conociendo Rusia, que ahora hace música para películas y es un músico culto, digamos.
Pero con diez años tocaba Piazzolla. De todas formas, aunque tocaba Piazzolla, a mí lo que más me sorprendió de él es que tocaba la introducción de Proud Mary, de Orgullosa Mary, que yo no había manera de sacarlo. Pero a los diez años eso se me atragantaba. Me sorprendió mucho y por la necesidad de tocar con gente, porque yo buscaba chicos en el colegio. Con el piano ya me descendía, ya teníamos un nivel alto. Al mismo nivel estaba este pibe, lo que pasa es que era superior. Y por eso me puse a buscar entre las cosas de mi madre y encontré un cuaderno donde ella tenía apuntados los acordes de la guitarra y le pedí permiso para poder abrir el estuche sagrado de su guitarra. Y me puse a tocar y realmente enseguida vi que esto me resulta más fácil, pensé. En ese momento ya con Leo, con este chico, empezamos a tomar clases con el maestro Claudio Gabis, fundador de Manal, un grupo pionero y emblemático de la Argentina de blues y rock.
Así que en muy poco tiempo ya nos defendíamos muy bien en lo que era la guitarra blues y rock. Entonces esa misma sensación es la que sigo persiguiendo y la que sigo disfrutando. Ahora va a venir un miembro de la banda aquí a donde yo estoy y vamos a tocar.
Yo estoy contentísimo que esta tarde me voy a juntar con alguien a tocar. Por eso disfruté tanto del programa porque en cada capítulo yo tocaba más o menos con tres artistas. Entonces eran treinta por temporada, así que toqué con unos ciento veinte artistas.
Es una maravilla, para mí era un regalo eso. A veces los preparaba más, a veces menos. En general desarrollé también mucho instinto para rápidamente entender una canción, hacer un escáner y encontrar cuál era el arreglo que la iba a potenciar.
Un trabajo muy interesante y me encanta hacer eso realmente.
Si tuvieras en un ejercicio de concisión bastante complicado, debido a que debe ser difícil lo que te voy a pedir, pero si tuvieras que resumir en una sola palabra descriptiva tu etapa con Tequila, tu etapa con Los Rodríguez y tu etapa en solitario, ¿cuáles serían esas tres palabras para describir cada etapa?
Espérate que tengo que encontrar la palabra adecuada. Lo primero que se te venga igual es lo más auténtico.
Tequila, iniciático, cien por cien y explosivo. Con Los Rodríguez, musicalmente muy alto, entrenando unos niveles muy potentes y también conflictos. Y mi etapa en solitario, ¿qué te puedo decir? Soy el capitán del barco. La única persona con la que me puedo enfrentar es conmigo mismo.
¿Fue una especie de liberación, de alguna manera, emprender esta aventura en solitario tras dos épocas tan intensas con banda?
Ese momento fue un momento muy feliz y muy especial. Sí, no querría decir liberación, pero bueno, yo creo que en cierto sentido lo fue.
Y aparte que empezó mejor de lo que yo me imaginaba que iba a empezar. Empecé a tocar bastante. Tuve la suerte de que en ese momento los presupuestos eran muy potentes y pude hacer una grabación tremendamente lujosa, nada menos que con The Attractions.
Aprendí y disfruté con ellos como un niño pequeño. Realmente se armó un clima maravilloso en el estudio. Estuvimos conviviendo durante más de quince días con ellos.
Y fue una experiencia muy feliz con un recuerdo increíble de todo eso. Y que bueno, obviamente estar solo también tiene sus inconvenientes, ¿no? Por supuesto, al final sabes que tienes una banda, que tienes una compañía, que tienes gente, pero obviamente hay un lugar en el que estás solo. Y eso a veces es bueno y a veces es malo.
¿Quedaste satisfecho con la reedición de ‘Hablando Solo’?
Muchísimo. Y aparte que fue otra excusa para poder recuperar a la banda de esa época justamente, que era una banda extraordinaria con la cual empezamos a tocar y estuvimos un año y medio girando.
Ahora se modifica, pero muy poquito. A ver, yo había atravesado toda una época en que había empezado ya a tocar acústicos, a tocar solo, en el que pensé que ya iba a ser muy difícil que pueda sostener una banda en todo sentido, incluso a nivel de energía también, ¿no? Y de repente empezó a ocurrir esto. Y bueno, fue como algo que había aprendido a hacer durante muchísimo tiempo, pero que lo había abandonado realmente, estar al frente de una banda tocando en una sala, con el sudor, con la gente delante, con todo ese alto voltaje, digamos, en todo sentido.
Y aparte el reencuentro amistoso con ellos, porque yo caí con ellos como tres o cuatro años con todos juntos. Después algunos se quedaron, otros se fueron y tal, pero volver a juntarnos todos fue un momento muy especial. Hacía veinte años que no tocábamos juntos. Así que trajo muchas alegrías la revisión.
Dentro de lo que supone esta aventura en solitario, el hecho de tener que cantar, ¿cómo lo has llevado, cómo ha sido dar ese paso al frente y coger el micrófono?
Es un misterio que sigo resolviendo y eso me encanta.
Yo soy guitarrista, casi te podría decir de cuna, porque aunque tardé diez años en coger una guitarra, estaba claro que yo estaba predestinado a tocar la guitarra. Lo de la voz ha sido un ejercicio de superación, de investigación, de autoconocimiento y eso es muy bueno.
Teniendo en cuenta que hace nueve años de tu último disco con material original, ¿te ha apetecido en algún momento lanzar algo? ¿Está en tu cabeza, en tus planes?
Eso va a depender de que de repente tenga un material que realmente me excite y como que me ponga en el foco ahí y no me disperse inmediatamente con otras cosas.
Yo conseguí liberarme de la dictadura del disco cada dos años, eso me acompañó siempre. Muy pocos fueron los momentos en que pude salirme de esa agenda. No me resulta fácil tener ese poder de concentración, ese rigor y esa rutina.
Sí para tocar, para ensayar, para trabajar en un montón de cosas creativas, pero tiene que salir una chispa, tengo que volver a entrar en eso, que me imagino que cuando cese la actividad completamente, es muy probable que ocurra, como si fuese un salvapantallas. Cuando cesa la actividad de repente aparece, pues a lo mejor eso ocurre, voy a estar encantado, pero lo que no tengo necesidad y no me parece agradable es levantarme cada mañana y pensar, a ver, esto, no, lo otro, voy a salir a caminar a ver si veo algo que me inspira, voy a leer a ver si… No, no estoy enfocado a eso y es un compromiso muy importante eso.
¿Cómo has vivido la evolución de la escena pop-rock, digamos, por ejemplo, desde principios de los 2000? Ahora tenemos un abanico de sonidos enorme y el pop ha mutado en muchas otras cosas, que enriquece desde luego la oferta para el oyente. Además, la música urbana se ha hecho muy fuerte, tanto aquí como en Argentina, ¿cuál es tu visión de todas estas nuevas ramificaciones de las opciones que tiene un oyente hoy en día para disfrutar del pop-rock?
Bueno, a ver, me parece maravilloso que hoy en día no tengamos que pagar por descubrir música, que eso me parece genial, y luego si nos gusta, pues ya veremos si nos vamos a los conciertos o nos compramos el disco en físico, todo eso me parece muy bien.
Sinceramente no tengo esa… ¿cómo se podría decir? Ese hambre de reconocer todo lo nuevo y no perderme nada, eso ya se me pasó, y si te soy sincero, escucho, te diría que de 90 para arriba por ciento de música del siglo XX. Sí, es… Música clásica, jazz, bossa nova, en ese sentido sí, absolutamente abierto, y sigo descubriendo cosas, a veces de casualidad o porque alguien me lo recomienda o por lo que sea, pero sí que no estoy autorizado para hablar de la escena actual, porque tiene más sentido que hable alguien que realmente la conoce de verdad, yo no la conozco. Pongo la radio de vez en cuando, o sea, cuando voy en el coche pongo la radio, y ahí más o menos de repente escucho cosas, y me parece que está muy bien, pero estoy en una etapa de mi vida en que penetrar entre toda la información musical que yo tengo tiene que entrar un cuchillo para que, ¿sabes?
No porque haya más oferta tenemos que estar con el radar en otros sitios a la vez.
No, pero bueno, a ver, que haya oferta significa que hay escena, y que haya escena sigue siendo bueno, o sea, yo estoy totalmente a favor, y estoy seguro que se está haciendo una música increíble, porque me doy cuenta de que los chicos ahora están súper preparados, y tienen muchísima más información que la que teníamos nosotros, y con que tengan un poco de… bueno, no, un poco no, con que tengan talento y ganas, pues lo tienen bastante más fácil de lo que lo teníamos nosotros, que para conseguir nuestra primera guitarra y conseguir poder hacer una canción teníamos que… bueno, empezar muchos obstáculos, ¿no?
Sí, además, a mí personalmente también me llega mucho esa conexión que hay entre España y Argentina a nivel de pop rock y también de bandas jóvenes. Por ejemplo, hay una banda que se llama Fin del Mundo, que me gustan mucho (entre otros nombres).
¿Fin del Mundo?
Sí, son unas chicas argentinas que hacen un post rock atmosférico muy elegante, y han tocado aquí en Málaga, por ejemplo, en la sala La Trinchera donde vas a tocar tú dentro de poco y en el Festival Canela, y están muy bien.
Sí, me di cuenta cuando estuve, cuando voy a Buenos Aires, que me doy cuenta de que la escena ahí es espectacular, realmente. Es muy poderosa y es sorprendente, realmente.
Tal vez no es exactamente la música que yo me voy a poner en casa, pero que… porque aparte hay otra cosa, que me da la sensación de que hay mucha música que es audiovisual ya. Que sin el factor visual no es lo mismo. O sea, en realidad la música se convirtió en algo audiovisual prácticamente. Todo lo nuevo.
Entonces, bueno, me gusta verlo, pero raro que después le siga la pista, la verdad. Salvo cosas muy excepcionales, como por ejemplo el fenómeno, obviamente, de Ca7riel y Paco Amoroso, en su momento Conociendo Rusia, que también me impactó. Pero bueno, no sé, me llega un poco de rebote.
No es un ejercicio, no sé, me falta un poco de curiosidad en ese sentido.
¿Cómo estás afrontando la nueva etapa de presentación, de promo, al embarcarte ahora en este proyecto?
Hombre, una de las cosas duras para mí ahora es defender un proyecto, ¿no? Y el trabajo en ese sentido ha cambiado radicalmente.
Nosotros sacábamos un disco cada año, con Tequila cada año prácticamente. Con Los Rodríguez creo que también, hacíamos uno o dos meses de promoción y después salíamos a tocar y a hacer nuestra vida y nadie sabía lo que hacíamos. Eso era maravilloso para mí. Ahora es diferente y desgastante, creo. Ya lo iremos viendo en el futuro pero a ver como lo manejan estos nuevos artistas. ¿Cuánto tiempo pueden aguantar así?, ¿cuánto tiempo pueden durar? Es una presión muy fuerte. La única manera de sobrevivir en la música, es con dificultad (risas).
¿Hay algún guitarrista que te haya marcado o con el que hayas conectado especialmente en términos de maneras de entender la música?
Eso me lo voy a pensar, pero lo que sí te voy a confesar es que yo me lo paso bien tocando con cualquiera (risas). Recuerdo la grabación con Víctor Coyote, también me gustó mucho tocar con Grande Amore, porque yo también escuché mucho a The Stooges y a Iggy Pop y por ahí vi enseguida que podía hacer algo interesante a la guitarra. También me encantó tocar con Julián Hernández y con Siniestro Total porque después tocamos con Miguel Costa. La verdad es que ya sea por una cosa o por otra, era raro que no disfrutara con cualquier artista que tuve la suerte de conocer. También con Kiko Veneno y Vera Fauna, geniales. Por ejemplo, con Rufus T. Firefly, no me dijeron que tenía que tocar ese día, y pensé que era normal porque es un grupo que lo tiene todo muy pensado y muy bien armado, y cuando llegué me dijeron “cómo no vas a tocar. Vamos, coge la guitarra” lo cual me encantó porque los grupos son más herméticos ahora. Cogí los cascos, escuché tres veces la canción, que tenía sus cambios y compases sorpresivos, y me la aprendí y me encantó tocarla, porque es una música que adoro también, el funk de los 70, el soul de Marvin Gaye…De lo de Víctor Coyote me acordé el otro día, porque aparte me encantó la filmación de ese programa, en la que él llegaba remando, ¿te acuerdas? El equipo del programa era pequeño pero luego tenía una factura exquisita.
El programa giraba alrededor de la música pero descubría rincones no tan conocidos y muy interesantes de nuestra geografía.
Sí. Yo creo que hubo programas muy redondos. Algunos me encantaba verlos, en otros de repente sufría… Obviamente, yo no estaba en todo el proceso, yo estaba en mi parte, digamos. Te en cuenta que yo hablo, no sé si te has dado cuenta (risas), y claro, mis entrevistas a veces duraban veinte minutos, de los cuales sólo iban a salir después tres. Es muy difícil editar eso. Tienes que escuchar toda la entrevista detalladamente para seleccionar por ejemplo los tres puntos importantes que no pueden faltar.
¿Qué esperas de esta nueva gira tocando tantos clásicos de épocas tan diferentes en tu carrera?
Para mí es como tomar un complejo vitamínico para equilibrar la alimentación. Estoy incompleto si no hago eso. Hace cincuenta años que toco y hasta cuando no ganaba un duro lo necesitaba. Al principio salía a tocar con Andrés Calamaro por el interior del país y eso terminó siendo Los Rodríguez, pero yo me ganaba la vida haciendo música para publicidad en Buenos Aires. Después de ‘Debajo Del Puente’ y ‘Vértigo’, volví tres-cuatro años a Buenos Aires. Lo cual me vino muy bien en todos los sentidos, y para mí es una necesidad tocar. En lo psicológico, en lo emocional… Porque si no estoy tocando, empiezan a aparecer ciertos fantasmas, aunque tal vez vienen otros (risas) pero los anteriores desaparecen.
¿Qué canciones te pellizcan más cuando las tocas?
Estoy muy contento porque vamos a tocar con banda una canción que me encanta y no sé cómo no la tocamos antes que es “Todavía Es Tarde”. Cuando no tienes una banda y tienes que ensayar una gira en quince días, las canciones que no funcionan rápida, las dejas y es una pena. Entonces ahora pude prepararlo con tiempo e ir evaluando el material para que todo funcione como debe y que no se quede nada fuera.
Próximos conciertos de Ariel Rot
29 de mayo en Málaga: Sala La Trinchera. Entradas
30 de mayo en Granada: Teatro Caja Granada. Entradas
5 de junio en Santiago: Sala Capitol. Entradas
14 de junio en Murcia: Las Noches del Malecón. Entradas
18 de junio en Barcelona: Sala Apolo 2. Entradas
21 de junio en Madrid (con Conociendo Rusia): Las Noches Del Botánico. Entradas