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Entrevistamos a El Faro, que actúan en Madrid

El Faro presentan en Madrid sus nuevas canciones. La banda canaria actuará este jueves 16 en la sala Siroco de Madrid (entradas disponibles en este enlace) acompañados de los misteriosos Teletransportarse a Soria (Acuarela). ¿Quieres asistir al concierto? estamos sorteando entradas.

Vienen con su reciente EP Una paz extraña, en el que hacen convivir su esencia indie con un particular sonido de banda, utilizando arreglos orgánicos de pop como base y aderezado con reminiscencias a otros géneros recogidos por el camino. A lo largo de los cuatro cortes, relatan un viaje personal que parte de la obsesión colectiva de “sacar algo bueno” de todo. Un viaje desde la tristeza hacia la luz.

Hablamos con Carlos Díaz para comentar el proceso de creación de estos nuevos temas, las influencias y sus próximos planes.

«Todos tenemos derecho a estar tristes sin sentirnos culpables por ello»

¿Cuándo nacen las canciones de ‘Una paz extraña’?

La primera línea de letra la escribí en febrero de 2020 y la última, si no recuerdo mal, en abril/mayo de 2021. Todas las canciones se escribieron en orden cronológico y en el contexto del primer año de pandemia.

 

Después del lanzamiento de “Ay, si un día” y «Los Años Malos» se nota una incursión en nuevos sonidos. ¿Es una evolución natural?

Yo diría que sí. Creo que todo lo que hace El Faro sigue estando dentro del marco del pop, pero al ser un género tan amplio supongo que es normal que evolucione conforme se van recolectando nuevas referencias.

¿Cómo integrasteis estos diferentes estilos para crear un sonido coherente y distintivo para el EP?

Creo que ya desde la fase de composición había cierta coherencia, porque al final las canciones las escribimos las mismas personas, el mismo año, en la misma casa y con los mismos instrumentos. Sin embargo Lisandro y Sergio (productores) tuvieron mucho que ver en que todo el EP tuviera su propio universo sonoro.

¿Qué la ha inspirado? ¿Algún referente?

Depende de la canción. Aunque es un EP con un sonido coherente siento que cada canción tiene su propio espacio-tiempo con sus propias normas. Me pasa que no soy muy bueno identificando qué es lo que me ha inspirado en cada momento, pero si pienso en artistas o álbumes que marcaron mucho esa época pienso en “Melodrama” de Lorde, en “22, a million” de Bon Iver, en The National, en M83, en Arcade Fire, en Tame Impala… Creo que lo que todos tienen en común es la gran carga emocional de sus canciones.

 

¿Cómo fue el proceso de composición y producción para este EP?

La composición del EP ocurrió en mi casa en Tenerife, principalmente junto a Alberto. Fue un proceso duro pero divertido. Duro por el contexto y el proceso emocional que me llevó a escribirlo. Divertido porque hacer música es muy divertido. Fue una experiencia muy catártica y de muchas horas, en la que además personalmente aprendí muchas cosas.

La producción fue capitaneada por Lisandro Montes y Sergio Acosta. Empezamos trabajando a distancia y luego nos juntamos en Feelback, un estudio increíble en Barcelona. Todo el proceso fue un privilegio en todos los sentidos.

¿Cómo ha sido trabajar con Lisandro (Dorian) y Sergio (Zoé)?

Increíble. Desde el primer momento fue todo pura generosidad y entusiasmo. Estar en el estudio con ellos, verles darle forma a las canciones… Fue una experiencia brutal, como una masterclass de cómo se hace la música.

¿Cómo surgió la colaboración con ellos y qué ha aportado cada uno?

Surgió a través de uno de nuestros sellos y oficina, Intromusica. Nos ayudaron a definir la estructura de las canciones, definieron la paleta sonora del EP, escribieron arreglos… Se volcaron completamente en el proyecto.

“Sal de mi casa” tiene ecos de Bon Iver con un vocoder interesante, ¿qué buscabais en ella?

Para mí es un absoluto halago que se perciban esos ecos. “Sal de mi casa” es una canción muy especial porque habla sobre la negación de la tristeza, que es la piedra angular de todo el EP. Lo que quería es que se percibiera esa nostalgia pero también cierta confusión (“llevo ya algún tiempo llorando al despertarme y no sé muy bien por qué”). Como cuando sabes que te pasa algo pero no eres capaz de identificar el qué. Toda la primera parte habla de alguien que lleva ya tiempo con un gran peso sobre sus hombros y al que le están empezando a fallar las piernas. Y luego está esa parte B más festiva, como un intento desesperado de zafarse de esa sensación (“voy a bailar de tristeza hasta que te marches”).

 

El EP tiene un tema recurrente, la tristeza, aunque en su parte final parece superarla. Una especie de viaje hacia la luz, ¿ha sido intencionado?

El EP es el resultado de haberme quedado frente a frente con las cosas que me pasaban por dentro pero que había ignorado hasta que el enfrentamiento fue inevitable. Fue como la típica escena de una película en la que se está derribando una estructura y el protagonista corre en dirección opuesta todo lo que puede para que no le aplaste. Y había logrado escapar hasta ese momento, pero cuando se paró el mundo y se acabaron las distracciones, no pude correr más. Aun así no lo percibo como una historia de superación, ni siquiera como una lección aprendida. A día de hoy sigo cometiendo muchos de los errores que me llevaron a ese punto. Pero al menos sé que la solución no es huir de lo que sentimos, y cuento con el alivio de que puedo permitirme no estar bien. Y a ese estado de alivio incómodo es a lo que se refiere el título: una paz extraña.

¿Qué mensaje esperáis transmitir a los oyentes con las letras de «Una Paz Extraña»?

Que todos tenemos derecho a estar tristes sin sentirnos culpables por ello.

Planes de futuro ¿nuevo EP o LP a la vista?

Ahora mismo estamos trabajando en el que será nuestro primer LP.

Escucha ‘Una paz extraña’ de El Faro

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