Entrevistamos a la artista venezolana Irepelusa

Irene López es la persona detrás del proyecto Irepelusa, una mujer con una vena artística súper marcada, pese a que su título universitario diga ingeniera en sistemas. Una carrera que, pese a haber estudiado por mandato familiar, le dio herramientas para su día a día: “al final, lo que un ingeniero hace es buscar soluciones a los problemas”. Así, pareciera que su mayor virtud es hacerle frente a las adversidades que representa tener una carrera musical en un contexto como el de la Venezuela actual: si la conexión a internet en su celular es inestable, consigue otro en el momento para cumplir con la entrevista; si la pandemia la sorprende lejos de su estudio y equipo de trabajo, le pide prestado un micrófono a la dueña de su air b&b, descarga el cubase y se graba de forma empírica; si la velocidad de subida de un videoclip es demasiado lenta, espera. Se queja, como lo haría cualquier persona, pero es paciente porque sabe que lo que intenta mostrar al mundo vale la pena cada segundo.

Ese carácter determinado y resolutivo ha sido fundamental para que su “Retro futurismo psico tropical” (como ella misma lo define) la convierta en una de las voces más relevantes de la escena latinoamericana actual, bien sea en su versión solista o con Motherflowers, el proyecto que complementan los raperos Veztalone y Frank Lucas, convirtiéndose así en el pilar que sostiene la casi inexistente industria musical venezolana.

Irepelusa está consciente de ello, y lo que le parece más curioso es haber llegado a este punto sin necesidad de trasladarse a la capital: “Antes, para dar a conocer tu música, de cierta manera tenías que llegar a Caracas. Era muy difícil que el rap de oriente entrara porque las personas estaban oyendo lo que se hacía allá, pero no sé cómo, de la nada, tuvimos ese boom en que de verdad comenzaron a escucharnos. Creo que la gente necesitaba esa frescura que le damos nosotros” afirma con seguridad la cantante oriunda de Anzoátegui. 

Sus más recientes lanzamientos, «Tan poco» (junto al cantante Mangus) y «Negro» son el resultado de lo que ‘Pelu’ define como una etapa oscura en su música, paseando por diferentes géneros, siendo el primero el caso más llamativo de todos pues lograron mezclar de manera sublime el bolero con la tonada llanera: “cuando lo escuché por primera vez, se me erizó la piel, al punto que evitaba escucharla a menos que fuese estrictamente necesario, pues la sensación que me generaba era algo como ‘no estoy deprimida, no estoy triste, pero ¿qué me pasa?’” cuenta, voz entrecortada mediante. Señal inequívoca de que está hablando sobre una canción que le resulta muy especial.

 

“El bolero es el género favorito de mi abuela, mi mamá y mi papá. Era una oportunidad para regalarles ese color musical que han escuchado toda la vida” cuenta Irepelusa, quien tiene en su familia a los fanáticos más fervientes de lo que hace normalmente, pero “de cierta manera no lo entienden porque es otra generación”. Irene hace énfasis en la relación con su abuela, quien fue una de las primeras en pedirle que tuviera un proyecto donde destacara su voz cuando apenas era tecladista y una de las voces de Polyman, banda ganadora del Festival Nuevas Bandas, concurso del que han formado parte proyectos como Los Amigos Invisibles, La Vida Bohème o Mcklopedia. “Mucha gente a mi alrededor me decía lo mismo, pero yo me sentía feliz». Irene se corrige inmediatamente, “no feliz, cómoda. Porque lo que realmente no me dejaba avanzar era el miedo a lo desconocido” afirma.

“Cuando llego a (el sello independiente) Piso 8, vengo de Polyman y me sentía secundaria, por lo que mi inseguridad no me permitía hacer algo en lo que fuese el centro de atención” dice López, marcando la importancia que tuvo Veztalone (quien, además de MC, se desempeña como productor y director creativo de Piso 8) para dar inicio a su proyecto: “Me insistía en hacer un tema propio y fui abriendo mi espacio en cada coro que hacía para Motherflowers. Intentaba cantar un poquito más y poco a poco fui perdiendo el miedo hasta que dije: ‘sí puedo’”.

El resultado es un EP homónimo lanzado en 2019 que incluye temas como «Pásame a buscá», «Carledos» y recientemente, los tema(zo)s «Xocolate», donde juegan con ritmos como el bossa nova y «Bájale», en colaboración con Rap Bang Club, un tema con tanto groove que parece salido de Oxnard, el tercer disco de Anderson Paak.

 

Pese a la pandemia que afectó el trabajo de la gran mayoría de las personas, queda claro que el 2020 de Irepelusa ha estado plagado de éxitos y la cantante no puede esperar a que se reactiven los conciertos para poder presentar su música por todo el continente; pues, si algo queda claro, es que sus fanáticos están muy expectantes para poder “sacarle dos” junto a la cantante, y ella está lista para asumir su rol como una de las voces que mejor representan lo que Venezuela tiene para ofrecer hoy en día.

 

 

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