Gary Louris & Mark Olson – La Casa del Loco (Zaragoza)

Tras el abandono de Mark Olson allá por el año 1995, la anhelada reunión entre él y Gary Louris, pilares fundamentales de los venerados The Jayhawks, al fin ha fructificado con la publicación de Ready for the Flood (2008). La buena noticia se completó con el anuncio de una gira que acompañaba la salida de este nuevo trabajo, incluyendo varias fechas en nuestro país.

Tras las amenas actuaciones de los locales Silvia Sola y el californiano Ted Rusell Kramp, llegaba el turno de la peculiar dupla formada por Mark Olson, ataviado con un florido pañuelo en la cabeza, y Gary Louris, luciendo una de sus vistosas gafas, ante una sala que presentaba buena afluencia de público. Sin embargo, todo empezó pronto a torcerse. Durante los primeros temas (“Pray for Me”, “Nothing Left To Borrow”) los músicos no se encontraban demasiado convencidos con el sonido de sus añejas guitarras. Aparentemente solucionado el problema, fueron alternándose temas incluidos en Ready for the Flood (“Bloody Hands”, “Chamberlain sd”) y antiguas canciones de The Jayhawks (“Two Angels”), mientras Mark Olson no se mostraba muy satisfecho con la contribución que un músico adicional encargado del djembé, estaba ofreciendo. “Sister Cry” y “Two Hearts”, sonaban hacia el ecuador de la actuación, cuando Gary Louris tuvo que pedir (con extremada educación) silencio a los menos interesados, incomodado por el murmullo que éstos generaban.

No obstante, lo más desagradable estaba por llegar. Tras varios reproches motivados por la velocidad a la que Louris estaba tocando, el asunto derivó en una desagradable discusión entre él y un caprichoso Olson, lo que terminó por acrecentar el desinterés de éste. Así cuando llegó el turno de las clásicas “Over my Shoulders”, “Waiting for the Sun” o la esperadísima “Blue” cerrando el concierto, el veterano músico ya parecía definitivamente desconectado del mismo, aumentando la sensación de que la velada no había pasado del mero trámite. Es difícil denigrar la propuesta de músicos tan dotados como los ex Jayhawks, pero la falta de pasión que por momentos enturbió unas, por otro lado precisas interpretaciones, terminó inevitablemente en desengaño.

No es la primera vez que un esperado reencuentro queda en tibio desenlace. Cuando magia y química desaparecen, sólo queda el indudable talento individual de cada uno por separado, y debemos resignarnos a olvidar el efecto sinergia que en otros tiempos produjo la reunión entre ambos protagonistas…

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