La Perra Blanco (16 Toneladas) València 02/03/24

¡Por fin! Ya era hora de quitarme una de las espinitas más profundas que tenía en cuanto a música en directo. Entre sold outs y malas fortunas varias, la Perra Blanco me había sido esquiva en múltiples ocasiones. Y eso que hasta la he entrevistado (podrán leerlo próximamente), llevándome todavía más la impresión de que este es un ser humano al que seguir la pista en cualquier cosa que haga. Y con eso quiero decir que me dará igual que Alba Blanco (La Línea de la Concepción, 1995) haga rockabilly o hip hop, seguro que sea lo que sea va a molar. Y mucho.

Lo primero de lo que se da cuenta uno al asistir a un concierto del trío (ahora cuarteto) capitaneado por esta pequeña-gran gaditana es que con ella, bromitas pocas. Es la jefa. Nadie le va a toser. No hay más que ver su salida con paso decidido y guitarra (chulísima) en ristre ante una audiencia que, semanas antes del evento, había hecho colgar el sold out en el local más rockero de la ciudad en la que desde hace años vive, València. Una mirada desafiante y varios guitarrazos llenos de furia interpretando su “Starry night” son suficientes para que todos adquiramos certeza de precisamente eso: ella va a tener el poder absoluto de aquí hasta que nos vayamos a casa.

Su extraordinaria banda, integrada por dos gigantes como el contrabajista Guillermo González y el baterista Jesús López, de lo más legendario en el rock and roll patrio, a los que además ahora se une el teclista y saxofonista Gerard Vercher, apareció tras ella en el escenario para interpretar juntos y de manera patentemente explosiva ese “Treat me (like a man should do)” que abre su excelente nuevo disco, un Get It Out (Folc Records, 2024), que acentúa las ya muchas virtudes de su autora con una apertura estilística que, sin hacerle perder ni un ápice de intensidad, resulta tremendamente enriquecedora.

En Alba encontramos, además de un talento arrollador y totalmente propio, muchas de las virtudes de una gran cantidad de artistas clásicos, todos metidos en una coctelera: Etta James, Gene Vincent, Lavern Baker, Johnny Horton, Bessie Smith, Brian Setzer, Muddy Waters o Wanda Jackson parecen correr por sus venas cuando está en el escenario. Se convierte en un ser poseído por todos ellos, pero a la vez totalmente genuino, que despliega un poderío totalmente inusitado. Te explota en la cara, vamos. Es un vendaval al que prácticamente nadie puede resistirse. Viene, ve y vence.

La mezcla de rock and roll primigenio, blues, early soul y pop que proponen Alba y sus secuaces es tan efectiva, que uno se olvida realmente de los géneros. Es música pura, ofrecida de una forma pasional, pero a la vez muy medida y sobre todo, muy sincera. Aquí no hay clichés. Incluso cuando tiran de recursos tan manidos como los de bajar a la pista para tocar entre el público, logran los mejores resultados. Es orgiástico. No lo harán una, sino varias veces, y no cansan ni un ápice. Todo lo contrario: más, por favor.

Incluso cuando el repertorio se adentra en terrenos más inhabituales, como ese “Dream about my baby” del último disco, tan deudor del sonido de las girl-groups de los sesenta, la cosa explota. No es ni tan sudoroso, ni tan vertiginoso como el resto del repertorio, pero igualmente, explota. Todo el escenario explota. Logran una comunión absoluta con su público y le propinan trallazo tras trallazo: “Came back home”, “New lover, new sweetheart”, “Down and bound”, la frenética “Sweet daddy lips”… así hasta llegar a un frenesí que parecía imposible de superar, pero lo hicieron. La tripla final con “You can touch my back”, “Get it out” y “Why don’t you love me” hizo temblar la sala hasta extremos casi inexplorados, al menos, a ojos de este que suscribe, que desde luego, puede decir desde ya que se ha quitado la espinita por todo lo alto.

Ya he visto a la Perra Blanco y lo único que ya no veo es la hora de volver a dejarme arrastrar por semejante huracán. Y es que ya me lo dijo ella misma el otro día cuando hablamos, al respecto de la vigencia actual del rock and roll: “No creo que las emociones y los sentimientos pasen de moda; el rock n roll es tan primario que creo que todos podemos encontrarlo en nuestro interior si lo buscamos”. Pues eso…

Fotos La Perra Blanco: Susana Godoy

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