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Libro: Un Cadáver Balbuceante. El Vaporwave y Los Fantasmas Electrónicos de Grafton Tanner

Casualidades del destino han hecho que coincidieran en el tiempo este ensayo de Grafton Tanner y que se estrenara el programa de radio El Club Lento dirigido por Álvaro Tarik en RNE3. Casualidad porque tanto libro como programa versan sobre un subgénero musical llamado vaporwave el cual desde el 2010 -momento en el que fue bautizado como género musical- ha ido bombeando sus intrigantes sonidos desde los más inquietantes recovecos de las redes sociales.

Tanner -profesor de Estudios de Comunicación en la Universidad de Georgia- analiza un estilo musical que abre brechas en la “normalidad”, o lo que entendemos como normalidad estandarizada de vida cotidiana y la política de los objetos. Porque el vapowave, antes que nada, son sonidos que emergen desde el anonimato de las redes, por lo cual aboga por la cancelación de cualquier autoría. Una música que participa en problematizar sobre los desajustes que va sembrando el capitalismo tardío. El autor escribe “El horror, entonces, emerge de esta propensión al fallo de los medios electrónicos, arrojándonos a nosotros, sus usuarios, a un estado repentino de desbarajuste”.

Desde el agujero negro de los archivos visuales y musicales de internet, salen a la superficie, por tanto, una suerte de encantamiento, un horror -casi diríase que cósmico- que se reapropia de los detritus de la sociedad en forma de objetos, imágenes publicitarias, y músicas incidentales. Los productores anónimos crean un producto que ha sido previamente extraído de las coordenadas de espacio/tiempo/historicidad (esta última entendida como algo secuencial), hasta acabar por engendrar un fantasma.

Sobre fantasmagoría también se incide en estas páginas. Las teorías de Jacques Derrida sobre la hauntología (esa obsesión por el pasado y por un futuro amarado de fantasmas) están evocadas en estos jeroglíficos sonoros que tienen como antecedentes lo muzak de John Oswald o Negativland. La codificación de la nostalgia por el capitalismo cercena cualquier capacidad de la música a ser interrogada, y el vaporwave es un estilo disidente con esto, y lo es porque mediante la repetición en loops, en su reapropiación del tiempo y la historia, permite que el objeto cultural resultante quede expuesto para darnos cuenta de la malignidad del capital a la hora de desmantelar cualquier pulsión crítica. Tanner, y a colación de la alienación del arte postmoderno -el cual no incorpora un aparato crítico para con el capital- expone que el waporwave sería algo así como el nuevo punk. Un punk sin tachuelas, pero con muchos glitchs, que se mira en el espejo del materialismo dialectico de Engels y Marx.

Puedes comprar Un Cadáver Balbuceante. El Vaporwave y Los Fantasmas Electrónicos de Grafton Tanner en la web de su editorial Holobionte Ediciones.

 

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