Mazzy Star – Seasons of your day (Music as Usual)

Vuelven Mazzy Star después de 17 años, y lo hacen prácticamente en el punto donde lo dejaron. Como si no hubiera pasado el tiempo en absoluto, este Seasons of Your Day podría haber sido grabado escasos meses después de Among my Swan (1996). Todo aquello que les hizo uno de los grupos más queridos de los 90 sigue ahí: la introspección, la languidez, la melancolía, la elegancia… La voz de Hope Sandoval, tan fantasmal y acogedora como entonces; la guitarra de David Roback, igual de intrigante, casi fúnebre.

Fúnebre como el órgano que suena al inicio de «In the kingdom», rememorando ecos de vieja iglesia donde se celebra una boda espectral, o tal vez donde los Cowboy Junkies se encuentran grabando su Trinity Session (una referencia, en mi opinión, muy presente en todo el disco). Pronto la slide entra en acción, y empieza un duelo a tres bandas (la voz de Hope Sandoval, la slide o la acústica de Roback, la batería de Colm O´Ciosoig) que se perpetúa a lo largo de todo el álbum, como en un viaje a través de un frondoso country onírico y psicodélico. Algo que se hará notar, sobre todo, en las largas codas instrumentales de algunos de los temas, rozando un clímax sonoro raro por proceder de tan mínima fuente.

Tanto en la acústica «California» como en la más eléctrica «I´ve gotta stop», en el toque blues de «Does someone have your baby now» (sensaciones de los Led Zeppelin más folk), en la combinación armónica/slide de «Common burn», en los sonidos de posada fronteriza poseída de «Spoon» (con la guitarra invitada del fallecido Bert Jansch) o en el sorprendente sonido a blues sucio de «Lay myself down», uno se da cuenta de la manera en que Mazzy Star recogen sonidos más que trillados y los llevan a un territorio propio, vetado a los mortales, del que sólo nos llega un lánguido y melancólico eco en forma de canción.

En cuanto a las letras, lo cierto es que son lo menos importante del álbum. Típicas historias introspectivas, sensaciones privadas que asoman entre nota y nota. No importa: la voz de Hope Sandoval es un instrumento más del disco; posiblemente, y aquí me dejo llevar por mi natural propensión a este tipo de voces casi irreales, entre los más bellos instrumentos jamás inventados.

Sin ninguna duda, uno de los regresos del año.

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