Nick Murphy (Sala Apolo) Barcelona 05/10/19

 Nick Murphy es el ejemplo perfecto de la reinvención, el australiano ha dado un giro fruto de su evolución artística rompiendo con su pasado y adoptando un nuevo estilo.

Allá por 2011 su versión del clásico “No Diggity” de Blackstreet y Dr.Dre se hacía viral y le convertía en uno de los artistas más únicos del mundo en poco tiempo. Chet Faker, nombre inspirado por el músico de jazz Chet Baker, comenzaba hace una década a girar en su Melbourne natal. Un par de años más tarde y unos cuantos discos también, renace artísticamente no solo cambiando su nombre, sino también adaptándose a un nuevo género musical.

Su tour pasó por Barcelona este sábado donde la sala Apolo acogió doble ración del australiano con su dj set en la sesión Nitsa. Cleopold fue el encargado de inaugurar la noche, el artista también australiano y también componente de la banda de Nick Murphy en la gira, cubrió de pop electrónico el escenario con los temas de su EP “Altitud & Oxygen”.

Nick es un chico tímido, reconoce que el éxito que cosechó tan repentinamente no estaba en sus planes. Pero esa timidez y miedo escénico han desaparecido por completo: él pisa fuerte como si el escenario le perteneciera. “Hoy tocaré algunas canciones que he escrito en el poco tiempo que llevo en este planeta. Algunas os gustarán, otras no”, comenzaba la noche entrelazando temas de su nuevo álbum “Run Fast Sleep Naked” y de sus anteriores trabajos.

El pop se apoderaba de la sala través de luces y colores con “Dangerous”, “Novacaine and Coca Cola” y “Harry takes drugs on the weekend”, pero los tintes electrónicos con los que terminaba la mayoría de sus canciones convertían el escenario en una pista de baile. Ahí es cuando vislumbramos al antiguo Chet, que no ha dejado su lado más bailable, regalándonos temas míticos como “Gold”, “1998” y “Talk is cheap”. El Apolo estallaba en un confeti de bailes disco con “The trouble with us”, tema discotequero de su EP en colaboración con Marcus Marr.

La enérgica y dulce voz de Nick Murphy empasta a la perfección con la atmósfera que crean sus músicos, que en algunos momentos incluso parecen estar improvisando. Su sonido nuevo, más fresco, gira más hacia el pop rock con tintes indies y nos muestra una cara más personal y melancólica. Sus temas generan una sensación de comodidad, un lugar donde preguntarse y evadirse, una introspección de la que nos hizo partícipes cuando, al piano, desgranaba los acordes de “I’m into you”.

“No podía ver las señales de ayuda / no podía ver mis propios límites”, confiesa en “Sanity”, tema de su último trabajo con el que cerró la noche.

Nick haciendo de Chet o Chet haciendo de Nick, en realidad nos da igual, el músico se desenvuelve con una soltura cautivadora, desde el minuto uno nos seduce y nos lleva de la mano a un viaje introspectivo huyendo de convencionalismos. Su anterior época ha trascendido, estamos ante la nueva versión de un músico que experimenta y no tiene miedo a navegar entre nuevos sonidos.

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