The Black Crowes: Sus 12 mejores canciones

En los últimos meses de 1989, justo hace 30 años, tuvo su bautismo de fuego una  “torbellinesca” banda de rock and roll que volvió a clavar, en el firmamento, la bandera del Southern Rock que en los años 70 enarbolaron Allman Brothers, Lynyrd Skynyrd, ZZ Top o Marshall Tucker Band. Se trataba de The Black Crowes (los cuales, anteriormente al año 89, se hacían llamar Mr Crowe’s Garden debido a un cuento infantil), aunque éstos mismos proporcionaron a dicho género musical novedosos matices y mentalidades.

Efectivamente, también asomaban The Faces, Joe Cocker, Led Zeppelin, Humble Pie o Rolling Stones como  lejanas refracciones británicas, sin embargo, los rocosos hermanos Chris y Rich Robinson (los cuales en ocasiones eran como unos Liam y Noel Gallagher americanos en cuanto al feroz carácter e ¡incluso ambas bandas, Oasis y Crowes, fueron juntas de gira, en 2001!), en mi opinión, sobre todo supieron imponer una propia y arrolladora personalidad a su sonido, desde el primerísimo instante.

La franja noventera, que es a la que realmente pertenecen los de Atlanta, se alzó como la más auténtica, fresca, inspirada, contundente y antológica de los propios Crowes. No quiere decir que después, los también más que reseñables discos Lions (2001), Warpaint (2008) y Before The Frost…Until The Freeze (2009), no sean recomendables pero ya, por lo general, no logran rebasar, ni en potencia ni en creatividad, los  citados comienzos (aunque, en muy determinadas ocasiones, “Los Cuervos Negros” sí que se auto-igualaron  también en el nuevo milenio con respecto a los años 90).  Pulsa, repetidamente, el “PLAY” de este Top-12 hasta que reviente dicha tecla.

12 – GO FASTER

La impetuosa “Go faster”(1999), ¿podría tratar sobre sexo acelerado o sobre carreras de coches? Acerca de esta segunda pista, el videojuego Nascar 2006 tomó prestado este mismo rock como música de fondo para su ambientación. Es cierto que con canciones como ésta, los Black Crowes habían retornado, en dicho año 99, a sus primerizos tiempos de rock and roll más espontáneo pero el más exigente y acérrimo seguidor de la banda no debe picar en el anzuelo comercial. Comparado con sus álbumes de primera mitad de los 90, el LP By you side, en general, es una leve involución artística (el productor Kevin Shirley manejó el asunto para que se tomara una dirección general más vendible) y para colmo, todo ésto no les hizo mejorar las ventas, sino al revés.  Temas como la propia “Go Faster” o también “Kicking your heart around”, “Only a fool” , “Heavy” etc , por ejemplo, son bastante buenos pero para mí y como añadido a lo comentado, la ruptura del fornido tándem guitarrístico Rich Robinson/Marc Ford y que derivó en la salida de este último en 1997, restó algo de envergadura a casi todos los resultados finales del propio By sour side.

De tal modo y algo sorpresivamente, en aquellos años 98-99 la banda se volvió acomodaticia dentro del mega-estrellato y a no ser nada consecuente con sus indómitos y convulsos primeros tiempos rockeros. Como guinda negativa, otro miembro que había militado desde el principio, como es el bajista Johnny Colt, también había resultado despedido por los dos cosanguíneos mandamases del grupo, en el mismo año 97, algo que aumentó todavía más la, ya de por sí, constante inestabilidad grupal. ¿¿Es que es inevitable que el tiempo haga todo ésto con tantas y tantas formaciones de las de más calidad??

11 – WISER TIME

El músico Bruce Kaphan auxilió a la banda, a través de su algodonado pedal steel,  a que “Wiser Time”(1994) fuese una delicadeza hipnótica, la cual te lleva en volandas hacia el más verdadero sabor sureño americano en toda su intensidad. La narración, quizás, sugiere muy prolongados aunque agitados viajes de carretera y los altibajos entre dos personas; todo ello durante las primeras giras de los Black Crowes.  Catorce segundos para el amanecer, cansado pero lúcido a estas horas” son algunos de los interpretativos versos.

Es ésta una época donde, en directo, alargaban hasta los 15 minutos y con acierto, temas como éste “Hora lúcida” (empalmándola con “Ballad in Urgency”, igual que en el altamente maduro LP Amorica), algo no del gusto de una minoría de espectadores que les reprochaban ser ¡una jam-band! y que se aburrían en sus directos (???) ante el, en mi opinión, sabroso alargue de muchos de sus temas. Cuando tratas de ser un músico de los de verdad puede pasarte esto de cara a ciertos oyentes sempiternamente enamorados del “easy listening”. Como consecuencia de cosas como ésta y otras, la total libertad creativa y en vivo de la banda se redujo algo en su progresión, hacia finales de los años 90, como he apuntado con anterioridad.

10- EVIL EYE

Es este psicotrópico y levemente fantasmagórico tema el que, tal vez, despunta y se distingue más que ninguno de su más que aceptable y algo más apacible álbum de “domingo por la mañana” (citamos, entre comillas, una definición de la propia banda) Three Snakes and One Charm (1996).

“Evil Eye” (significa “mal de ojo”) es una seductora propuesta de cierre de dicho minutaje, con ritmo ondulante y machacón, cuyos versos son soltados, de manera bastante indescifrable,  sobre gente que, posiblemente, distorsiona las enseñanzas cristianas en tiempos contemporáneos. Dichos acordes todavía conservan el  sagazmente cerrado, anti-convencional y complejo sonido de una obra maestra como Amorica (de hecho es que “Evil Eye” fue escrita en 1993, aunque inicialmente no fue incluida en dicho álbum de 1994 y sí luego en la posterior apuesta del año 96, también reivindicable la misma). Los aterciopelados coros soul de Barbara Mitchell y Erica Stewart, le proporcionan aún más enjundia al mentado corte, por cierto.

Son unos mediados de los años 90 en que, además de flirteos con las drogas (sobre todo del guitarrista Marc Ford), los Crowes estuvieron a punto de separarse; algo que, tras varios amagos más de disolución, sí que se consumaría definitivamente en 2015, por desgracia. Debo aludir a que, en 1997, dentro de su gira correspondiente en España, actuaron en Madrid, Barcelona y Pamplona (asistiendo a ese bolo de la capital navarra el que aquí frasea y también fuí testigo “in situ” de la participación “crowe” en el Azkena Rock de Vitoria-Gazteiz, en 2013).

9 – SHE GAVE GOOD SUNFLOWER

Una de las bazas más eficientes, seguras y ganadoras de los Crowes siempre fue el teclista Eddie Harsch (el cual, lamentablemente, falleció en 2016, a los 59 años, aunque ya había salido de la banda en 2006), así que valga este monográfico como tributo a su persona también. No fueron más que excelentísimas notas las que desprendió el gigante Eddie tocando su Hammond-B3 y el soberbio tema “She gave good sunflower”(1994) es una de las muchísimas muestras de ello. La letra podría tratar sobre una antigua novia de Chris Robinson que demanda ayuda a éste ahora que ella se ve en apuros. ¿Qué sí esta canción tiene una marcada influencia de The Faces, como mucha gente ha expresado? Opino que no tanta y también te aseguro que los Black Crowes son 10 veces mejor que esta mencionada banda de los años 70.

8 – GONE

¿Es Amorica el mejor, más sombrío, más indómito y más arriesgado disco de la carrera de Black Crowes? Probablemente, sí. Para empezar el LP, el protagonista de los líricos y raros párrafos de “Gone” pide que le quemen y que le apuñalen: ¿¿es que suplicaba por algún tipo de catarsis?? Es como si, en 1994, fuese la ocasión en que la banda más sonase colérica contra el mundo entero y la ronca voz de Chris Robinson en esta huracanada y pantanosa “Ido”, así lo confirma. Aportan y mucho a la hora de conseguir un atractivo y afilado efecto las influencias blues, funk y latinas que empapan el propio corte. En resumen, esta  cavernosa canción y muchas más del sensacional e indomesticable LP Amorica (“Cursed Diamond” , “P.25 London”, “High head blues” etc) son una  intensa granizada de plomo de las que encandilan a los aficionados al mejor y más veraz hard-rock y de las que no se casan con ninguna petición de la mercadotecnia más descarada e inmediata.

7 – JEALOUS AGAIN

“En protesta por la muerte del rock and roll” fue uno de los primeros mensajes oficiales de la banda, la cual pensaba que dicho género había extraviado toda su autenticidad y creatividad a causa del impositivo yugo de las discográficas. Así que estos intérpretes sureños se propusieron revivir dicha credibilidad a su manera, en 1990, con muy ilusionantes y aguerridos arranques como “Jealous Again” (“Celoso otra vez”), hasta llegar al punto de que la reputada revista Rolling Stone les nombró “Nueva Mejor Banda Americana” ese mismo año, tras el álbum debutante Shake Your Money Maker. En aquel instante de trasvase musical hacia la década noventera, el mundo parecía necesitar otra banda que recuperase, pero que también modernizase, el más puro y añejo rock and roll, así que la obtuvo: The Black Crowes fueron la naciente respuesta.

6- VIRTUE AND VICE

El final de By Your Side (1999) sí que es realmente épico, con garra y pleno de una ventolera especial, despuntando de tal modo “Virtue and Vice” sobre el resto del LP, donde la mayoría son bastante válidas canciones, insisto (“Go Tell the congregation”, “Welcome to the good times”, “Only a fool”, etc) pero donde dicho cierre comentado es de un nivel superior y parece retomar, otra vez, la extraña y honestísima dirección de Amorica; alejada de la comercialidad la misma. La narración de “Virtud y vicio” parece aludir a visicitudes emocionales (y quizás también sexuales) entre dos enamorados.

Como anécdota comentar que, durante la grabación de dicha tonada en 1998, en los párrafos originales que escribió Chris Robinson, éste bromeaba sobre su propio divorcio de su primera esposa y sobre la muerte de su perro, así que el batería del combo, Steve Gorman (muy admirador de John Bonham, por cierto), le dijo a su amigo que no debía bromear con eso. Probablemente, el vocalista suprimió esa parte de la letra por ese motivo, para pasar luego a transformar en más implícitos los versos como, por ejemplo: Bésame en la cabeza y dime que todo está bien. Puedo decirlo una vez o gritarlo dos veces. Todo lo que realmente hay es virtud y vicio….

5 -A CONSPIRACY

En la hercúlea erupción volcánica “A conspiracy”(1994), Rich Robinson y Marc Ford lo rocían todo de ese sonido de guitarras embarradas hasta el mástil, cualitativamente gruñonas, sello de la primera y más gloriosa época del combo de Georgia. Fueron disciplinados aleteos como éste los que sirvieron a los cuervos para coronar elevados árboles sonoros.

Desentrañar las laberínticas letras de esta agrupación meridional, en ocasiones, no es sencillo. Esta enrevesada canción, en su primera parte, podría quizás hablar de que Chris Robinson desmiente, por completo, que hubiera robado una caja de cerveza de un importante establecimiento y que, acto seguido, hubiera escupido a una chica  durante una gira de la banda, de 1991; todo ello difundido después por la MTV y demás medios como noticia-bomba del Rock World, ya que además el vocalista fue después arrestado por ello (aunque sin cargos posteriores). La segunda estrofa de “A Conspiracy” (tradúzcase por “una conspiración”) podría hacer alusión a que la música de los Crowes sobrevivirá a las tentadoras modas y a las etiquetas porque su sentimiendo artístico se encuentra arraigado a viejas tradiciones americanas como el blues, por ejemplo.

4-TWICE AS HARD

A contracorriente del grunge de Seattle (como Nirvana, por ejemplo) o del hard-sleazy de Los Angeles (es representativo Motley Crue) de  los primeros años 90, los Crowes, sin que casi nadie lo ejecutase en aquel instante, se decantaron por un “neo-classic rock”, por decirlo así. Esto mismo lo instituyeron con su propia impronta y con un kilometrico talento, así que opino que fueron algo injustas las acusaciones que les llovieron, en ese momento, de que calcaban a los Rolling Stones (siempre surgen estas comparaciones en el rock).

El crudo y directo calambrazo de blues-rock “Twice as hard” (tal vez, sobre rupturas con el primer amor, algo que según Chris Robinson se hace “el doble de duro”), resultó uno de sus primeros singles de 1990 y aún prometiendo cosas mejores, ya avisaba del plan maestro que los de Atlanta se traerían entre manos en años venideros. Para poder ascender escalones sónicos y conseguir una evolución, en 1991, los Robinson Brothers consideraron que el segundo guitarrista, Jeff Cease, no alcanzaba ya el nivel del resto del grupo y que este último debía abandonar el proyecto “crowe”, antes de que se abordase siquiera el segundo álbum.

3 – STING ME

La tensionada, vibrante y absorbente puesta en marcha del disco “La armoniosa y musical compañía sureña”, de 1992 y sus rotundas frases como “¿Puedes aguijonearme hasta mis podridos huesos?” recupera, a los años 90, toda la esencia del más virtuoso y desatado rock and roll  porque este género es  imposible de matar, porque el r’n’r es intemporal, porque siempre es el presente, porque no es una voluble moda. En otros términos, los Black Crowes reactivaron los más consistentes sonidos con base en los ilimitadamente buenos y versátiles años 70, además de dar una bofetada al rock más convencional al reenfocar y añadir, de modo tan vigoroso, el cocktail de cinco ingredientes: Missisipi – Nashvillle – Dixie – Stax – British R&B. 

En aquel año 92, la banda pisó el acelerador animalesco, tanto es así que, durante la grabación de la propia “Sting me” (la  hermética letra de “Aguijonéame”  parece invocar a la secesión del Sur de U.S.A), una versión rápida de este tema fue la que se eligió, oficialmente, para formar parte del álbum en detrimento de una versión más lenta (la cual también se utilizó luego como cara B de un sencillo); todo ello tras una pelea a golpes, empujones y lanzamiento de objetos entre los dos hermanos Robinson para ver quien imponía su criterio musical. Chris y Rich siempre como el perro y el gato.

2 – HARD TO HANDLE

Los Black Crowes agitando su máquina de hacer excelsa música desde el minuto uno. Toma descarga de la más encendida adrenalina rockera, en 1990, con esta cuidada, personal y popular versión del clásico de Otis Redding (los ritmos negros como el soul, el rythm and blues o también el funk de Sly and the Family Stone también siempre fueron reverenciados y respetados por la banda, redundo). Por aquel entonces, los desafiantes hermanos Robinson ¡acusaron de vendidos a los míticos ZZ Top, a quienes los propios Crowes teloneaban en 1991!. Un hecho éste que dejó gratamente atónito y cautivado al público más neófito, el cual buscaba unos nuevos y heróicos “Rockin’ Hood”. La permuta  generacional del rock and roll  pedía paso con fuerza a través de los cañonazos de los de Atlanta, en el cambio de década y es que sobre todo, el altamente temperamental y “difícil de manejar” (“Hard to Handle”) Chris Robinson coleccionó, insistimos, sonadas grescas con colegas de profesión, medios de comunicación, público, magnates de la industria, promotores publicitarios y por supuesto, con su blanco preferido: su propio hermano, Rich, como apunté en algún párrafo anterior.

1- REMEDY

No se me forma ni un milímetro de duda acerca de colocar la nº1 a “Remedy” (1992). Una de las intepretaciones del texto perteneciente a este desbordante clásico de la historia del rock podría ser la libertad de fumar marihuana y los efectos terapeúticos que ésta produce (Chris Robinson era firme defensor de esta hierba). Si no te gustan Black Crowes, al menos vive a tope esta altovoltaica esmeralda hard rock-soul (con una pizca de psicodelia), tan representativa de esta banda  e igual que el propio Chris Robinson, que ponga el lector a prueba su garganta entonando “I need a remedy-remedy-remedy-remedy-remedy-remedyyyyy, yeaaaah”: a ver como  se te queda luego el cuerpo de eléctrico y de jugosamente extraño. Agregar que con el extraordinario LP The Southern Armony and Musical Companion, del propio año 92, llegaron al nº1 en la respetada lista Billboard.

Llanamente rematado este monográfico, la banda de los hermanos Robinson, es una de las más pujantes bandas de los años 90 y todavía más allá. A los Aerosmith, AC/DC , Led Zeppelin, Black Sabbath, etc, etc,, añádanles ustedes siempre The Black Crowes dentro de las crónicas sobre el más estratosférico, ecléctico y clarividente hard rock que se haya cincelado jamás.

5 comentarios en «The Black Crowes: Sus 12 mejores canciones»

  • el 3 octubre, 2019 a las 10:03 pm
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    Apabullante e imprescindible lección magistral sobre los Cuervos Negros que te impele a revisitar el cancionero esencial de esta destacadisima banda que reinó sobremanera en los años 90. Muchas gracias a Txus Iglesias y a Muzikalia por recordárnoslos.

  • el 11 octubre, 2019 a las 11:35 pm
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    Excelente artículo. Yo podría -y estoy seguro que tú también- seleccionar otras doce, pero igual que tú no cambiaría el número uno de Remedy. Ese tema retrata la esencia de los Black Crowes. A la mierda los que les critican aduciendo que parecen sacados del tunel del tiempo. Y qué? La buena música no tiene fecha de caducidad y los cuervos negros nos han dejado auténticas obras maestras.

    Saludos.

  • el 15 octubre, 2019 a las 4:03 pm
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    Gracias a «anónimo», a Xavi Gállego y a Bifurca por sus aportaciones y opiniones sobre el tema de Black Crowes, aquí en Muzikalia.
    Saludos para los seguidores de la fabulosa banda de Atlanta.

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