What is this thing called SONG? Mes 3

Mes 3.

Dénia

Dénia no era como ahora. Dénia era casi virgen, como yo. De hecho, creo que aquel pequeño pueblo a los pies del Montgó era yo. Mis sueños más felices generalmente se desarrollan allí, en Dénia.

He citado su nombre 4 veces en unas pocas líneas, como quien desea sentir ese hormigueo al decir el nombre de su amante. Ahora ya no puedo volver atrás, ni visitarlo, porque apenas es un viejo sin memoria y con demencia senil.

Supongo que llega una edad en la que necesitas verbalizar asuntos del pasado, desconozco si es por reforzarse en cómo es uno hoy o por temor a olvidarlo.

Quería dibujar la inocencia de una infancia bastante feliz y cómo el mar condicionó mi persona. Caí en la cuenta de que, allí y entonces, viví mil aventuras, di mi primer beso y aprendí a tocar la guitarra, pero que también disfruté de muchísimos momentos solo frente al mar, recorriendo el Montgó en bici o escuchando romper las olas mientras miraba las estrellas. Y jamás me sentí solo. Dénia era un sueño y ahora es mi refugio, el lugar donde encuentro mi yo auténtico, el que conjuga el vértigo de tener alas y la tranquilidad de contar con mi familia cerca.

Buscaba la melodía y la letra que me permitieran hablar a Dénia con la ensoñación, el respeto y el rigor con el que lo hace Will Oldham, por ejemplo:


Ya lo había intentado anteriormente, pero aquí quería profundizar aún más y abandonar todo término abstracto. No deseo proyectar una imagen de mí a nadie ni busco labrarme un futuro. No me importa la coherencia de mi camino, sino que este sea sincero de verdad. Así que empecé a componer sin miedo a sonar cursi o a, aparentemente, perder originalidad. Fue como el último desprendimiento de los restos de una herida cicatrizada: renovador.

Basándome en la calidez de la madera de la guitarra, casi acariciando las cuerdas, fui deshilando frases. Para esta canción, la construcción de la melodía vocal fue tirando de los acordes de guitarra, componía con la voz. Esto me llevaba a un terreno bastante sobrio y de suelo fiable, es decir, no hay sorpresas porque no le hacía falta a la letra. De hecho, hasta casi se queda sin estribillo si no llega a ser por uno de esos momentos de máximo gozo con la acústica entre las manos. Emocionado, tras cantar esto de «cualquier momento, aunque allí pareciera insignificante, lo retengo en mi mente«, subí el tono vocal una octava. Había nacido el estribillo. Esa tensión estuvo allí todo el rato, pero no encontró la salida hasta aparecer esta frase. Es muy curioso cómo realmente son las canciones quienes nos van utilizando para alumbrarse y existir.

Una vez la letra y la estructura estuvieron consolidadas, probé tocarla al piano y dudé en dejar uno u otro instrumento. Finalmente decidí grabar ambos, tocando con la mano izquierda del piano las notas graves a modo de bajo lento, muy lento, y en una pista diferente unas pocas y sutiles notas con la mano derecha.

La grabación de guitarras (grabé una segunda que puedes escuchar, bajita, en tu oído derecho) y pianos fue sorprendentemente rápida. Fue la primera y única toma en ambos casos, así, directo y expuesto al error y a ligeras fluctuaciones de tempo. Juan Terol me propuso una batería en su estilo, muy minimalista, pero cuando la probé destacaba demasiado puesto que golpeaba primero la caja y luego el bombo. Me dio pena descartarla pero en este caso buscaba una batería transparente que, tras la escucha, no se recordase si había o no una.

Respecto a la voz, aquí sí que me dediqué a grabar tomas y más tomas hasta elegir la que se escucha en la canción, no es la mejor, pero sí es perfecta. En la mezcla, dupliqué la misma toma, posicionando una totalmente a la izquierda y otra totalmente a la derecha. Es como tener a dos yos cantándote cada uno en un oído, no de frente, como sueles escuchar a las personas. Aunque pueda parecer raro, suena más natural, más profunda y clara.

Había conseguido transmitir, creo, mi propósito de forma sencilla y totalmente alineado con el texto y con mis sentimientos.

Con tan pocos elementos para mezclar (para quien no lo sepa, mezclar es ajustar los volúmenes de lo grabado, pista a pista, así como posicionarlo a izquierda o a derecha para que el todo se escuche como desees) pasa lo contrario a lo que se puede imaginar y fue lo más laborioso de todo el proceso. Si la grabación en total me supuso unas 3-4 horas, puedo asegurar que las mezclas no bajaron de las 10 horas. Y para quien haya caído recientemente en esta sección o no me conozca, yo no soy productor y lo que tengo en casa no se puede ni llamar home studio. Pero disfruto con esto. Me pasa que me siento un poco Karate Kid y, de vez en cuando, visualizo consejos que me iba dejando caer estratégicamente Dani Cardona o directamente recurro a mi otro maestrazo: Fede Trillo.

Y así vamos, mejorando, que de eso trata la vida. Este es el tercer mes en Muzikalia y ya he tenido varias sorpresas, me alegra y halaga que esté gustando. Me quiero despedir contagiando la alegría que supone saber que hay un sello interesado en publicar esta colección de canciones. ¡Vivamos!

 

Escucha «Dénia», la tercera entrega de El Ser Humano para What Is This Thing Called SONG?

 

Y en el siguiente enlace puedes escuchar todas las canciones que El Ser Humano nos ha ido desgranando hasta la fecha en esta sección.

https://otroelserhumano.bandcamp.com/album/2019

 

2 comentarios en «What is this thing called SONG? Mes 3»

    • el 12 marzo, 2019 a las 9:41 pm
      Enlace permanente

      La verdad es que es muy motivante, cada canción y texto nuevo los disfruto más que el anterior.

      Gracias por seguir la sección, ojalá te quedes hasta el final!

      Salud

Deja una respuesta

WP-Backgrounds Lite by InoPlugs Web Design and Juwelier Schönmann 1010 Wien