Belle & Sebastian – Girls In Peacetime Want To Dance (Matador)

Analizando la trayectoria de Belle & Sebastian y recordando tanto su primera etapa en Jeepster, cuando no eran más que un colectivo de músicos de Glasgow liderados por el tímido Stuart Murdoch y por el que transitaban personajes tan interesantes como Isobel Campbell, Stuart David y otros,… o ya a partir de 2003, cuando Murdoch de la mano de Trevor Horn dejó a un lado los pasajes introspectivos, abrió su espectro a nuevas influencias y se convirtieron en una banda multitudinaria; podemos afirmar sin equivocarnos que son una de las formaciones que mejor representan la más pura esencia del pop.

Su impecable evolución y su manera de entender la música como un todo dentro de la expresión cultural, incluyendo en sus composiciones continuas referencias literarias, teatrales o cinematográficas (God Help the Girl, dirigida por su fundador es de visionado obligatorio) les ha convertido en uno de los grupos que más expectación crean en torno a sus nuevos lanzamientos, como pudimos apreciar tras el adelanto de «The Party Line» que generó opiniones negativas sobre todo entre aquellos que siguen aferrados a los ambientes de su trilogía inicial y no aceptan con buenos ojos los nuevos aires en su sonido.

Girls In Peacetime Want To Dance debería ser la obra que reconcilie a sus fans de siempre con los nuevos tiempos, ya que nos encontramos ante una de las piezas más redondas en la carrera de los escoceses. Un ecléctico compendio de todos los tics que les han convertido en lo que son para lo malo y sobre todo, para lo bueno. Pero que además, va un paso más allá y huyendo del estancamiento, explora nuevos estilos con bastante acierto.

Y es que nada sobra en un disco que abarca desde la personal historia que lo abre («Nobody´s Empire») abordando los problemas de salud que afectaron a Murdoch en su adolescencia, a la exploración sonora que realizan en momentos como el funk de «The Power Of Three», que recuerda a sus paisanos Orange Juice, los toques entre el jazz y lo cosaco de The Everlasting Muse», la pegadiza y bailable «The Book Of You» o ese delicioso canto a la vida con toques brasileños que es «Perfect Couples». Sin olvidar la abrupta irrupción de «Enter Sulvia Plath», que remite al discurso de artistas como Saint Etienne y que llega tras los jugueteos con la electrónica de su disco de caras B The Third Eye Center. Tampoco nos olvidamos del dueto ochentero (¡esos teclados!) de «Play For Today» junto a la vocalista de Dum Dum Girls, con un final coral que remite al Peter Gabriel más exótico; ni de esos guiños a sus más fieles seguidores, empezando por la soberbia «Ever Had A Little Faith?» escrita en la época pre Tigermilk (1996), la orquestal y delicada «The Cat With The Cream» o el broche final de la ensoñadora «Today (This Army’s For Peace)».

El primer gran álbum de 2015.

 

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