Fear Factory + Once Human + Dead Label – Sala Arena (Madrid)

Demanufacture (95) de Fear Factory es junto a Far Beyond Drivin´ (94) de Pantera y Roots (96) de Sepultura mi particular santísima trinidad del metal noventero. Se trata de metal revelador, poderoso, imponente, vivo… capaz de ir más allá de etiquetas o coyunturas.
La pasada noche en Madrid Fear Factory celebraban los 20 años de esta obra con un concierto en el que la tocarían de principio a fin junto a la presentación de los nuevos temas de Genexus (15), irregular trabajo tras un regreso glorioso en 2010 con Mechanized y su innecesaria continuación -que nadie pedía- dos años después  con The industrialist.
La verdad que la nostalgia es muy puta, siempre nos juega deliciosas malas pasadas. Yo estuve hace casi 20 años viéndoles en los estertores de la gira Demanufacture en un concierto irrepetible del grandioso (en gloria esté) Festimad mostoleño entre, agárrense, la bestia parda de Henry Rollins y los imbatibles Prodigy de la etapa The fat of the land (97). Casi nada.
Por tanto, había que superar ese escollo. Reconozco que con los dos primeros temazos inapelables, «Demanufacture» y «Self Bias resistor» me costó entrar. El tiempo no pasa en balde, la formación no es la original y Dino Cazares, por mucho que nos mole ya no llega corriendo y tira un amplificador de una patada, sino que casi no se puede el hombre ni mover. Otra cosa es ver a Burton C. Bell; se presentó enchufadísimo y entusiasta, verdadera alma máter para llevar el show a lo más alto.
Y esto fue a partir de «Zero signal». Esta, junto a «Replica» -lo mejor de la noche, con un público entregado por completo, saltando y coreando como locos- y la durísima «New breed», fueron los mejores momentos del repaso a su obra magna. «Dog day sunrise» y «Body Hammer» no sonaron especialmente bien, entre las partes sampleadas que llevaban y un Burton que, curiosamente, tenía más problemas para clavar vocalmente las partes melódicas más extremas.

«Flashpoint» volvió a surgir como una de mis debilidades, ultra-industriosa, un taladro directo y perforador. Unos pocos la disfrutamos tan desatados como de costumbre. Con la que no hubo discusión fue con una interpretación ortodoxamente metálica y fiel de «H-K (Hunter -Killer)», otro momento estelar. Finalmente, «Pisschrist» y una conmovedora «A therapy for the pain» nos sacaron suavemente del grueso de concierto entre ovaciones y miradas entusiasmadas de un respetable que estuvo a gran altura.
Y cuando pensábamos que lo mejor había pasado, nos equivocamos de plano: brutal bis con dos rescates de su otra obra maestra sin paliativos, Obsolete (98), las poderosas «Shock» y «Edgecrusher»  que desataron la histeria colectiva y supusieron una sorpresa muy bienvenida.
Después, un nuevo acierto al colocar tres de los mejores temas de su nuevo trabajo: «Soul Hacker», «Dielectric» y «Regenerate» -pena faltara la tremendísima «Anodized»- y ya, para terminar, un rescate de su extremadamente grind obra primeriza Soul of a new machine (92), «Martyr» con los que la banda se fue agradecida y emocionada de un recibimiento tan cálido y entusiasta.

Antes, dos muy acertados teloneros habían conseguido caldear el ambiente para el plato fuerte. Especialmente la puesta en escena apocalíptica, muy a tono con la de los protagonistas de la velada, expuesta por Once Human, proyecto del guitarrista de Soulfly/Machine Head Logan Mader; un martillo pilon death metalero capitaneado por la gutural voz de su rubia cantante Lauren Hart. Primero, el lijoso y huraño trío irlandés Dead Label me había conquistado bastante más con formas muy a lo Phil Anselmo de su carismático líder Dan O´Grady.
 

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