Guitar Wolf + ESQTM + Phantom Crest (Wurlitzer Ballroom) 10/11/23

“Ni canta, ni baila, pero no se la pierdan” fue la frase que supuestamente citó The New York Times, en la visita de Lola Flores a la “La Gran Manzana”. Supuestamente porque esa frase nunca se publicó en dicho periódico, sin embargo: siempre acompañó a “La Faraona”. “Ni cantan ni tocan bien, pero tienes que verlos al menos una vez en tu vida”, se podría aplicar perfectamente al trío nipón Guitar Wolf.

El trío de Nagasaki acaba de finalizar su gira española – propiciada por Bomber Booking – con parada en Madrid el pasado viernes. Entradas agotadas desde hacía días y expectación por volver a ver a los de Seiji Wolf sobre un escenario, eran las señales a las puertas de la madrileña sala Wurlitzer Ballroom.

Antes pudimos disfrutar de dos propuestas igualmente energéticas, con el volumen brutal, rapidez y cuerdas de acero atronadoras como denominador común. Por una parte, los toledanos Phantom Crest venían dispuestos a darnos una noche ídem y no dudaron en comenzar el concierto como si lo estuvieran acabando, es decir: a todo gas.

Su mezcla de punk y stoner rock roñoso tocado a toda velocidad, se apoderó rápidamente de la sala, no dejando ni un espacio entre tema y tema. Así Fer, Chema y Sergio desplegaron ya clásicos de su repertorio como: “Material”, “Rodriguez Menendez”, o “The Night”, todas incluidas en sus dos únicas referencias hasta la fecha, junto con algún tema que no acabé de reconocer, igual de efectivos – en todo caso – que los anteriores.

Finalizando su corto set, el bajista Fer acabó a hombros de un tipo apodado como “El Tanque”, paseado por la sala, mientas sus brutales líneas del instrumento martilleaban como si nada al respetable.

El señor que te molesta (ESQTM) es un cuarteto de Madrid de punk rock, cuyas letras no dejan lugar a la duda en cuanto al posicionamiento vital de la banda; cachondeo, letras punzantes y urgencia en forma de rock and roll. Comenzaron con “Buena idea idiota”, que recuerda a unos The Hives pasados de calimocho, para seguir con “Esquela” y “Declaración simplificada.

También se sucedieron algunas versiones con las que nos dejaron claras sus filiaciones musicales, a saber: “Diez años en Sing Sing” de Los Nikis, “Sospechosos” con la que nos recordaron lo grandes que eran Kortatu, “Ayatolah” de Siniestro Total y una libre adaptación del “Shena is a punk rocker” de los Ramones. Concierto comprimido pero disfrutable.

Llegaba la hora de Guitar Wolf y el Wurli ya estaba totalmente abarrotado, calor en primeras filas y la certeza de que nos podríamos ir a casa con algún moratón en piernas, brazos o vaya a saber usted donde más. Salía el trío a escena, enfundados en sus característicos trajes de cuero negro, para chuparse unas cervezas de un solo trago delante del público, comenzábamos bien.

La primera pregunta que a uno le viene a la cabeza es; ¿Qué demonios de pacto con el maligno ha firmado Seiji Wolf, para que tenga sesenta años y aparente treinta menos? y la segunda irremediablemente es ¿Por qué no ha aprendido a tocar la guitarra un poco mejor, después de llevar pisando escenarios desde 1987? y más aún; ¿Por qué seguimos yendo a sus conciertos? Y para esta última tengo respuestas, porque estos japoneses lo tienen, son unos gamberros, tocan a volumen brutal y le echan jeta.

Comenzaban con “Ookami Wakusei”, dejando claro que no iban a parar en todo el bolo y le daban rápidamente a “Missile Me” que enlazaban con el “One, Two, Three, Four” característico y ramoniano de “Kan- Nana Fever”. Sudor a raudales, gente volando entre el público y cerveza cayendo entre los monitores del escenario, como motor de lo que llevamos de concierto no parecían mala cosa.

Y la nueva formación que acompaña a Seiji funciona a las mil maravillas, ya que la base rítmica es una barbaridad y tocan mucho mejor que él, que todo hay que decirlo, el nuevo batería; Shingo Wolf, que recién acaba de sustituir a Toru, parece incansable a las baquetas. Así mismo, el bajista U.G Wolf, este con algo más de tiempo en la banda, además de manejar con precisión las cuerdas, no se corta a la hora de saltar del escenario y liarla entre el respetable, una de las veces con el micro metido en la boca, una bestia escénica.

No arriesgaron demasiado, tirando de clásicos básicos de su repertorio como: “Sex Jaguar”. “Jet Generation”, que da título a su propio estilo musical, el “Jet Rock”, o la inevitable “UFO Romantics”, porque no nos engañemos, a pesar de venir a presentar nuevo disco, grabado en directo, llevan unos cuantos años explotando el mismo cancionero, los mamones.

Tampoco pudieron faltar la pretendida improvisación en la que Seiji Wolf presta la guitarra a alguien del público, mientras él se lanza a la pista, o las versiones casi irreconocibles de: “Summertime Blues”, de Eddie Cochran, Kick Out The Jams de MC5, o “Rumble” de Link Wray.

Contado así puede que Guitar Wolf parezcan un grupo de rock and roll cualquiera, pero no, además de ser una leyenda del rock japonés, siguen siendo irreverentes, divertidos y atronadores. En su contra cualquiera puede decir que llevan años haciendo el mismo concierto ¿y qué? No engañan a nadie, se lo pasan bien, hacen que disfrutes y su planteamiento escénico nunca deja indiferente, motivos más que suficientes para volver a caer en su trampa.

Lo dicho, hay que asistir a uno de sus conciertos al menos una vez en la vida. ¡Rock and Roll!

Fotos Guitar Wolf + ESQTM + Phantom Crest: Fernando del Río

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