Pelle Carlberg – Plaza del Pilar (Zaragoza)

Conocer y pasar el día con un buen tipo siempre resulta gratificante para el espíritu. Desde que recogimos al músico y su guitarra en la estación del AVE hasta que lo despedimos en el taxi de vuelta al hotel a las doce de la noche, eso fue exactamente lo que sucedió el pasado sábado con Pelle Carlberg, encontrándonos en la agradable tesitura de compartir conversaciones dispares acerca de costumbres locales, familia, lugares, fútbol (amen de vivir juntos el desenlace de la presente liga) y por supuesto música.

El sueco visitaba la ciudad por tercera vez, en esta ocasión para participar en un concierto atípico promovido por el Ayuntamiento y delegado sabiamente en el responsable de la Lata de Bombillas, con motivo de la celebración del día de Europa. Gratuito y poco publicitado, sorprendía el generoso escenario levantado en plena plaza del Pilar, al igual que un horario poco habitual marcado a las siete y media de la tarde.

En cualquier caso el artista tomó las tablas únicamente acompañado por guitarra y la valiosa calidez de su voz, para llenarlas a cambio con simpatía, historias y unas canciones poseedoras de la belleza y verticalidad de lo simple, que lo convierten en uno de los activos más interesantes de la nutrida escena escandinava.

Ante la enorme explanada de la famosa plaza y con el sol cayendo sobre la basílica, la actuación acústica del artista vio pasar por delante a variopinto público formado por aficionados, invitados a bodas y comuniones, curiosos, ancianos y la espontánea y paulatina invasión de un sinfín de niños que simpáticamente fueron copando las primeras filas, entregados al baile animados por la cordial música manada desde los altavoces.

Con repertorio centrado en su último álbum hasta la fecha, el imprescindible The Lilac Time (Labrador, 08), sonaron inmaculadas “Metal To Metal”, “1983 (Pelle & Sebastian)”, “Because I´m Worth It” o “Fly Me To The Moon”, junto a curiosas y bonitas revisiones del “I Believe In A Thing Called Love” de The Darkness y “Rocket Man” de Elton John. La popular “Pamplona” cerró una actuación definitivamente diferente que terminó con aplausos generalizados por parte de una audiencia ganada a base de bondadosa sinceridad y buen humor.

Fue un placer disfrutar de nuevo de su música, pero mucho más aún conocer a la persona detrás de las historias cantadas. Hasta la próxima, Pelle.

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