Primavera Sound 2014. Asistimos a una nueva edición del festival

(Fotografía de cabecera: Santi Periel – Primavera Sound)

Y ya se nos ha ido otro Primavera Sound. El de la lluvia y los exclusivos palcos vip. El de las acreditaciones de prensa de pago y los nuevos escenarios. El de la zona gourmet y el desembarco de Sony. Y sí, el del regreso de Slint o Slowdive y el de Television presentando el Marquee Moon.

Y también el del aumento del número de escenarios, del tamaño del recinto y de la cantidad de visitantes. Y como esto empieza a ser inmanejable, toca cambiar de filosofía, pasear por el recinto relajados, disfrutar con calma de lo que dé tiempo de disfrutar y descartar con resignación lo que no. Así es como lo hemos vivido este año.


Jueves

Grupo de Expertos Solynieve – Escenario Sony

Presentados como una de las primeras actuaciones del festival, el supergrupo granadino desplegó su folk costumbrista de aires sesenteros ante una muchedumbre poco habitual en unas horas tan tempranas para el festival. Un concierto correcto y amable pero sin grandes estridencias que contrastó con el que Jota y Los Planetas convocaron por sorpresa al día siguiente en el escenario más pequeño de todo el festival y que causó un pequeño tumulto sin consecuencias. A Jota solo le queda actuar en un polyklyn para haberse repasado de arriba abajo a todo el festival.

Jordi Dalmau

Real Estate – Escenario Heineken

Aunque hay quien considera como demasiado continuista a Atlas (Domino, 2014), el nuevo disco de Real State es de lo mejor que se ha podido escuchar en la primera parte del año. En cualquier caso, ideal para empezar el festival dejándose mecer en del clasicismo y la serena melodía de «Talking Backwards».

Iñaki Espejo-Saavedra

El Último Vecino – Escenario Vice

Sorpresa y fenómeno de la temporada, las mejor reinvención del techno de los 80 que Andy McCluskey y Paul Humphreys pudieron haber soñado nunca demostraron que nada les queda grande. Después de haber firmado magníficas actuaciones en salas pequeñas, quedaba la duda si en un escenario grande darían la talla. Gerard, de frenesí contagioso y estirpe de Ian Curtis, borró cualquier especulació gracias a la fuerza de «Un Sueño Terrible» u «Otra Vez Asustado».

Iñaki Espejo-Saavedra

The Ex – Escenario ATP

Un concierto en apariencia sencillo, tres guitarras y una batería sobre el escenario como formación más habitual, pero tremendamente efectivo con el que a base de riffs vigorosos y contundentes construyeron un sonido hipnótico y avasallador. Mención especial a la batería y ocasional cantante Katherina Bornefeld que imprimió un ritmo perfecto al combo y que cuando salió a cantar logró el momento más emotivo del concierto.

Jordi Dalmau

Midlake – Escenario Sony

Dicen que no hay nada peor en un festival que tocar cuando aún hay luz del sol, pero lo cierto es que a Midlake ese momento del atardecer con los últimos rayos de sol le sienta de maravilla. Aunque su propuesta no sea espectacular en lo escénico, los tejanos se mueven con soltura sobre el escenario, y su pop rock brillante y de intrincada belleza es perfecto para que la última brisa cálida del día te manosee la cara. Así es como se siente uno cuando los oye en disco y así exactamente es como trasladaron esa sensación a su directo.

Raquel García

Neutral Milk Hotel – Escenario ATP

Anunciados durante los últimos compases del pasado Primavera Sound, el grupo de Jeff Mangum finalmente fueron programados en uno de los escenarios “pequeños” del festival consiguiendo así una menor asistencia de lo que era previsible aunque logrando una mayor comodidad entre los presentes. Una actuación más que correcta sabiamente dividida entre los himnos de su álbum más famoso y las canciones menos conocidas de su repertorio pero que le faltó ese “algo” en el directo que quizás el tiempo les ha otorgado sin merecerlo. No obstante solo para escuchar a un “Holland, 1945” en vivo ya fue uno de los conciertos imperdibles de la edición.

Jordi Dalmau

Svper – Escenario Vice

Si bien es cierto que a Sergio Pérez y Luciana Della Villa les hemos visto casi una docena de veces tocar su, hasta ahora, único disco homónimo, la mezcla de kraut y dream pop que sintetizan con sus máquinas siempre merece una nueva oportunidad. Tan densos como bailables, introdujeron alguna novedad en su ya conocido repertorio que esperemos pronto se plasme en un nuevo plástico.

Iñaki Espejo-Saavedra

Future Islands – Escenario Pitchfork

Descartar a St. Vincent para ir a ver a una de las sensaciones de la temporada, es un dolor. El solape más duro de la jornada lo fue un poco menos con el consuelo de que Annie Clark no es difícil de ver por estos lares. Pero había dos razones de peso para elegir a los de Baltimore: que Singles es un discazo y que Samuel T. Herring es ahora mismo uno de los frontman más frikis del indie. Por setlist, los americanos cumplieron las expectativas, presentando casi entero el disco de marras, sin apenas dar un respiro. Herring además estuvo pletórico, con una voz que de pronto convertía en gutural y sus famosos bailecitos de trasnochado. Pero aun así no acabaron de cuadrar un concierto con un sonido bastante deficiente y donde el bajo, primordial en el disco, sonó fatal. Y en el que, a pesar de las ganas de Herring, la banda se mostró distante y algo fría, como con poco entusiasmo. Así que aquello se volvió pronto en una especie de runrún donde costaba mucho disfrutar algo. Una pena, porque en plena forma el resultado podría haber sido enorme. Ay, Annie…

Raquel García

Standstill – Escenario Ray-Ban

Años y años escuchando a bandas y público quejarse del poco protagonismo de las bandas nacionales en los escenarios grandes y los horarios buenos de los grandes festivales, y luego una se va a ver a Standstill y la asistencia es decepcionantemente triste. Y eso que venían a presentar su espectáculo Cenit, que tampoco es que sea tan fácil de ver. Ni con esas. Como estaba previsto, los barceloneses sonaron perfectos, rugiendo con un sonido atronador. La primera parte del set, dedicada al Cenit, algo más onírica y preciosista. La segunda parte, la de los grandes éxitos, brutal y arrolladora. ¿Quién no cantó a grito pelado eso de “romper un silencio así no tiene perdón”? Bravo y bravo, para los de Montefusco. Y hasta me pareció ver a un par de “guiris” disfrutando de lo lindo.

Raquel García

Chvrches – Escenario Pitchfork

Intenté culpar al escenario del chasco de Future Islands, así que ver a Chvrches en el mismo sitio a priori daba un poco de palo. Si a esto sumamos que el escenario se quedó pequeñísimo y se desbordó de público, mi predisposición antes de que sonara una nota no era demasiado buena. A ver, la propuesta de Chvrches en disco tampoco es que me parezca nada del otro jueves, pero la verdad es que me dieron una buena colleja, facturando un concierto excelente, con un sonido perfecto, compacto y potente, y un setlist de lo más entretenido, basado en su debut The Bones Of What You Believe, y sin caer en lo facilongo de su hype. Sorpresa mayúscula de los escoceses en directo, para qué lo voy a negar.

Raquel García

Arcade Fire – Escenario Sony

Sin lugar a dudas el gran nombre del festival, la banda de Win y Régine dio uno de esos conciertos que uno solo espera encontrar en el estadio de un campeón de Liga. Arramblaron la muchedumbre más grande que se ha visto nunca en el festival y dieron un concierto ante el que hasta los asistentes más suspicaces tuvieron que rendirse. Abusaron de luces, pirotecnia, audiovisuales y técnicos de guitarra pero de vez en cuando un poco de sana megalomanía no hace daño a nadie. Para alegría y descanso de muchos sustentaron su concierto en los hits, ya clásicos, de su primer disco aunque las canciones de su último trabajaron sonaron sorprendentemente bien. Y sí, hubo explosión de confeti al final, se atrevieron a hacerlo y a todo el mundo le pareció bien.

Jordi Dalmau

Charles Bradley – Escenario Ray-Ban

Ya es curioso que un advenedizo en esto de la música tenga 63 años. Todos esos años son los que le ha costado a Charles Bradley hacerse un hueco en esto de la música. Pero nunca es tarde si la dicha es buena, y en el caso de Charles Bradley, la dicha es buena sin discusión. Tras dejar alucinados a los que le vimos en el festival BBK el año pasado, Bradley volvía a visitarnos con su amalgama de soul ardiente y funk y sus bailes calentitos al más puro estilo de su adorado James Brown. Y volvió a ganarse el corazón de los presentes con sus ojos vidriosos, su voz rota y esa forma pasional de interpretar los temas. Si le sumamos un par de cambios de vestuario, una banda de acompañamiento en perfecta forma y un gran segundo disco, Victim of Love, ahí tienen el secreto del éxito de este sexagenario descarado y talentoso.

Raquel García


Viernes

Drive-by Truckers – Escenario Ray-Ban

Llegaron con la lluvia, importante chaparrón el que cayó, pero en cuanto sonaban los últimos compases de su concierto, un doble arco iris se alzaba sobre el mar. Entre medias los que nos resguardábamos bajo paraguas y chubasquero y también los numerosos guiris gozamos de un concierto que nos hizo olvidar a los charcos que iban creciendo a nuestros pies. Un repaso al mejor folk y americana actual de una banda que aunque de primeras puedan parecer fríos y distantes enseguida enseñan unos poderes magníficos de clase y oficio.

Jordi Dalmau

Refree – Escenario Vice

La propuesta que ocupa el tiempo de Raül Fernandez cuando no está produciendo o colaborando con alguien (al día siguiente estaría junto a Sílvia Perez Cruz en el Auditori, sin ir más lejos) está ahora muy lejos de lo que empezó siendo. Refree ha dejado de ser un proyecto para escuchar en la intimidad silenciosa, para pasar, con su nuevo disco Nova Creu Alta, a ser una propuesta ruidosa y psicodélica que pide subir el mucho el volumen. Y ahí nos plantamos, después de que amainara una tormenta que por momentos nos hizo temer por medio cartel, para ver a Refree en pleno desenfreno sonoro. Y eso es exactamente lo que encontramos: rock progresivo, desarrollos guitarreros y letras rabiosas que sorprendieron a muchos. Y aunque se perdieron muchas de las texturas, que en sala se magnifican, aquello fue un desparrame de decibelios para recrearse bien a gusto.

Raquel García

The War on Drugs – Escenario Pitchfork

Los problemas técnicos y el retraso en el inicio del concierto no presagiaban nada bueno. Iba a pasarnos por delante la oportunidad de ver en directo uno de los discos más atractivos del año, o peor, íbamos a ver un concierto torpedeado por contratiempos. Pues no. Falso. Error. A la que los de Filadelfia solventaron los inconvenientes y empezaron a tocar, se hizo la magia. Esa magia que suena a Dylan, que suena a Springsteen y que suena a mucho de lo bueno que los ochenta tuvieron en lo musical (¡bendito AOR bien entendido!). Y cuando cuentas con una banda engrasada que toca maravillosamente bien es fácil que un simple concierto, que se hizo recondenadamente corto, se convierta en un viaje exquisito para visitar ese disco tan grande que es Lost In The Dream. Lo más probable es que hayas pasado ese disco por alto. Lo más seguro, si estuviste en ese concierto, es que al llegar a casa tuvieras ganas de escucharlo.

Raquel García

Slowdive – Escenario Sony

Si hubiera podido pedir un deseo, viendo los primeros minutos del concierto de Slowdive, hubiera sido sacarlos de aquel armatoste de escenario gigantesco y llevármelos al Auditorio para poder disfrutarlos bien cerquita. Imposible. Los de Neil Halstead concentraron a un buen montón de gente, entre fans acérrimos que se frotaban los ojos incrédulos por estar viendo su regreso en directo, y curiosos que caían en ese escenario arrastrados por el mito. No en vano su vuelta a los escenarios era uno de los platos fuertes del cartel. Pero por una de esas cosas de la vida, mi deseo se cumplió un poco: los británicos, lejos de diluirse en la inmensidad del contexto, nos acercaron metafóricamente al borde del escenario y consiguieron una atmósfera mágica y ensoñadora que nos cubrió a todos. Con un sonido brillante, la agradable voz de Rachel Goswell y la presencia escénica de Halstead, los temas revivían con claridad y vigencia, como si hubieran sido cocinados ayer. ¡Vaya preciosidad de concierto!

Raquel García

Slint – escenario ATP

Pst, una confesión ahora que no nos oye nadie: no me gustan Slint. O eso pensaba yo después de tres escuchas apresuradas para preparar el Primavera Sound. Pero resulta que a Slint no les puedes escuchar de cualquier manera, ni en disco ni, como quedó demostrado el viernes, en directo. Acercase a su concierto significó caer hechizado por la solemnidad de la banda, bien correspondida por un público respetuoso con los silencios y emocionado con los sonidos. Tan áspero como conmovedor, el de Slint fue, sin lugar a dudas, el mejor concierto del festival. Porque de lo que trata esto de la música en directo es de que te atrape y te impresione, que te deje huella, y con esta tercera reencarnación los americanos consiguieron un set turbador e inquietante, mesurado en la propuesta y desmedido en el resultado. Una absoluta apisonadora sonora con tantos recovecos como uno estuviera dispuesto a descifrar. Simplemente perfectos.

Raquel García

Pixies – Escenario Heineken

Sin lugar a dudas la gran, enorme, decepción del festival. Sería más fácil ver aprobar una propuesta de cualquier clase de referéndum por el congreso de los diputados que encontrar a un fan de los Pixies satisfecho con su actuación. Sosos, anodinos, con un setlist hecho por Lex Luthor y sin ninguna entrega visible sobre el escenario, aburrieron inmisericordemente a la gran parroquia que esperaba cualquier cosa por pequeña que fuera para jalear. Lo más celebrado entre los asistentes era cuando aparecía por su zona el vendedor ambulante de cervezas.

Jordi Dalmau

Una de las mayores atracciones del festival que no defraudó a nadie. A nadie, claro, que conozca lo que son los Pixies del siglo XXI, unos magníficos intérpretes de un repertorio inigualable, aunque se empeñen en dedicar la parte central del concierto a su último disco. La mejor noticia, que Paz Lenchantin, la nueva bajista, se ha acomplado a la perfección a una de las mejores máquinas de hacer dinero que han visto los escenarios del Primavera Sound. Y lo dice uno que firma como Surfer Rosa.

Iñaki Espejo-Saavedra

 


 

Sábado

Escenario Sony Club PS14

Espectacular desembarco de Sony en los festivales musicales, patrocinando dos escenarios del Primavera Sound de forma simultánea, uno de los grandes, resevado para grupos de tamaño descomunal como Arcade Fire, y otro de los más pequeños, el tradicionalmente destinado a propuestas nacionales emergentes. En este último espacio, organizado por Está-Pasando.com (Borja Prieto y Pepo Mázquez), hemos podido disfrutar de una cuidadísima selección de nuevas bandas (M A J E S T A D, Sangre o Juventud Juché), mezcladas con grupos en plena expansión (Templeton, Kokoshca), e incluso nombres casi olvidados que nunca recibieron la atención que merecían (Los Bananas). Y como colofón, Los Planetas, los Shellac nacionales, por primera vez desde su fichaje, sin Eric Jiménez. Tocaron cuatro canciones y un bis, dedicadas todas a la parte más festiva de su vertiente flamenca. En cuanto al resto de grupos que pudimos ver, mención especial para la fuerza de Sangre y Kokoshca, el ingenio de Ganglios y Murciano Total, y la elegancia de Templeton, Aries y M A J E S T A D.

Iñaki Espejo-Saavedra

Hebronix – Escenario ATP

Daniel Blumberg se aleja de Yuck en su nuevo proyecto, experimental y ruidista, con el que abría el sábado en el escenario ATP. Y el puñado de personas que estuvimos ahí pudimos disfrutar del sonido peculiar de Hebronix, íntimo y desconcertante, que se clavaba como agujas en nuestros tímpanos. Concierto para deleitarse con los ojos cerrados, dejándose atravesar por la atmósfera inquietante sobre la que flotan melodías complejas y perturbadoras.

Raquel García

Superchunk – Escenario ATP

Y si la propuesta de Hebronix había sido difícil y sobrecogedora, lo que vino después fue todo lo contrario. Superchunk se subieron al escenario y desplegaron su punk rock directo, franco y arrollador. Y es que parece que no pasen los años por Superchunk. Su última referencia, I Hate Music, sigue implacablemente la senda que les ha venido guiando desde principios de los noventa, ajenos a modas y sin perder la frescura ni la garra. Su concierto fue un chute de energía, optimista, asequible y perfectamente ejecutada. Y por ello, altamente disfrutable.

Raquel García

Television – Escenario Sony

Cuando aparecieron Verlaine y compañía un espectador británico ya veterano solo pudo exclamar “Qué viejos están, condenado infierno” aunque de una manera harto menos elegante. Y viendo como se desarrolló, torturar parece un término más adecuado, la primera canción, la grandérrima “I See No Evil”, quien más quien menos oteaba la fuga más discreta resuelto a evitar asistir al hundimiento en directo de uno de sus ídolos. Por suerte, en cuanto Verlaine resolvió los problemas de sonido y se sintió más cómodo ante un público que era todo amor la cosa empezó a engrasarse hasta llegar a ser uno de los conciertos del festival. Es cierto que escuchar el “Marquee Moon”, que cayó entero, con la voz de un sexagenario no es lo mismo pero Verlaine sigue teniendo el toque mágico con la guitarra; como la hizo y nos hizo disfrutar a todos. Probablemente “Guiding Light” fue la cosa más bonita que sonó en todo el festival.

Jordi Dalmau

La actuación de Television para «presentar» Marquee Moon, uno de los mejores discos de todos los tiempos, era una cita tan solemne que podía llegar emocionar. Sobre todo porque los neoyorquinos siguen gozando de un estado de forma envidiable y bordaron la psicoledia tranquila de unas canciones eternas. Para el cierre de uno de los conciertos para la historia de los Primavera Sound, la ensoñadora calidez de «Marquee Moon».

Iñaki Espejo-Saavedra

Spoon – Escenario Heineken

Spoon tienen la capacidad de hacer canciones de pop bonitas sin sonar empalagosos, remilgados o facilones. Y es un placer ver cómo las desarrollan encima del escenario, porque parece que funcionan igual que cuando están haciendo discos: amalgaman un montón de influencias con un gusto exquisito, sin complicarse mucho y disfrutando con lo que hacen. ¿El resultado? Un concierto delicioso sin ser insustancial, completo sin ser enrevesado y accesible sin ser ordinario. Si a todo esto le sumamos un puñado de temas con pegadizos estribillos, tenemos el concierto que todo festival desea por lo menos una vez al año. Pero, eh, que no es fácil hacer que las cosas parezcan sencillas cuando en realidad no lo son. Por suerte Spoon son unos genios en eso.

Raquel García

Volcano Choir – Escenario Sony

Por más que se empeñen algunos en vendernos a Volcano Choir como el nuevo proyecto de Justin Vernon, lo cierto es que, antes de ser Bon Iver, ya colaboraba con la banda experimental Collections of Colonies of Bees, que son “los otros” miembros de Volcano Choir que no son Vernon. Cuando publicaron su debut como Volcano Choir poco podían figurarse que pronto Bon Iver se saldría de madre, lo que les permitiría publicar un segundo disco y embarcarse en una gira de unas dimensiones que no hubieran imaginado ni en sus sueños más salvajes. Pero aquí estaban, en el escenario grande de un festival enorme, con un proyecto que bebe del rock instrumental y el pop experimental y que a priori, sin la fama de Vernon, probablemente se vería relegado a una sala para 300 personas. Aunque lo cierto es que Repave es un disco excepcional, que han conseguido trasladar al directo de forma excepcional: no solamente mantienen la esencia de unos temas construidos a base de multitud de capas y efectos (sí, también el ubicuo autotune/vocoder), sino que conservan el detallismo y la emoción de la grabación. Y en los temas como “Comrade” (pelos de punta) o “Byegone”, donde se imponen los decibelios y los arranques sonoros, los acabados son exquisitos y la ejecución es perfecta, mientras que en los temas donde bajan pulsaciones y ganan espacio los silencios, como “Alaskans”, el sentimiento se transmite al público, sorprendentemente respetuoso y con un Justin Vernon que consigue emocionar con su interpretación, incluso a pesar de ese efecto cibernético. Aunque hay que ponerle un pero, y es que el sonido no fue todo lo bueno que debería y el bombo sonaba demasiado alto, molestando en el oído. Nimiedades, supongo, cuando uno tiene la oportunidad de escuchar esto en directo.

Raquel García

Kendrick Lamar – Escenario Heineken

La gran esperanza negra del hip hop dio un concierto espectacular. Sorprendió la enormísima asistencia ante una propuesta en teoría tan alejada de lo que es la línea editorial del Primavera Sound pero con el recuerdo del año pasado de Wu-Tang Clan y viendo como el público disfrutó a Lamar y lo bien que conocían sus canciones queda claro que el hip hop, a diferencia del grindcore, sí es un género totalmente aplicable al cartel. Fue un concierto demasiado corto, no llegó a la hora ni de lejos, con los cansinos recursos del “make some noise” y el levantamiento de manos pero que pasó en un suspiro ante un músico en estado de gracia acompañado de una banda brutal.

Jordi Dalmau

Mogwai – Escenario ATP

Uno de los veteranos del festival dejaron bien claro porque les saldría rentable sacarse el abono de ryanair Glasgow-Barcelona. Un concierto de una clara efectividad, con un setlist nutrido de canciones de discos muy variados llevadas al directo con un sonido espectacular, volvió a convencer a propios y extraños que los escoceses siguen siendo una apisonadora en directo. Pocos grupos llevarán la cantidad de pedales y tal colección de guitarras para encontrar la nota justa en el momento preciso.

Jordi Dalmau

Black Lips – Escenario Pitchfork

Un concierto garajero al 100%, cervezas volantes y conatos de pogo incluidos, que levantó los ánimos para el resto de la noche del último día del festival. Intensidad, canciones y actitud es una propuesta que desde la noche de los tiempos sigue siendo imbatible y que los Black Lips la han adoptado como estandarte. Ni un solo respiro, ni una sola canción mala ni una mala cara, solo rock, rock y rock para hacer botar hasta el último de los asistentes.

Jordi Dalmau

Cut Copy – Escenario ATP
No podía haber mejor elección que Cut Copy en plena forma para comenzar a cerrar el sábado del Primavera, antes de bajarse a ver a Dj Coco. Genorosos en el setlist donde pocas cosas faltaron, ágiles y contagiosos, los australianos pusieron a bailar a todo el que pasaba a dos kilómetros de distancia. Lástima del sonido que empañó una de las mejores actuaciones del día.

Iñaki Espejo-Saavedra

Za! – Escenario Vice
La típica broma del día después del festival fue decir “Hablas como Autechre” que es la última canción presentada por el dúo Za! que volvió a encantar a todos los asistentes con su siempre mutable, bizarra e inclasificable propuesta. En esta ocasión hasta llegaron a resucitar los mejores momentos del techno más rancio para crear una improvisada rave en el recinto del fórum. Talento puro para despedir otra edición del Primavera Sound.
Jordi Dalmau

 

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