Shout Out Louds – Optica (Merge)

Por alguna extraña razón, a Shout out louds les dio por ponerse trascendentes y serios en el anterior Work (2010) ; ¿el resultado? Un disco extrañamente aburrido y sin chispa en el que no se reconocía apenas nada de su característica frescura a la hora de facturar pildorazos pop de ésos que te alegran el día o la semana (apenas el single «Fall hard» me hace volver a él hoy en día). Por esa razón, no puedo ocultar cierto miedo a la hora de afrontar Optica, su flamante nuevo largo. ¿Seguirían ese camino hacia la siempre temida madurez musical o volverían a la senda de sus dos primeros trabajos, esto es, magia pop por la vía del nervio y la inmediatez?.

Pues bien, suspiremos y admitámoslo… ¡los mejores Shout out louds están de vuelta! Apenas unos segundos del tema inicial, la brillante «Sugar» y podemos reconocer todo lo que nos hizo amarlos. Los suecos son un grupo que, sin hacer nada nuevo, siempre han conservado una fiel masa de seguidores que los acogió como entrañables hacedores de pequeños himnos para bailar a media luz, sirvan como ejemplos «Tonight I have to leave it», «Impossible», «Please, please, please» o «The comeback». Aquí hay unas cuantas candidatas más a engrosar esa lista.

Lejos han quedado ya los días de Howl Howl Gaff Gaff (2003), notable debut del que recuperan la magia y la inspiración para seguir sonando frescos diez años después. Ahora, además, se les reconoce una mayor capacidad para cristalizar ideas, para redondear sus melodías acompañándolas de los arreglos justos para conservar su esencia y aumentar su pegada consiguiendo (casi) siempre adherirse a nuestra memoria.

Pero, puestos a comparar, Optica tiene mucho en común con su mejor trabajo hasta la fecha Our Ill Wills (2007) (al menos, para el que esto escribe); apenas tres medios tiempos estratégicamente situados : la delicada y evocadora carta de presentación del album,  «Blue Ice» (entregada a diez afortunados fans de todo el mundo en inusual formato de vinilo congelado), «Circles» y «Destroy» (éstos últimos al final del album) y dominancia absoluta de canciones directas donde su talento para la melodía perfecta brilla con luz propia; ejemplos, los hay a montones:  la ya mencionada  «Sugar»,  «Illusions» -momento a guardar en la memoria en este 2013-, «14th of July» -hit sin paliativos- , «Walking in your footsteps» -fantástico single de adelanto- , «Where you come in» o «Chasing the sinking sun» son rodajas de pop hipervitaminado por las que entra un sol radiante y que invitan a mover la cabeza, a agitar nuestras almas, a sentir.  Y es que tras escuchar este retorno sólo podemos encontrar  motivos por los que celebrar el seguir teniéndolos entre nosotros. Mención aparte merece la sensual «Hermila» con Bebban Stenborg (debilidad personal)  llevando el mando vocal y que supone otro momento destacado de un disco sin apenas fisuras, y del que tal vez sólo se pueda lamentar la inclusión de una «Glasgow» que apenas aporta y más bien difumina la excitación acumulada hasta entonces por su dolorosa secuenciación en el disco. Nunca les podremos pedir que hagan discos redondos, tampoco lo necesitamos si a cambio los minutos disfrutables ganan por goleada.

En resumen, la espera ha merecido la pena; los tres años que nos han hecho esperar han merecido la pena para resarcirnos del bajón que supuso Work y para volver a creer en ellos. Optica no tendrá el reconocimiento de los medios (Pitchfork ya lo despachó con su habitual indiferencia hacia ellos) y apuesto a que, desgraciadamente, no aparecerá en muchas listas de lo mejor del año, pero más de uno agradeceremos su existencia como placebo contra la tristeza y los días difíciles.

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