Camellos – Calle Para Siempre (Limbo Starr)

 

En estos momentos confinados en casa a uno le da por pensar. Justamente, “salir a la calle a hacer el mamarracho cuando me da la gana” es la modalidad de “salir a la calle” que ha quedado estrictamente prohibida. Lo cual, y aun siendo totalmente necesario, las horas del día me comen y uno no sabe muy bien qué hacer. A algunas personas les da por creerse Chicote, otras imitan a Pavarotti en los balcones y también están los que se imaginan que están subiendo el Tourmalet en la bici estática de su habitación. En mi caso, aparte de las anteriores, me da por buscar extrañas relaciones. Y cuando a una persona le das mucho tiempo libre, la curva de las gilipolleces aumenta exponencialmente.

Una de esas tardes que tanto se parecen a las anteriores, me puse a escuchar concienzudamente el nuevo disco de Camellos titulado Calle Para Siempre (Limbo Starr,2019). Un disco audaz y crítico. Una especie de pop punk donde lo que más destacan son sus letras mordaces cargadas de ironía. En resumidas cuentas, rock irónico cargado de la pura verdad. Una evolución muy bien acompasada de su primer álbum Embajadores; donde las metáforas simples y la sinceridad musical se mantienen, pero son capaces de aumentar la dosis de historias costumbristas que tanto les identifican.

Doce canciones, que mediante un humor un tanto sombrío, del cual me hago fan, nos exponen una radiografía crítica de la sociedad en la que vivimos. Solo con la portada del disco y la introducción que nos realizan, ya nos adentramos en un mundo que podría estar sacado de cualquier película quinqui de los años ochenta.

Pero la fiesta comienza con su primera canción: “Mazo”. Un hit que representa de forma idónea la ciudad de Madrid. Es cierto que no es la mejor canción para utilizarla como vídeo turístico, pero si es pegadiza, fácil de aprender y bastante característica. Fue cuando me di cuenta de que Madrid no tiene un himno oficial que nos represente. Cataluña tiene “Els Segadors”, el himno gallego canta a Galicia como Fogar de Breogán, el de Andalucía parte de un canto jornalero, e, incluso en el País Vasco, compiten tres canciones diferentes, aunque la oficial seaEusko abendaren ereserkia”. En cambio, el de Madrid es un eterno desconocido. Fue en ese momento cuando decidí ponerme manos a la obra y crear una recogida de firmas en una página online para convertir la canción de Camellos en el himno oficial de la Comunidad. Lo curioso de todo es cuando uno escucha el himno de la comunidad creado por Agustín Lara en 1983, y se da cuenta que es tan irónico y mordaz como la canción del grupo madrileño. Y en medio del medio, Capital de la esencia y potencia, garajes, museos, estadios, semáforos, bancos […]: ¡Madrid, Metropol ideal del dios del progreso! La idea, que al principio parecía alocada, ya no lo es tanto. Puede ser que “Mazo” pase de convertirse en uno de los principales estandartes de Camellos a establecerse como Himno, oficial o no.

Continuando con Calle para Siempre, la segunda canción que nos presentan es “Arroz con cosas”. Uno de los adelantos que ya conocíamos y que se ha convertido en uno de los indiscutibles hits de este álbum. En esta canción que representa fielmente a los que nos creemos cocinillas durante esta cuarentena, dejándonos una de las mejores frases de este disco: vamos a dejar tu piso como el edificio Windsor. Una metáfora de lo que ocurrirá en el futuro cuando las autoridades competentes crean que es seguro recuperar la normalidad.

“Pesadilla en el hotel” es otro de los grandes temas de este álbum. Un ritmo más tranquilo con aires de rock surfero combinado con un estribillo frenético. Una canción que traería aires de nostalgia a todos los turistas alemanes e ingleses (o al menos los que saben español) que veranean en Benidorm y Magaluf.

Esa crítica irónica se hace más patenten en canciones como “Tentaciones”, donde mediante un ritmo pop nos hablan sobre falta de conciliación laboral. Con el uso del anglicismo, la canción “Healthy” nos muestra la otra cara de la moneda del mercado: la precariedad. Para continuar con “Sabor a cobre”, una reflexión personal sobre la nueva rara avis de nuestra sociedad, los Foodies.

Y es que todas las canciones tienen ese toque de humor repleto de rabia; que mezclado con una especie de actitud chulesca y ese sonido de garaje rock, nos muestran a un grupo natural, sin artificios, pasándose por la torera las convicciones musicales, como se puede ver en la canción “Vaya a la cárcel” o en “Tarde de cine”. Aunque musicalmente son diferentes, ese estilo irónico me recuerda a algunas canciones de Frank Zappa como “Bobby Brown” o a grupos españoles como Siniestro total.

La última canción del disco se titula “Es tan 2020”, un tema pegadizo que actúa como guinda del pastel. A ver si me pasa algo, que he quedado y no tengo nada que contar replica el tema nada más empezar. No podía ser más acertado en estos momentos que vivimos, aunque en esta ocasión quedemos de manera online.

Y es que, a la espera de poder volver a disfrutar de ellos en directo, Calle para siempre es una de las mejores soluciones para pasar esta cuarentena.

Escucha Camellos – Calle Para Siempre

 

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